Tópicos Trastorno Ansiedad Terapia Personalidad

Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad: síntomas y tratamiento


El Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad (TPOC), que no debe ser confundido con el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), es un tipo de desorden mental que caracteriza a las personas cuyas ansias por hacer que todas las piezas de sus vidas encajen perfectamente han sido llevadas al extremo. De algún modo, se puede decir que el problema está en una especie de perfeccionismo vital llevado a sus límites.

Normalmente, en esta clase de pacientes sienten la necesidad de tener un control total sobre cómo se van sucediendo los acontecimientos de su vida, y esto hace que experimenten mucha ansiedad y angustia cada vez que los planes no salen tal y como estaban previstos, lo cual ocurre con mucha frecuencia.

A continuación veremos cuáles son los síntomas, las causas y los tratamientos principales propuestos para el Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad.

¿Qué es el Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad?

El concepto de Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad es una categoría diagnóstica utilizada en manuales como el DSM-IV que se utiliza para definir lo que ocurre en un tipo de personas cuyo perfeccionismo y necesidad de control sobre sus propias vidas se han acentuado tanto que les produce mucho malestar y deterioran su calidad de vida.

Las personas con Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad experimentan una obsesión por hacer las cosas tal y como deben ser hechas, sin experimentar disonancias entre sus planes y lo que ocurre en la realidad.

TOC de personalidad

Este desorden pertenece a la categoría de los trastornos de personalidad del clúster C (trastornos ansiosos), junto al Trastorno de Personalidad por Evitación y al Trastorno de Personalidad por Dependencia.

Síntomas

El diagnóstico del Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad, como el de cualquier otro trastorno mental, siempre debe ser realizado por profesionales de la salud mental debidamente acreditados, y mediante la evaluación personalizada caso por caso. Sin embargo, de manera orientativa se puede utilizar este listado de síntomas para ayudar a detectar este desorden.

Los principales síntomas del Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad son los siguientes.

1. Preocupación extrema por los detalles

Esto se manifiesta en prácticamente todos los aspectos de la vida. Por ejemplo, la persona planifica unos horarios muy precisos que cubran todo lo que debe ocurrir a lo largo del día, crea normas para todo tipo de eventos sociales, decora los espacios siguiendo reglas muy claras, etc. Esta atención a los detalles llega a eclipsar la finalidad principal de las acciones.

2. Rechazo de la posibilidad de delegar tareas

Las personas con Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad tienden a ver con malos ojos la idea de delegar tareas a otras personas, ya que desconfían de su capacidad o voluntad de seguir exactamente las instrucciones y las normas sobre cómo deben hacer las cosas.

3. Búsqueda constante de actividades productivas

Otro de los síntomas del Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad es la tendencia a desplazar el tiempo de ocio y descanso para ocuparlo con tareas que se consideran productivas y que tienen un inicio, una serie de pasos intermedios y un final claros. Esto genera una gran extenuación e incrementa los niveles de estrés.

4. Extrema rigidez ética

En la vida personal, la moralidad de las personas con Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad es tan rígida que se centra más en los aspectos formales de lo que se considera bueno y malo que en un análisis profundo de las implicaciones éticas de una acción u otra.

5. Perfeccionismo extremo

La necesidad de hacer que todo salga tal y como estaba previsto hace que muchas tareas se alarguen demasiado, lo cual hace que se solapen con otros planes. Este desajuste de los horarios crea un intenso malestar.

6. Tendencia a acumular

Este tipo de diagnóstico está asociado a una tendencia al ahorro y la acumulación; se gasta muy poco dinero y se conservan objetos cuya utilidad futura no está clara. Esto tiene que ver con la necesidad de saber que se cuenta con medios para afrontar futuros problemas y con la necesidad extrema de estabilidad.

7. Terquedad

Los pacientes con Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad difícilmente cambian de opinión, ya que sus sistema de creencias es rígido y ofrece estabilidad.

Diagnóstico diferencial: trastornos similares

El Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad puede ser confundido con otros desórdenes que no pertenecen a los trastornos de personalidad. Los principales son el Trastorno Obsesivo Compulsivo y los Trastornos del Espectro Autista. Sin embargo, hay ciertas diferencias que permiten distinguirlos.

TOC

En el Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad, a diferencia de lo que ocurre en el Trastorno Obsesivo Compulsivo, no hay consciencia de que se tiene un trastorno relacionado con el perfeccionismo y la rigidez, ya que esta característica psicológica ha quedado relacionada con la propia personalidad e identidad.

Esto hace que esta clase de pacientes no decidan ir a terapia para tratar este problema, sino para intentar solucionar los problemas derivados de los síntomas, como por ejemplo la ansiedad y el cansancio derivados de la puesta en práctica de sus hábitos.

En cambio, en el TOC, las obsesiones no son percibidas como algo que forme parte de la propia identidad. Además, en este trastorno las compulsiones son de tipo específico, y la rigidez no impregna todos los aspectos de la propia vida.

Trastornos del Espectro Autista

Las personas que presentan los síntomas asociados al Síndrome de Asperger, hoy día subsumido en la categoría de los Trastornos del Espectro Autista, se diferencian de las que experimentan TPOC en sus dificultades a la hora de llevar a cabo procesos mentales relacionados con la teoría de la mente (como leer entre líneas, detectar sarcasmos, etc.) y en sus malas habilidades sociales, principalmente.

Causas

Tal y como ocurre en todos los trastornos de la personalidad, las causas concretas del Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad no están claras, ya que es un fenómeno psicológico complejo y multicausal, basado en unos mecanismos psicosociales variables y en constante cambio que, sin embargo, generan unos síntomas muy estables y persistentes a lo largo del tiempo.

La hipótesis más aceptada acerca de las causas del TPOC se basa en el modelo biopsicosocial, de modo que se asume que su origen tiene que ver con una interrelación entre elementos biológicos, sociales y del tipo de aprendizajes que han sido interiorizados por la persona. En concreto, se cree que la aparición del Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad tiene que ver con las redes neuronales más asociadas al proceso de la detección de patrones en la realidad que nos rodea. A fin de cuentas, una de las principales funciones del cerebro es "poner orden" en el caos de estímulos al que nos exponemos por el simple hecho de vivir en el planeta Tierra (de ahí que seamos tan proclives a detectar pareidolias en grietas de la pared, manchas en el suelo, siluetas de montañas, etc.).

Tratamientos

A la hora de paliar los síntomas dañinos del TPOC y de prevenir la aparición de otras alteraciones mentales facilitadas por este, se recomienda la asistencia a sesiones de psicoterapia. Sin embargo, tal y como ocurre con todos los trastornos de la personalidad en general, los progresos que pueden ser realizados con la terapia son relativamente lentos, y no se llega a la desaparición total de los síntomas.

La terapia cognitivo conductual puede ayudar a modificar los hábitos y los patrones de pensamiento basados en la rigidez extrema, a detectar los momentos en los que el perfeccionismo está restando calidad de vida y a introducir más tiempo de ocio y descanso en el día a día.

En algunos casos, personal médico puede recomendar y prescribir psicofármacos a utilizar de manera controlada y únicamente bajo monitorización médica. En este sentido, el uso de un tipo de antidepresivos llamados inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) se ha mostrado eficaz en muchos casos si su utilización es acompañada por psicoterapia.