Qué son Alimentos transgénicos:
Los alimentos transgénicos son alimentos modificados genéticamente para alterar sus características, optimizar su rendimiento, tamaño y calidad, sean vegetales o animales.
Son identificados normalmente con el nombre de organismos modificados genéticamente, suyas siglas en español son OMG y en inglés GMO.
El método consiste básicamente en insertar determinados genes en otro organismo mediante recursos propios de la ingeniería genética y la biotecnología, a fin de manipular sus características.
La modificación genética de los alimentos no solo busca influir en su tamaño, durabilidad y rendimiento, sino que también pretende hacerlos más resistentes. Todo esto redunda en favor de la productividad agrícola y agropecuaria.
En principio, se supone que los alimentos transgénicos son creados para dar respuesta a las necesidades alimentarias de la humanidad, cuyo número de individuos ha aumentado exponencialmente. Pero la polémica alrededor de ellos también ha crecido de manera considerable.
Ver también Biotecnología.
Ventajas de los alimentos transgénicos
- Aumento de la producción.
- Incremento de tamaño de los alimentos.
- Mayor resistencia a las variaciones climáticas.
- Mayor resistencia a plagas.
- Mayor resistencia a herbicidas.
- Mayor durabilidad del alimento.
- Crecimiento más veloz.
- Capacidad para crecer en tierra infértil (plantas).
- Menor necesidad de productos químicos en su conservación.
Desventajas de los alimentos transgénicos
- Amenaza a la biodiversidad.
- Riesgo de que altere el ecosistema.
- Imposibilidad de determinar las consecuencias para la salud.
- Riesgo de efecto negativo en la fertilidad.
- Amenaza de alteración de la resistencia de bacterias a los antibióticos.
- Peligro de mutaciones de virus y hongos para sobrevivir a nuevas condiciones genéticas de sus portadores.
- Desventaja profunda en la competencia para los pequeños productores.
Semillas transgénicas
Uno de los problemas asociados a los alimentos transgénicos tienen que ver con las semillas. Estas semillas no se producen naturalmente, sino que tienen que ser intervenidas en laboratorios.
Las empresas productoras de estas semillas ejercen el monopolio al poseer la patente. Por tanto, esto reviste un riesgo grave tanto para la supervivencia del alimento en sí como para la sana competencia entre productores, especialmente cuando los estos son pequeños.
Vea también Revolución verde.