Qué es Revolución verde:
La revolución verde fue una transformación agrícola ocurrida entre 1960 y 1980, basada en el aumento acelerado de la producción de alimentos, con base en el cruce selectivo de especies y el uso de fertilizantes, plaguicidas y nuevas técnicas de riego.
Su novedad estuvo en aumentar la producción alimentaria del campo sin necesidad de expandir los terrenos cultivados, sino estimulando al máximo el rendimiento de las superficies ya explotadas. Con ello, se ayudó a los países afectados por hambrunas.
Los alimentos clave para el desarrollo de esta revolución fueron los cereales, particularmente el arroz, el maíz y el trigo. El cruce de varias tipos de estas especies permitió el desarrollo de cepas más fuertes y rendidoras. Sumado al uso de fertilizantes y plaguicidas, la producción aumentó de manera significativa.
Origen de la revolución verde
La revolución verde pretendía resolver el problema de la insuficiente producción del campo en atención al crecimiento vertiginoso de la población en el siglo XX. En aquel entonces, esa era una de las causas del hambre y la muerte por desnutrición.
Fue Norman Ernest Borlaug, ingeniero agrónomo originario de los Estados Unidos de América, quien impulsó esta revolución gracias al apoyo de diferentes organizaciones agrícolas al nivel internacional.
Desde 1943, Borlaug se desenvolvía en la investigación agrícola en Sonora, México. Su trabajo había sido muy exitoso y despertó la atención de la India, país que lo invitó en calidad de asesor para encontrar una solución a la hambruna. Poco a poco el proyecto fue creciendo en diferentes países.
Críticas a la revolución verde
Sin embargo, aunque el problema de la hambruna fue solucionado, el problema de la malnutrición continuó. En efecto, las nuevas cepas de estos cereales demostraron rendir más, pero sus cualidades nutricionales eran inferiores a las cepas originales.
A esto se le suma el impacto ambiental de la revolución verde, consecuencia del uso de tractores a base de combustibles, la construcción de presas y sistemas de irrigación, el alto consumo energético y el uso de productos químicos contaminantes, entre otros.
Actualmente, el problema del hambre mundial no se relaciona con la capacidad productora del campo, sino con la cadena de distribución de los alimentos y los costos de los mismos. Para muchos sectores de la sociedad, los alimentos están fuera de su alcance económico.
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