Los 14 tipos de fiebre (y niveles de temperatura corporal)
La fiebre es una de las experiencias más comunes en la vida de prácticamente todo ser humano con tiempo a desarrollarse, y se vincula con una amplia variedad de alteraciones de la salud. Por eso es importante comprender este fenómeno y saber identificar las clases de fiebre que existen.
En este artículo veremos qué tipos de fiebre existen según distintas clasificaciones, y así como sus características y posibles peligros para la salud.
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¿Qué es la fiebre?
La fiebre, el incremento de temperatura corporal, se da como reacción del cuerpo ante un agente identificado como patógeno, con la finalidad de eliminarlo y activar el sistema inmunitario.
Así pues, la fiebre actúa como un signo que nos señala que algo en nuestro organismo no va bien y también fomenta la no proliferación de gérmenes, ya que estos normalmente solo crecen a temperaturas normales entre 35,5 y 37 °C; consideraremos fiebre cuando la temperatura sea superior a 38 °C, siendo esta valorada como urgente cuando supera los 41 °C. Visto de otra manera, se considera que la temperatura normal del cuerpo humano va de los 35,5 a 37 °C, pudiendo variar según el sujeto.
De este modo, temperaturas entre 37 y 38 °C constituyen lo que se conoce como febrícula cuando esta se mantiene durante 24 horas. Si es superior a 38 °C ya se considera fiebre a los 39 °C la fiebre se clasifica como moderada, y a los 40 °C ya nos indica una situación de urgencia.
Decimos que un individuo tiene fiebre cuando observamos un aumento de su temperatura corporal, una hipertermia; esto se produce ante la presencia de un posible agente patógeno, normalmente una infección. Este aumento de temperatura nos señala que nuestro sistema inmune se ha puesto en funcionamiento para combatir estos elementos que "se han colado" en el cuerpo; por tanto, funciona como alarma para actuar si vemos que este estado febril no mejora, y también como un mecanismo deensivo para matar ciertos microbios nocivos.
Los síntomas característicos de la fiebre son: dolor de cabeza, dolor muscular, escalofríos y somnolencia. En general surge una sensación de cansancio y agotamiento.
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Los tipos de fiebre (clasificados y explicados)
Existen diferentes tipos de fiebre que clasificaremos según su intensidad, su duración, su patrón temporal, qué causa tenga y cómo se dio su inicio. La clasificación de la fiebre según intensidad ya la hemos introducido en el apartado anterior. Tenemos: febrícula si la temperatura es de 37 a 38 °C, fiebre de 38 a 41 °C, e hiperpirexia si supera los 41 °C.
Debemos tener en cuenta cómo tomamos la temperatura corporal, ya que dependiendo del instrumento que utilicemos esta puede variar. Así la podemos medir en distintas partes del cuerpo como en la boca (oral), por el recto, en la axila, en el oído o en la frente. Se considera que las más precisas son las que tomamos orales o rectales; en las otras tres, que son más frecuentes, muestran resultados menos exacto. Por esta razón, será necesario que cuando comuniquemos al médico nuestra temperatura le indiquemos con qué utensilio de medida la hemos tomado.
A continuación veremos algunos de los tipos de fiebre que se consideran según las variables antes citadas.
1. Tipos de fiebre según su duración
Según cómo evolucionen y el tiempo que dure la fiebre hablamos de tres tipos de fiebre
1.1. Fiebre aguda
Como nos indica su nombre, esta será la fiebre que dure menos tiempo, menos de 1 semana. Las causas habituales de este tipo de fiebre son virales o algún tipo de infección, este tipo de fiebre suele alcanzar temperaturas más altas o empeorar a medida que transcurre el día, mayor temperatura durante la noche. Ejemplos de fiebre aguda pueden ser las infecciones de la piel, respiratorias o urinarias.
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1.2 Fiebre subaguda o prolongada
Hablamos de fiebre subaguda cuando el sujeto está más de 1 semana con fiebre, pero no supera las 3 semanas. Este tipo de fiebre se vincula a infecciones por bacterias, ejemplos de estas podría ser las fiebres entéricas como la tifoidea.
1.3 Fiebre crónica
La fiebre crónica supera las 3 semanas de sintomatología. Puede deberse a una de las fiebres anteriores (aguda o subaguda) no curadas, o a algún tipo de infección que cursan con afectación crónica, como podría ser el VIH o la tuberculosis.
2. Tipo de fiebre según el patrón
Según el patrón temporal que presenten los períodos de fiebre diferenciamos cuatro tipos.
2.1 Fiebre intermitente
Como nos indica su nombre, en este tipo de fiebre se producen variaciones a lo largo del día, durante 24 horas, dándose periodos de fiebre y otros sin mostrar temperatura elevada. Ejemplos de este tipo de fiebre son abscesos abdominales, causados por una bolsa de pus o la malaria.
Dentro de las fiebres intermitentes encontramos la fiebre héctica o séptica; esta se caracteriza por una gran diferencia de temperatura entre los periodos de fiebre y los no febriles; normalmente esta se debe a procesos sépticos donde se produce una disfunción en los órganos por causa de una desregulación de la infección.
Por otro lado, también encontramos la fiebre cotidiana, que muestra de manera regular cada día un episodio de fiebre y típicamente es causado por alguna especie de Plasmodium, que es un tipo de protozoo (por ejemplo, la malaria se puede clasificar dentro de este tipo).
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2.2. Fiebre remitente
En el tipo de fiebre remitente la alta temperatura se mantiene alta de forma permanente, sin alcanzar niveles normales durante el día, pero sí que se producen variaciones mayores a 1 °C. Un ejemplo podría ser la brucelosis, un tipo de infección bacteriana que se transmite de los animales a las personas, siendo común al comer alimentos lácteos crudos o sin pasteurizar.
2.3. Fiebre continua
En el caso de la fiebre continúa sucede similar al tipo de fiebre anterior; es decir, la alta temperatura se mantiene durante todo el día, pero en este caso no se dan grandes oscilaciones, la diferencia entre temperatura máxima y mínima no es mayor a 1 °C. Una enfermedad que puede presentar este patrón de fiebre es la neumocócica, que da lugar a una grave infección por bacterias, en concreto por Estreptococo.
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2.4 Fiebre recurrente
La fiebre recurrente también denominada reincidente, periódica u ondulante, alterna periodos de fiebre y periodos sin fiebre. Esta definición puede ser parecida a la fiebre intermitente, pero a diferencia de esta, donde la variación se produce en un intervalo de 24 horas, en la recurrente el intervalo de variación es más grande.
De este modo, después de un periodo con temperatura normal reaparece la fiebre pudiéndose presentar entonces otro tipo de patrón de los ya mencionados. Dentro de la fiebre recurrente se pueden diferenciar dos tipos: la fiebre de pel-ebstein que se caracteriza por ser poco frecuente y por presentar un patrón de 3 a 10 días con fiebre seguido de 3 a 10 días sin fiebre y así de manera continuada y fiebre terciana, cuartiana y quintana en estos tipos se observan intervalos febriles seguidos de dos (terciana), tres (cuartiana) o cuatro (quintana) días con temperatura normal.
3. Tipo de fiebre según su causa
Como ya hemos apuntado anteriormente, el aumento de fiebre se debe a la aparición de un agente patógeno que activa el sistema inmune, de este modo pueden darse distintas causas.
3.1. Fiebre por infección
La fiebre debida a infección es la causa más común; esta se puede dar en distintas partes del cuerpo, pudiendo ser cutánea, gastrointestinal o de garganta.
El aumento de temperatura es beneficioso, puesto que ayuda a que el sistema inmune se active y funcione de manera más rápida y, por otro lado, la mayoría de agentes infecciosos se desarrollan a temperaturas normales entre 36-37%, dejando de proliferar si se produce un incremento de temperatura.
3.2. Fiebre por afectación autoinmune
En el tipo de fiebre autoinmune el aumento de temperatura se da por la interpretación errónea que hace el sistema inmune de sus propias células, no reconocidas como tal y por esta razón las ataca. Un ejemplo es el lupus que entre otros síntomas produce fiebre sin que haya una causa conocida.
3.3. Fiebre oncológica
En este caso el aumento de temperatura y la activación del sistema inmune se debe a la detección de un tumor que el cuerpo interpreta como un agente patógeno e incrementa su actuación para eliminarlo.
3.4. Fiebre por vacuna
Las vacunas tienen la función de preparar y enseñar al organismo, al sistema inmune, cómo actuar ante la presencia de determinados virus o bacterias. De este modo, consiste en la introducción de algún fragmento de virus o bacteria inactivos que normalmente solo generan una leve reacción.
3.5. Fiebre por crecimiento de dientes
Cuando empiezan a salir los dientes es habitual que el niño muestre malestar e incluso puede producir un aumento de temperatura e inflamación como respuesta del sistema inmune para proteger al sujeto. Normalmente, el incremento de temperatura es leve, dando solo febrícula.
3.6. Fiebre como efecto secundario a fármaco
Como efecto secundario de algunos medicamentos puede aparecer un aumento de temperatura, como febrícula o alguna décima de fiebre, aunque normalmente, si no hay complicaciones, esta desaparece cuando se retira el fármaco.
3.7. Fiebre por presencia de coágulos
Un coágulo es una masa de plaquetas, proteínas y células de la sangre pegadas entre sí. Cuando este cuerpo se forma en el sistema circulatorio y tapona o hay peligro de que tapone las venas o las arterias, el cuerpo activa el sistema inmune y aumenta la temperatura corporal así facilitar la eliminación del coágulo.
3.8. Fiebre de origen desconocido
En este tipo de fiebre, como nos indica su nombre, no se conoce cuál es la causa, ya que no se debe a ninguna de las afectaciones anteriormente mencionadas. Si la fiebre dura poco tiempo no supondrá mayor complicación, pero si la alta temperatura persiste más de 3 semanas, es decir se vuelve crónica, el médico proseguirá a analizar cuál puede ser la causa de tal desregulación.
4. Tipos de fiebre según su inicio
Según el modo de inicio de la fiebre diferenciaremos entre brusca o de inicio lento.
4.1. Fiebre de inicio brusco
En este caso observamos que el aumento de temperatura se da de forma repentina.
4.2. Fiebre de inicio lento
Consideramos de inicio lento cuando el incremento de temperatura aparece de forma progresiva.