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Así es la psicología deportiva aplicada al alto rendimiento


La psicología es mucho más que terapia aplicada a pacientes que han desarrollado trastornos psicológicos. Un claro ejemplo de esto lo tenemos en la psicología deportiva, área de trabajo cada vez más conocida y demandada.

En este artículo conocerás algunas de las claves para entender el funcionamiento de la psicología deportiva aplicada al alto rendimiento: los objetivos que se propone abordar, sus áreas de intervención, y más.

¿Cuál es el objetivo de la psicología deportiva?

Como su nombre indica, la psicología deportiva (también conocida como psicología del deporte) es una rama de la psicología aplicada que pone su foco de interés en los aspectos mentales y comportamentales del deporte, tanto en los resultados obtenidos en términos de rendimiento, como en su impacto en el bienestar de las personas.

Así pues, esta disciplina tiene en cuenta tanto los factores individuales como los factores grupales y relacionales que juegan un papel en el rendimiento y en la experiencia de participar en deportes, tanto a corto como a largo plazo.

Los psicólogos especializados en este ámbito de trabajo pueden estar contratados por clubes deportivos o bien atender a varios particulares que acuden a la consulta del profesional o al centro de psicología en el que este trabaja.

En ambos casos, se considera que la labor del psicólogo deportivo forma parte de un proceso, es decir, que para obtener resultados debe realizarse un acompañamiento y un estudio pormenorizado del caso para poder aportar planes de intervención personalizados y adaptados a las necesidades de los deportistas. De este modo, se sigue la misma lógica que tiene lugar en psicoterapia: no se ofrecen soluciones mágicas al instante,sino un programa de intervención psicológica que debe ser desplegado a lo largo de varias semanas seguidas.

Problemas en los que interviene en el contexto del alto rendimiento deportivo

Estos son algunos aspectos del deporte en los que trabajan los psicólogos especializados en este ámbito.

1. Burnout

Los programas de entrenamiento pueden llegar a generar burnout en los deportistas, un estado psicológico en los que se mezclan síntomas típicos de los trastornos de ansiedad y la depresión, como por ejemplo el aplanamiento afectivo, la falta de motivación, el insomnio, los problemas de concentración, y la irritabilidad, entre otros.

Ante esto, los psicólogos deportivos examinan el caso y detectan los elementos que pueden haber dado pie a que la persona desarrolle ese problema, lo cual no pasa necesariamente por rebajar expectativas del rendimiento a alcanzar.

2. Mal clima de trabajo en equipo

Del mismo modo en el que las empresas puede aparecer un mal clima laboral, lo mismo puede ocurrir en el trabajo en equipo tanto en aquellos deportes en los que dos grupos compiten entre sí, como en la relación entre el deportista y su equipo de preparación y entrenamiento. Los aspectos psicosociales son siempre muy relevantes en la psicología deportiva, y a veces pequeños malentendidos o conflictos que no han sido gestionados adecuadamente pueden dar al traste con meses de entrenamiento.

3. Profecía autocumplida ligada a la ansiedad

El fenómeno de la profecía autocumplida aparece cuando una predisposición psicológica que aparece cuando la persona prevé que se producirá una situación hace que esa situación esperada tenga mayores probabilidades de convertirse en realidad. Esto ocurre mucho con los problemas de estrés y ansiedad: el miedo a fracasar en días claves, por ejemplo, se convierte rápidamente en miedo al miedo, lo cual acerca al deportista a la posibilidad de que no rinda adecuadamente.

4. Mal manejo de la concentración

El deporte es mucho más que el simple fenómeno mecánico de mover músculos de una determinada manera: saber controlar adecuadamente cuándo y en qué nos concentramos es clave para obtener los resultados deseados en el deporte. Esto es un proceso enteramente psicológico, y puede ser abordado a través de la psicología del deporte, que ayuda a los deportistas a desarrollar un manejo muy avanzado de su foco atencional.

5. Hábitos de entrenamiento y preparación

El simple hecho de saber que hay que entrenar de una determinada manera y evitar certos hábitos dañinos para la salud no implica tener la capacidad de comprometerse con ese plan de preparación deportiva, del mismo modo que todos sabemos que fumar es malo pero no todas las personas son capaces (al menos, sin ayuda) de no consumir tabaco. Por eso, el acompañamiento que ofrecen los psicólogos deportivos también aporta recursos para estructurar bien el día a día y hacer del compromiso con el entrenamiento y la preparación algo real, que vaya más allá de la teoría.

Referencias bibliográficas:

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