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​Disfunción eréctil (impotencia): síntomas y tratamiento


La disfunción eréctil es uno de los problemas sexuales que más preocupa a los hombres. Suele ocurrir por diferentes causas, aunque la ansiedad de ejecución es uno de los orígenes psicológicos que pueden provocarla y que convierte este problema en un círculo vicioso del que cuesta salir.

La disfunción eréctil puede provocar consecuencias en diferentes esferas de la vida de la persona: problemas de autoestima, dificultades relacionales, etc.

Disfunción eréctil, ¿por qué se produce?

Cualquier alteración de los mecanismos que intervienen en la erección puede provocar disfunción eréctil. De entrada, es muy importante conocer si existe alguna alteración a nivel orgánico (como es el ejemplo de los problemas de tipo neurológico o vascular).

Una vez descartado cualquier afectación de origen orgánico, es cuando podemos examinar los problemas de origen psicológico, siendo la ansiedad de ejecución nuevamente la protagonista de esta disfunción.

Causas: la ansiedad por ejecución

La ansiedad de ejecución es un estado de alerta que aparece como respuesta al conjunto de pensamientos que conectan con anteriores resultados no satisfactorios y auguran un nuevo fracaso.

La batería de mensajes relacionados con «¿lo lograré?», «¿y si vuelve a salir mal?» o «¿qué podría cambiar esta vez?», conduce al individuo a un estado mental regido por el sobre análisis; la exigencia y el miedo se alían para encontrar un canal de expresión.

Poner en duda la propia capacidad sumado al enorme desconocimiento (qué está originando el problema) genera un sentimiento de frustración que, nuevamente, alimenta los pensamientos relacionados con la alerta.

¿Cómo nos puede ayudar la Psicoterapia?

Desde la Psicoterapia se trabajan las distintas áreas que puedan desencadenar estrés y ansiedad en la vida del paciente (experiencias vitales, situación laboral y familiar actual, relación de pareja, etc.), así como aspectos más concretos relacionados propiamente con la ansiedad de ejecución.

La obligación de ofrecer resultados, el altruismo excesivo y la auto observación son tres temas clave de la ansiedad de ejecución. Con el objetivo de mejorar la capacidad de autocontrol, la terapia centra la atención en la detección de pensamientos automáticos que disparan el estado de alerta. En la linea de lo comentado, este tipo de pensamientos responden a:

  • La necesidad de dar una respuesta eréctil muy consistente y duradera.
  • El control de la satisfacción de la pareja más que del erotismo propio y conjunto.
  • La observación continua del pene y su funcionamiento.

Hablar sobre este tipo de preocupaciones ofrece al paciente un canal de expresión que aumentará el autoconocimiento emocional. Ésto, sumado a la creación de pensamientos alternativos, disminuirá la voz de la autoexigencia y facilitará el trabajo de la autoempatía. Así mismo, construir un discurso con todos los elementos que quedan en el “backstage” del problema (tabúes), facilitará la comprensión y el acercamiento dentro de la pareja.

Pautas y consejos a seguir

Un punto importante es facilitar al paciente pautas que disminuyan el nivel de nerviosismo y presión en las experiencias sexuales.

Más concretamente, una de las indicaciones que en ocasiones se ofrece en terapia sexual consiste en “prohibir el coito” a lo largo de los primeros encuentros sexuales, consiguiendo así que las preocupaciones que anteriormente mencionábamos (los resultados 10, la satisfacción de la pareja y la propia respuesta fisiológica) dejen de ser una fuente de ansiedad.

Existen muchos mitos en relación a la genitalización de las relaciones sexuales o a la creencia de si únicamente son completas si se logra la penetración y el orgasmo. Es cierto que los genitales son una parte del cuerpo humano muy importante, pero reducir la sexualidad a la genitalidad es limitar la experiencia, sobre todo si consideramos que la totalidad de nuestro organismo es sexuado. La piel es un órgano sexual, y como tal, debe tenerse en cuenta en nuestras relaciones íntimas.

La penetración es solo una práctica más dentro de las múltiples posibilidades que tenemos para satisfacernos. Pueden existir relaciones sexuales muy placenteras sin coito. Esta conexión nuevamente con el placer es otro de los objetivos dentro de la Psicoterapia.

¿Qué sucede si la persona no pide ayuda?

Primero de todo es importante diferenciar entre una manifestación aislada o un problema instaurado.

Cuando se trata de una disfunción que se repite en el tiempo aparecen serios problemas como la afectación de la autoestima, la evitación de las relaciones sexuales y los conflictos a nivel de pareja. En referencia a este último punto, la creencia de «cada vez estás más distante» y «ya no me deseas», atribuye el origen del problema a causas erróneas y termina por convertirse en un motivo de discusión y alejamiento.

Desde la terapia de pareja es esencial trabajar la comunicación de los miedos y las necesidades de cada miembro, logrando así un ambiente de amor y atención mutua… Un problema que antes se experimentaba desde la soledad, ahora pasa a vivirse de la mano.

Y la eyaculación precoz, ¿por qué se produce?

La eyaculación precoz es el problema sexual más frecuente entre la población masculina. Esta falta de control puede deberse a causas muy diversas. De hecho, el origen es inexacto. Lo que sí sabemos es que depende de factores psicológicos y, muchas veces, de creencias relacionadas con el hombre y la sexualidad (aspectos culturales).

Entre los factores que colaboran en la existencia de esta disfunción encontramos los factores predisponentes (por ejemplo, los antecedentes familiares, las circunstancias que acompañaban las primeras relaciones sexuales y el mal aprendizaje), los precipitantes (entre los que destacan la baja frecuencia sexual, la pareja demandante y la ansiedad de ejecución), y los mantenedores (donde resalta nuevamente la ansiedad de ejecución, la falta de habilidades psicosexuales y los conflictos de pareja), sin olvidar todos aquellos aspectos biológicos que podrían existir en cada supuesto.