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¿Cómo se lavan las mascarillas? Precauciones para evitar contagios


Ahora que en España empieza a haber mayor libertad de movimiento es necesario tomar medidas, dado que la principal medida de protección, la distancia social, ya no está garantizada.

Por muy triste que suene, quedar con familiares y amigos incrementa las posibilidades de ser contagiado por el virus. Afortunadamente, el uso generalizado de las mascarillas contribuye a reducir el riesgo al contagio, siempre y cuando reúnan los debidos requisitos.

A continuación vamos a aprender cómo se lavan las mascarillas, cuáles se pueden lavar, por qué y la importancia de una buena higiene en estos instrumentos preventivos.

¿Cómo se lavan las mascarillas para desinfectarlas?

Ahora mismo en España tenemos zonas que se encuentran en fase 1 o en fase 2. Hay mayor libertad de movimiento, pudiéndose salir por más tiempo y hacer actividades que hasta hacía unas pocas semanas estaban prohibidas, como acudir a bares o verse con familiares y amigos.

Pese a que es un alivio poder salir un poco e intentar hacer vida normal, lo cierto es que, también, hay mayores posibilidades de contagiarse, dado que al haber más gente en las calles ya no hay garantías de respetar la principal medida anti-contagio del COVID-19: la distancia social de 2 metros. Esto es especialmente difícil cuando vemos a familiares y amigos.

Es por todo esto que se ha hecho obligatorio el uso de la mascarilla, con la clara intención de reducir los contagios en caso de que no se pueda respetar la distancia social que, en estos momentos, es casi siempre. Al usarla todo el mundo, aquellas personas que estén contagiadas sin saberlo serán menos propensas a transmitir el virus a los demás, a la vez que los demás tendrán menores probabilidades de pillarlo. Sin embargo, no transmitirlo o no contagiarse del COVID-19 no depende únicamente de que usemos mascarilla o no, sino de cuál sea su calidad y el uso responsable que hagamos de esta protección.

Las mascarillas tienen una vida útil. Las hay que son de un solo uso y las hay que se pueden limpiar varias veces para reutilizarlas, además de que la calidad de sus materiales hacen que tengan efectividades diferentes. Por este motivo, el personal sanitario y de riesgo debería usar, preferiblemente, mascarillas de protección EPI (N95, FFP2 o FFP3), mientras que el resto de la población debería ser responsable para con los profesionales de la salud y usar mascarillas quirúrgicas o higiénicas, “más de calle”.

Las mascarillas caseras están muy contraindicadas, dado que no hay ninguna garantía de que protejan de nada y, de hecho, podrían contribuir a contagiarse más fácilmente dada su alta transpiración. No son seguras ni se pueden considerar higiénicas, además de entrañar más riesgos que beneficios, motivos los cuales han hecho de la OMS haya desaconsejado su uso en todo momento.

Las mascarillas lavables son las “mascarillas higiénicas reutilizables”. Estas deben indicar que cumplen con la especificación UNE 0065:2020, que viene a indicar que al menos aguantan cinco ciclos de lavado. En caso de que aguanten más de cinco lavados, deberán especificar cuántos exactamente. Eso significa que han demostrado que tras ese número de lavados, se mantienen los mínimos de filtración y respirabilidad exigibles por la norma.

Es muy importante entender que las mascarillas quirúrgicas o las higiénicas no reutilizables, como su propio nombre indica, no son reutilizables: no se pueden lavar.

Formas de lavarlas

Como hemos visto, las mascarillas higiénicas reutilizables son aquellas que sí se puede lavar, cumpliendo con la especificación UNE 0065:2020. El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar ha indicado tres métodos con los que se pueden desinfectar estas mascarillas.

Método 1. Lavado en ciclo normal de lavadora

El primero es lavar y desinfectar este tipo de protecciones de barrera con detergente normal y agua, a una temperatura entre los 60 y 90 ºC, lo que se correspondería con el ciclo normal de la lavadora.

Como es una protección que va a la cara, se recomienda una alta temperatura para destruir todos los posibles patógenos. Se lava igual que la ropa de cama o las toallas. El detergente es el que se encarga de eliminar el coronavirus, como de normal cuando nos lavamos las manos con jabón, eliminando su protección

Método 2. Sumersión en una disolución de lejía en agua fría

La segunda opción es sumergir las mascarillas en una dilución de lejía (20 ml de lejía, 980 ml de agua o 30 ml por litro) con agua tibia durante 30 minutos, inactivando el coronavirus por contacto. Posteriormente, lavar con agua y jabón , aclarando para eliminar cualquier resto de lejía.

Método 3. Uso de virucidas

La última opción es similar al método 2, que consiste en tratar la mascarilla con cualquier virucida autorizado por el Ministerio de Sanidad para uso textil y ambiental, siempre siguiendo las instrucciones del fabricante.

Esta tercera opción ha sido considerada por el Ministerio de Sanidad dada la excepcionalidad de la crisis sanitaria y la urgencia de tener productos desinfectantes con actividad virucida para la desinfección de mascarillas higiénicas reutilizables.

Precauciones

Es muy importante tener en cuenta en estos dos últimos métodos que se debe aclarar con abundante agua y/o lavar con jabón para eliminar cualquier resto de producto. De esta forma se evitarán daños en la piel por residuos del producto de limpieza. También en ambos casos se deben dejar las mascarillas secando al aire ambiental, no en la secadora.

Tampoco se deben desinfectar estos instrumentos en el horno, microondas o cocinarlas al vapor, dado que como instrumental sanitario que son requieren un tratamiento desinfectante específico, no ser cocinadas como si fueran repostería. Cualquiera de estos métodos pueden generar aerosoles portadores de virus susceptibles de ser inhalados, además de contaminarse utensilios de cocina y comprometer la integridad de la mascarilla.

¿Qué es la filtración y la respirabilidad de las mascarillas?

Las diferencias entre las mascarillas, sean del tipo que sean, se debe a su capacidad de filtración y respirabilidad, que dependen directamente de los materiales con los que hayan sido elaboradas. Entre las mascarillas no reutilizables, esto es, las higiénicas y las quirúrgicas, son estas segundas las que mejor grado de respirabilidad y filtración presentan.

La filtración

El ensayo de filtración bacteriana (BFE) es un proceso por el cual se determinan cuántas partículas de aerosol que contiene un inóculo bacteriano de Staphylococcus aureus atraviesan la mascarillas. Estas bacterias se usan en lugar del virus porque el tamaño de los aerosoles en los que viajan ambos patógenos son similares.

En el caso de las mascarillas quirúrgicas, el tejido con las que se elaboran debe retener al menos el 95% de los aerosoles, mientras que en las higiénicas el criterio es un poco menos estricto, de al menos el 90%.

La respirabilidad

El ensayo de la respirabilidad determina la diferencia de presión de aire de entrada y de salida. Esta se mide en unidades de presión por superficie (Pa/cm2)

El material de las mascarillas quirúrgicas debe ser menor de 40 Pa/cm2, mientras que en las higiénicas de 60 Pa/cm2. Esto se traduce en que con las mascarillas quirúrgicas se respira mejor.

Las mascarillas dejan de ser útiles si no somos responsables

Pese a que las mascarillas higiénicas, quirúrgicas y de protección EPI están pensadas para reducir las posibilidades de contagio, es importante entender que su uso no sirve de mucho si no se usan con la debida responsabilidad. Estos instrumentos no se deben toquetear, usarlas como collar o cubre-barbas, ponérselas al revés y no limpiarlas o usarlas más tiempo del debido. Aunque a veces resulte difícil respirar con ellas, deben cubrir el mentón, boca y nariz, especialmente si no se puede respetar una distancia de dos metros.

Tomarse a la ligera estas recomendaciones, por muy reutilizables y desinfectadas que estén las mascarillas, nos hace susceptibles de contagiarnos. El virus puede hospedarse en la parte externa de la mascarilla. Si nos la manoseamos constantemente, nos la bajamos y nos tocamos las fosas nasales una milésima de segundo, nos habremos contagiado con el COVID-19. También es posible contagiarse con una mascarilla en mal estado, casera o más usada de la cuenta. Seamos responsables y no bajemos la guardia, por nuestro bien y el de los demás.

Referencias bibliográficas:

  • Ministerio de Consumo (2020). ¿Qué debes tener en cuenta al comprar una mascarilla? Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar. Extaído de https://www.mscbs.gob.es/en/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos/030520_GUIA_COMPRA_MASCARILLAS.pdf
  • Ministerio de Sanidad (2020). Limpieza y desinfección de Mascarillas higiénicas reutilizables. Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar. Extaído de https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos/Limpieza_y_Desinfeccion_mascarillas_higienicas_reutilizables_pdf.pdf