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​Trabajos tóxicos: 12 señales de que tienes un empleo basura


Las personas pasamos muchas horas en el trabajo, por lo que esta actividad ocupa una gran parte de nuestras vidas. Ser feliz en el trabajo mejora nuestra autoestima e influye positivamente en nuestra satisfacción vital.

Sin embargo, muchas veces, podemos vivir un trabajo tóxico, un trabajo que no nos llena, en el que los trabajadores nos hacen la vida imposible o en el que las condiciones que nos impone la empresa nos terminan por quemar o fundir.

Así pues, detectar las características de los trabajos tóxicos e identificarlos como tales será muy importante para velar por nuestro bienestar físico y emocional; veamos las claves para reconocer las señales de alerta asociadas a este tipo de contextos laborales.

Señales de que estás en un trabajo tóxico

Por eso, en las siguientes líneas te presentamos una lista de señales que te indican que estás inmerso en un trabajo tóxico, y te advierten que debes tomar medidas para que esto no afecte a tu bienestar general.

Las señales que te indican que estás en un trabajo tóxico son las siguientes.

1. No te sientes parte de la empresa

Los psicólogos organizacionales son expertos en medir el nivel de satisfacción de los trabajadores dentro de la empresa, y para ello utilizan distintas variables que le permiten interpretar cómo se siente un trabajador respecto a la organización y el trabajo que realiza.

Los trabajadores que están más satisfechos rinden más y, por tanto, la empresa también sale ganando porque los resultados también mejorarán. Por desgracia, hay muchos empresarios o directores de empresas que solamente tienen números en su mente, por lo que le dan poco importancia al capital humano de la organización y al bienestar de sus trabajadores.

Una de las variables que correlaciona positivamente con la satisfacción en el trabajo es el grado en el que un trabajador se siente comprometido con la empresa. No hay que olvidar que las personas somos seres emocionales, y cuando sentimos rechazo hacia los valores de la organización, su funcionamiento o las políticas dentro de ésta, no estaremos a gusto en la compañía que nos ha contratado. Un bajo compromiso con la empresa y la idea de abandonarla correlacionan con niveles altos de estrés y burnout y también con la insatisfacción laboral.

2. Mala comunicación

La comunicación es clave en cualquier empresa no solo para que funcionen mejor las cosas dentro de ésta, sino que una mala comunicación puede crear niveles altos de estrés y, como consecuencia, insatisfacción en el trabajo por parte de los empleados.

La comunicación no se refiere solamente a la comunicación con proveedores, clientes u otras empresas, sino la comunicación dentro de la misma, por ejemplo, con las órdenes que los superiores dan a los subordinados (tanto en cuanto al lenguaje verbal y no verbal) y cómo éstos las reciben. Un comunicación pobre es sinónimo de un trabajo tóxico.

3. Conflictos con tu rol

Y es que la comunicación pobre puede crear problemas como el conflicto de rol o la ambigüedad de rol, que son fenómenos que generan un gran malestar en el trabajador, pues éste se siente confundido respecto al papel que tiene dentro de la empresa y las funciones que desempeña dentro de ésta.

Por ejemplo, cuando un trabajador acaba de ser contratado y no se le informa correctamente de lo que tiene que hacer. Esta situación hará que el trabajador sienta una gran insatisfacción.

4. Mala relación con el jefe

Uno de los grandes problemas que podemos encontrar en las empresas es la mala relación entre los empleados y los superiores, que, de hecho, es uno de los grandes generadores de estrés.

Características de los trabajos tóxicos

Esto ocurre porque una sola persona (de rango superior) ejerce una gran influencia sobre un grupo de personas, por lo que los problemas no solo son a nivel individual sino también grupal y organizacional. Un estilo de liderazgo deficiente va a crear un ambiente laboral tóxico, en el que, por ejemplo, todo un departamento puede sufrir las consecuencias.

5. Problemas con los compañeros de trabajo y falta de trabajo en equipo

Pero la relación con los superiores no es el único tipo de relación tóxica que puede darse en una empresa, sino que la relación con los empleados puede ser también una realidad de muchas empresas.

Si bien es cierto que los compañeros de trabajo pueden tener un efecto positivo en la reducción y la amortiguación del estrés laboral, pueden generar situaciones conflictivas también, y por tanto es una variable que siempre se tiene en cuenta a la hora de medir el nivel de satisfacción de los trabajadores por parte de los expertos en salud laboral.

6. Mobbing

En algunos casos, además, pueden ocurrir fenómenos tan negativos para las organizaciones como el mobbing, que es el acoso psicológico que ocurre dentro de una empresa. Dicho de otro modo, es el bullying en el trabajo**. El mobbing puede darse en varios niveles: entre compañeros de trabajo, de subordinado a superior** (donde esta última es la víctima) o de superior a subordinado.

7. No te gusta lo que haces

Si bien he hablado en los puntos anteriores de algunas señales que vienen de la estructura de la empresa y el clima que existe en ella, a veces uno puede sentir que está en un lugar de trabajo tóxico puesto que no le gusta lo que hace o bien lo hace por dinero. En estos casos, quizás sea mejor replantearse la situación para gozar de una mayor salud laboral. A veces es el hecho de no querer salir de la zona de confort lo que nos mantiene en el mismo lugar de trabajo a pesar de que no nos gusta nada.

8. Desmotivación

Uno de los síntomas de que no te gusta tu trabajo o que algo falla en la empresa es la desmotivación. Cuando no quieres acudir al trabajo, odias ver a tus compañeros, no te sientes identificado con la empresa o las horas se te pasan lentamente, es que estás desmotivado. La desmotivación puede tener muchas causas, desde que la persona no está en el puesto adecuado hasta el exceso de trabajo que tiene que soportar.

9. Malas condiciones laborales

Y no hay nada más desmotivante que las malas condiciones laborales, que se han incrementado en los últimos años debido a la crisis. Hay muchos trabajadores que soportan malas condiciones de laborales (exceso de trabajo, contratos precarios, etc.) para no perder el empleo. Esta presión añadida y el miedo a poder ser despedido en cualquier momento puede causar irritabilidad, dificultad de concentración y gran ansiedad, entre otros síntomas perjudiciales.

10. Problemas con la estructura de la organización e imposibilidad crecimiento

Muchos empleados se sienten insatisfechos en el trabajo por las malas políticas de recursos humanos de la organización o por la imposibilidad de crecer y desarrollarse dentro de la empresa. Cuando alguien lleva 7 años en la empresa y ve que no hay posibilidad de mejorar, puede sentir que se encuentra en un trabajo tóxico.

11. Estrés y burnout

Sin duda, uno de los factores que más está afectando a los trabajadores en los últimos tiempos y que reúne todos los puntos anteriores es el estrés laboral o el burnout. Y es que las causas pueden ser variadas: desde un exceso de trabajo prolongado, una mala relación con los superiores o trabajar de lo que a uno no le gusta no le motiva, es decir, estar en el trabajo equivocado.

El estrés causa muchos problemas para los trabajadores y para la propia organización. Puedes saber más sobre el estrés laboral y el burnout en estos dos artículos:

12. Falta de supervisión e incertidumbre sobre qué hacer

Muchas personas se quejan por tener un jefe demasiado entrometido o que se obsesiona con tenerlo todo bajo control, pero el caso contrario es igual o más causante de malestar. El hecho de ir cada día a trabajar sin tener una idea clara de qué hay que hacer o de cómo hacerlo produce una angustia que se mantiene a lo largo de semanas y que nos mantiene alerta, esperando que en cualquier momento las consecuencias de nuestra falta de supervisión estallen en forma de crisis, de problema que se ha ido acumulando sin que nadie fuese consciente de ello. Y es que ante la incertidumbre, la mente humana suele imaginar escenarios futuros muy pesimistas, e incluso si no terminan produciéndose en el mundo real, igualmente nos amargan la existencia mientras permanecen en nuestra mente.