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​Los 16 tipos de sentimientos y su función psicológica


Los seres humanos experimentamos multitud de sentimientos casi sin darnos cuenta: me siento contento, aburrido o confiado son algunos ejemplos. El término sentimiento puede confundirse con emoción, y aunque éstos están relacionados, no son exactamente lo mismo.

En este artículo hablaremos sobre qué son sentimientos y cómo podemos reconocerlos.

Diferencia entre emociones y sentimientos

Algunos de vosotros os habréis preguntado qué diferencia a una emoción de un sentimiento. Pues bien, para entender esta diferencia podemos extraer un fragmento del libro “El error de Descartes” de Antonio Damasio. El autor es un investigador que ha prestado mucha importancia a las emociones y los sentimientos en el comportamiento social e incluso en el razonamiento.

Para Damasio: “Cuando experimentas una emoción, por ejemplo la emoción de miedo, hay un estímulo que tiene la capacidad de desencadenar una reacción automática. Y esta reacción, por supuesto, empieza en el cerebro, pero luego pasa a reflejarse en el cuerpo, ya sea en el cuerpo real o en nuestra simulación interna del cuerpo. Y entonces tenemos la posibilidad de proyectar esa reacción concreta con varias ideas que se relacionan con esas reacciones y con el objeto que ha causado la reacción. Cuando percibimos todo eso es cuando tenemos un sentimiento.”

Así pues, los sentimientos son el modo en el que nos relacionamos con esa vertiente emocional de nuestra mente, las narraciones que establecemos sobre ella y el modo en el que respondemos ante estas situaciones experienciales. 

De manera teórica, pues, los sentimientos y las emociones se encuentran diferenciadas entre sí por las relaciones diferentes que ambos tienen con la consciencia y con los procesos psicológicos superiores: los sentimientos parten de las ideas abstractas y el pensamiento dirigido de forma consciente, mientras que las emociones no.

Un ejemplo sobre emociones y sentimientos

En pocas palabras, la emoción sería la primera reacción que experimentamos frente a un estímulo y que tiene que ver con el sistema límbico. Y el sentimiento sería el resultado de una emoción, y tiene su origen en el neocórtex, concretamente en el lóbulo frontal. La respuesta a un sentimiento puede ser física y/o mental, y está mediada por neurotransmisores como la dopamina, noradrenalina y la serotonina. Asimismo, los sentimientos duran más que la emoción, pues su duración proporcional al tiempo en que pensamos en ellos.

En nuestra vida cotidiana, los sentimientos se manifiestan todo el tiempo, por ejemplo: Estamos en el trabajo, se acerca nuestro jefe y nos dice le acompañemos a la oficina. Allí, nos comunica que desde la dirección no les gusta nuestro trabajo y nos despiden. Casi constantemente el miedo se apodera de nosotros, lo que sería la emoción. 

Justo después, analizamos la situación y nos planteamos una serie de cuestiones: “¿Por qué yo? ¿Qué habré hecho mal?” y comenzamos a experimentar tristeza y lástima por tener que abandonar el puesto de trabajo, enfado, inferioridad, incertidumbre por el futuro, etc. Esta segunda reacción modificada por nuestros pensamientos conscientes, sería un sentimiento.

Los componentes de la emoción

Cabe decir, pero, que el debate entre sentimiento y emoción viene de lejos y ha sido un tema controvertido, pues son términos que se suelen confundir y utilizar de forma indistinta. Uno de los primeros autores que habló sobre los emociones y los sentimientos fue Richard S. Lazarus, qué afirmo que que estos dos conceptos están interrelacionados. El sentimiento formaría parte de la emoción, pues es su componente subjetivo, es decir, cognitivo.

Las emociones, que se originan en el sistema límbico del cerebro, son estados complejos en los que intervienen distintos componentes:

  • Fisiológicos: Son procesos involuntarios, la primera reacción: aumenta el tono muscular, la respiración, se producen cambios hormonales…
  • Cognitivos: La información se procesa, tanto a nivel consciente como inconsciente que influye en nuestra experiencia subjetiva.
  • Conductuales: Movimientos del cuerpo, del tono de voz, de la cara...

Para Carlson y Hatfield. El sentimiento es la experiencia subjetiva de la emoción. Es decir, el sentimiento sería la combinación de la emoción instintiva y breve, junto con el pensamiento que obtenemos de forma racional de esa emoción.

16 sentimientos que experimentamos

Son muchos los sentimientos que experimentamos los seres humanos. A continuación os presentamos una lista con 16 sentimientos muy frecuentes:

Sentimientos positivos

Estos sentimientos llevan a una conducta más positiva:

1. Euforia: Este sentimiento nos hace sentir en subidón y nuestra percepción de la vida es magnífica.

2. Admiración: cuando contemplamos a algo o alguien de forma positiva.

3. Afecto: Es una sensación placentera al conectar con alguien.

4. Optimismo: Percibimos la vida de manera positiva y sin miedo a hacerle frente.

5. Gratitud: Sentimos agradecimiento por alguien.

6. Satisfacción: Una sensación de bienestar por algo que ha ocurrido.

7. Amor: Un sentimiento complejo que expresa lo mejor de nosotros mismos.

8. Agrado: Algo nos produce gusto.

Sentimientos negativos

Son sentimientos que experimentamos de forma desagradable:

9. Enfado: Es un sentimiento de disgusto o mala disposición hacia alguien o algo

10. Odio: Un fuerte sentimiento de repulsa hacia una persona

11. Tristeza: Un estado negativo que provoca malestar con tendencia al llanto

12. Indignación: Malestar ante algo que se considera injusto

13. Impaciencia: Sentimiento de necesitar algo ahora.

14. Envidia: Sentimiento que se produce al desear algo que no se tiene y que posee otra persona.

15. Venganza: Ganas de hacer venganza, pero no necesariamente hay que llevarla a cabo.

16. Celos: sentimiento que surge al pensar que va a perder a alguien que ama.

La importancia de la gestión de los sentimientos para la salud emocional

Uno de los temas más importantes de la psicología en la actualidad es la inteligencia emocional. Aunque se suele hablar de emociones, en realidad hace referencia los sentimientos. La correcta gestión de los sentimientos, es decir, por ejemplo, el autoconocimiento o la regulación aportan muchos beneficios para las personas tanto en su bienestar mental como en su rendimiento ya sea laboral, educativo o deportivo.