Fracaso escolar: algunas causas y factores determinantes
En la última década se ha observado un notable incremento en la prevalencia en el abandono escolar de la población española, pasando del 14% en 2011 al 20 % en 2015, hasta el punto en que este país alcanza el mayor índice respecto del resto de integrantes de la Unión Europea (Eurostat, 2016).
Las dificultades más usualmente detectadas hacen referencia a alteraciones de la lectoescriptura o dislexia (con un índice medio del 10%) o relativas al Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (con una proporción que oscila entre el 2 y el 5 % del alumnado).
Sin embargo, existen otras problemáticas que, sin ser tan frecuentes como las indicadas, pueden ocasionar la existencia de un trastorno del aprendizaje suficientemente significativo como para derivar finalmente en casos de fracasos escolares.
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El fracaso escolar y sus causas
El fracaso escolar, entendido como la dificultad para asimilar e interiorizar los contenidos académicos establecidos por el sistema educativo en función de la edad y desarrollo del niño, puede ser motivado por múltiples causas de diferente índole. No puede considerarse, por tanto, que la responsabilidad deba recaer exclusivamente en el alumno, sino que tanto la comunidad educativa como el entorno familiar presentan una influencia muy relevante.
Entre los factores que pueden precipitar la aparición del fracaso escolar en el alumno se distinguen los siguientes:
- Aspectos relativos al nivel de maduración psiquico-física del alumno, como las capacidades psicomotoras o cognoscitivas (atención, memoria, percepción, etc).
- Trastornos específicos del desarrollo, vinculados a la existencia de dificultades significativas en destrezas básicas como la lectura (dislexia), escritura (disgrafia) o razonamiento matemático (discalculia).
- Trastornos del aprendizaje, referidos por ejemplo a la presencia de entidades más de tipo clínico como puede ser el Trastorno de Déficit de Atención y sus distintas modalidades (con presencia de hiperactividad, combinado, impulsividad, etc.).
- Trastornos pedagógicos, debidos a una diferencia de ajuste entre los objetivos escolares planteados al alumno y su adaptación a estos.
- Trastornos estrictamente psicológicos, como por ejemplo la presencia de temores, miedos acusados, fobias, inhibición emocional y conductual y/o timidez excesiva.
- Otros problemas relacionados con las aptitudes básicas de memoria, atención, aptitud verbal o numérica que afectan inevitablemente al rendimiento del alumno u otros problemas derivados de la sobrecarga de actividades o contenidos a aprender.
Por otra parte, tal como se hacia referencia anteriormente, existen una serie de circunstancias que hacen referencia al funcionamiento deficiente, en algunos casos, del sistema educativo, que agravan de forma considerable las consecuencias derivadas de la existencia de los factores anteriormente listados. Cuestiones metodológicas, actitudes docentes, estilos de enseñanza no individualizados y obsoletos causan que la figura docente pueda no estar suficientemente preparada para atender a estos alumnos con las características indicadas, de por sí más complejos.
Otros factores que aumentan el fracaso escolar
A continuación se exponen tres de las problemáticas que usualmente pasan desapercibidas puesto que difieren de las dificultades habituales relativas a la lectoescriptura.
De igual manera que esta, las que se exponen a continuación pueden ser causantes de fracaso escolar del alumno si no se detectan y son intervenidas adecuadamente.
Acalculia y problemas de razonamiento numérico
La acalculia se circunscribe dentro de los llamados Trastornos Específicos del Aprendizaje y se define, tal y como propuso Salomon Eberhard Henschen (quien acuñó el término por primera vez en 1919) por un tipo de alteración del cálculo que puede ser derivado de una lesión cerebral o también debido a la presencia de dificultades en el trascurso de los aprendizajes académicos.
Según este autor, la acalculia no convive con sintomatología afásica o de disfunción lingüística en general. Posteriormente, su discípulo Berger, realizó la distinción entre acalculia primaria y secundaria. En el primer caso se hace referencia a un tipo de alteración de la aptitud de cálculo específico y no relacionada con desviaciones aptitudinales de otros procesos cognitivos básicos como la memoria o la atención. Por el contrario, la acalculia secundaria presenta un carácter más amplio y general y sí se encuentra vinculada a alteraciones de dichos procesos cognitivos básicos.
De los planteamientos iniciales surgieron las clasificaciones de Henri Hécaen, quién distinguió entre acalculia aléxica (comprensión de caracteres matemáticos) y agráfica (expresión escrita de los caracteres aritméticos), espacial (disposición y ubicación de números, signos y demás elementos matemáticos en el espacio) y aritmética (aplicación correctas de las operaciones aritméticas).
Algunas particularidades de los problemas de cálculo
McCloskey y Camarazza han descrito una diferenciación entre la naturaleza de la alteración en el procesamiento o razonamiento numérico (comprensión y producción de caracteres numéricos) respecto de aquellas más relativas al proceso de cálculo (procedimientos para llevar a cabo operaciones aritméticas).
En relación al primer tipo de dificultad cabe distinguir entre dos componentes, los cuales pueden derivar en dos tipos de alteraciones: los elementos implicados en la producción de números arábigos y los que intervienen en la producción de números verbales. Este último componente consta a su vez de dos procedimientos: el procesamiento léxico (fonológico, relacionado con el sonido verbal de los caracteres numéricos, y grafológico, conjunto de signos y símbolos escritos) y el sintáctico (relaciones entre elementos para otorgar un significado global del la expresión numérica).
En referencia a las alteraciones en el cálculo cabe señalar que debe de disponerse de un funcionamiento adecuado a nivel de procesamiento numérico previo, puesto se sabe necesaria la capacidad de comprender y producir correctamente los elementos numéricos que confirman una determinada operación matemática, así como las relaciones entre los distintos caracteres aritméticos y su funcionamiento.
Aún así, contando con una capacidad adecuada de procesamiento numérico, puede darse una dificultad bien en ejecutar un orden correcto en la secuencia de pasos a seguir para llevar a cabo este tipo de procedimientos o bien en la memorización de las combinaciones aritméticas usuales (como por ejemplo las tablas de multiplicar).
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Trastorno Psicopedagógico por falta de atención
El Trastorno Psicopedagógico tiene lugar cuando el alumno no es capaz de asumir los objetivos a nivel psicopedagógico propuestos para ese curso académico en concreto. Este hecho deriva en que una acumulación de aprendizajes psicopedagógicos no alcanzados que van amontonándose en los cursos posteriores si no se detecta y se actúa en el momento en que se observan los primeros indicadores confirmatorios.
Las asignaturas que más frecuentemente resultan afectadas son las elementales: lenguaje y matemáticas. Usualmente el origen de este tipo de complicaciones deriva de:
- La aplicación de metodologías docentes no adaptadas a las características particulares de aprendizaje del alumno, ya sea por exceso (alumnos infradotados) o por defecto (alumnos superdotados).
- Estilos parentales educativos que no enfatizan la relevancia de la adquisición de aprendizajes.
- Características diferenciales del propio alumno respecto de sus compañeros (presencia de alteración conductual, escasa competencia en un área determinado, etc.).
Este tipo de alteración difiere del TDAH puesto que este último debe cumplir criterios en las tres áreas afectadas: la atención, la impulsividad y/o la hiperactividad.
La sobredotación intelectual
En cuanto a la sobredotación intelectual, son diversos los factores a considerar en la prevención del fracaso escolar en alumnado que presenta muy elevadas capacidades intelectuales:
La sensibilización del entorno
Es muy importante la concienciación y asimilación por parte de la comunidad educativa de que este tipo de colectivo presenta unas características particulares y por tanto, unas necesidades educativas especiales.
Cambios institucionales para crear centros educativos inclusivos
Una vez superado el punto anterior, debe darse una adaptación del sistema educativo general para crear instituciones educativas (escuelas, institutos, universidades, etc.) que permita atender a este tipo de alumnado. Igual de importante es el hecho de dotar a estas instituciones con los recursos materiales, económicos, personales y profesionales que permitan a la propia institución ofrecer su servicio educativo apropiadamente.
El mito de la edad cronológica
Otra cuestión importante es que debe desterrarse la idea tradicionalmente aceptada de que un curso académico debe corresponderse con una edad cronológica determinada. Parece asimilarse en mayor medida en el caso de alumnos “repetidores”, pero no tanto en aquellos que deben ir más “avanzados”. Como se ha trasmitido a lo largo de todo el temario, cada alumno presenta unas particularidades y debe ser el sistema educativo el que se adapte a las características del alumno y no lo contrario. Así, la consideración de poner en marcha adaptaciones curriculares para este colectivo debe aplicarse sin reticencia y de forma generalizada.
Por ello, los objetivos que deben perseguirse en dichas adaptaciones curriculares deben ir encaminadas a:
- Fomentar el pensamiento divergente y creativo del alumnado, con la finalidad de permitirle desarrollar todo el potencial que sea posible;
- Potenciar el razonamiento científico y del desarrollo lógico.
- Ofrecer un acceso libre a medios educativos más complejos, sobre todo en áreas académicas más especializadas como la música, la ciencia o el arte.
- Incentivar y motivar el desarrollo del potencial a través de recompensas y refuerzos positivos como certámenes, exposiciones o debates donde el alumno superdotado obtenga la satisfacción de su trabajo y esfuerzo.
A modo de conclusión
Tras lo expuesto en el texto, parece relevante considerar todos los factores que están propiciando tan elevadas tasas de abandono escolar.
Lejos de responsabilizar exclusivamente a la presencia o ausencia de voluntad de aprender en el alumno, existen otros muchos aspectos relativos al tipo de enseñanza que se imparte, la metodología pedagógica aplicada, los hábitos y valores trasmitidos por la familia en relación al aprendizaje que deben tenerse igualmente en cuenta para alcanzar una mejora en el objetivo de reducir el porcentaje actual sobre fracaso escolar.
Referencias bibliográficas:
- Escudero, J. M, González, M. T., y Martínez, B. (2009). El fracaso escolar como exclusión educativa: comprensión, políticas y prácticas. Revista Iberoamericana de Educación, 50, 41-64.
- Marchesi, A. (2003). El fracaso escolar en España. Madrid: Fundación Alternativas. Documento de Trabajo 11/2003.