Cómo dejar de ser impulsivo: 5 claves para lograrlo
La impulsividad puede llegar a ser un problema significativo, tanto a la hora de relacionarnos con los demás como a la hora de gestionar nuestras emociones y conductas. Por eso, hay quienes se consideran personas demasiado impulsivas, y buscan maneras de poner un límite a esta tendencia a dejarse llevar.
En este artículo veremos una serie de consejos acerca de cómo dejar de ser impulsivo (teniendo en cuenta que la impulsividad es una cuestión de grado).
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Consejos para dejar de ser impulsivo
Cualquier cambio psicológico requiere al menos dos cosas: tiempo y esfuerzo. Esto se debe a que los comportamientos no son como los procesos únicamente biológicos, algunos de los cuales pueden ser modificados en cuestión de minutos al introducir una sustancia en el cuerpo; la psicología es fundamentalmente modificar hábitos y rutinas, y eso requiere de la práctica continuada.
Así pues, saber cómo dejar de ser impulsivo implica ser consciente de que este cambio no va a ser de la noche a la mañana y requiere de compromiso y esfuerzo, lo cual siempre causa una cantidad mínima de incomodidad al salir de la zona de confort.
Dicho esto, pasemos a ver los consejos, teniendo en cuenta que todos ellos deben ser adaptados a las condiciones específicas en los que viva cada uno, ya que cada persona es un mundo.
1. Cambia tu entorno para cambiarte a ti
Algo que muchas personas no entienden es que los cambios psicológicos individuales no se producen de manera aislada del entorno, sino que mantienen una relación bidireccional con este. Por eso, los cambios más duraderos y significativos llegan al menos a través del cambio de los entornos en los que nos movemos e manera habitual y a los cuales nos exponemos para que sus características moldeen cómo somos.
Así pues, para dejar de ser impulsiva, una persona debe procurar evitar exponerse a contextos en los que la impulsividad es una reacción frecuente a lo que ocurre. Por ejemplo, lugares con violencia o peligros físicos en los que se exija una respuesta rápida a prácticamente cualquier estímulo, o sitios llenos de elementos que nos inviten a entrar en el círculo vicioso de las obsesiones o las conductas adictivas.
2. Concéntrate en tus acciones
El principal modelo teórico utilizado para explicar cómo funciona el autocontrol en los seres humanos señala que el control de las acciones está relacionado con la regulación de las emociones y de los pensamientos.
Por consiguiente, un factor que puede ayudar a dejar de ser excesivamente impulsivos es centrarse en no ceder a los arrebatos físicos. Tener claro este objetivo en los momentos en los que aparece la tentación de realizar una acción perjudicial.
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3. Lleva una vida sana
Buena parta de la impulsividad puede ser debida al estrés.
El hecho de andar en un estado de alerta producido por el agotamiento mental, la sensación de tener muchos frentes que atender y tareas por terminar, o la sensación de que se está en un lugar hostil, pueden hacer que al mínimo motivo para frustrarse se caiga en la impulsividad, ya sea afrontando un problema de manera agresiva, o mediante la evasión de las responsabilidades a través de sensaciones que nos distraigan (atracones de comida, impulso de comprar, etc.).
Así pues, las soluciones más comunes para reducir el estrés y la ansiedad suelen plasmarse en una reducción de la impulsividad, y de entre estas, cabe destacar el mantenimiento de una dieta equilibrada y unos horarios de sueño adecuados.
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4. Mantén lejos las adicciones
Las adicciones son una constante fuente de frustración, y eso nos lleva a ser impulsivos. Por ejemplo, si se siente una extrema necesidad de salir a fumar a la calle, es mucho más posible que se responda de una manera agresiva a alguien que nos propone algo que retrasaría esa cita con el cigarrillo.
5. Cuestiona tus creencias
Hay creencias que nos predisponen a ser impulsivos en algunos contextos. Ideas que deshumanizan a ciertas personas, por ejemplo, invitan a tratarlas como objetos, es decir, a no tener en cuenta sus sentimientos, de modo que los filtros de conducta socialmente aceptable no se aplican aquí.
Cambiar estas creencias es fundamental, y esto es algo que puede hacerse, por ejemplo, a través de la reestructuración cognitiva en psicoterapia.
6. Rodéate de personas no impulsivas
Finalmente, este elemento también es muy relevante: mantenerse en un contexto en el que la impulsividad no sea una constante en todo el mundo.
Somos en parte aquello que vemos en el día a día, así que estar interactuando constantemente con personas impulsivas hará que tendamos a serlo más. De este modo, cambiar de círculos sociales nos ayudará mucho a dejar atrás la impulsividad.