Las 3 fases de la Edad Media (características y eventos más importantes)
La Edad Media es uno de los períodos más extensos de la historia y uno de los más importantes en la historia de la civilización occidental. El Medievo abarca casi mil años, diez siglos en los cuales ocurrieron muchos acontecimientos que marcaron el rumbo de Occidente.
A diferencia de lo que muchos creen, la Edad Media fue un periodo muy rico en un sentido cultural, una época que lejos de estar sumida en la más absoluta oscuridad desarrolló cultura, filosofía y, en una medida mucho menor, ciencia.
Son varias las fases de la Edad Media que los historiadores han acordado dividirla y a continuación descubriremos de cuáles se tratan.
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Las principales fases de la Edad Media
Cuando hablamos de la Edad Media nos referimos a un período de la historia de Europa que abarca desde el siglo V hasta el siglo XV. Este período de casi mil años comenzó con la caída del Imperio Romano allá por el año 476 d.C., mientras que su final se alcanzó durante el siglo XV, habiendo varios años propuestos como la fecha definitiva del fin del Medievo: la invención de la imprenta de Johannes Gutemberg (1440), la caída del Imperio Bizantino (1453) y el descubrimiento europeo de América por Cristóbal Colón (1492).
Sea cual sea el que se considere que marca el final de la Edad Media europea, todos estos acontecimientos se unieron a dos hechos históricos que marcaron el último siglo de este período: el final de la Guerra de los Cien Años (1337-1453) y la popularización del invento de Gutemberg. Con la llegada de la paz tras una guerra de 116 años y la fabricación en masa de libros, favoreciendo la transmisión de ideas más fácilmente, se inició un proceso de cambio político, social y económico en el Viejo Continente.
El concepto de Edad Media fue creado por los humanistas europeos de los siglos XIV y XV, quienes creían que la época en la que vivían era un resurgimiento de la antigüedad grecorromana: el Renacimiento. Los pensadores de esos siglos dividían la historia conocida en tres períodos: la época clásica, idealizada y vista como perfecta, la época medieval, el periodo intermedio y que veían como oscuro y decadente, y la edad moderna, su tiempo en el que las ideas humanistas y renacentistas conquistaron el continente.
Pero a pesar de que el se lleve diciendo ya desde el Renacimiento que el Medievo fue un período lleno de oscuridad e ignorancia, lo cierto es que es más bien un mito. La realidad es que, si bien la Edad Medieval no fue esplendorosa, sí que hubo mucha actividad cultural, filosófica y, aunque en menor medida, científica. Prueba de ello lo tenemos en figuras medievales como Tomás de Aquino, Guillermina de Bohemia, Ramon Llull y Guillermo de Ockham.
Tradicionalmente se dividía la Edad Media en dos grandes etapas: la Alta Edad Media y la Baja Edad Media. Sin embargo, y dada su gran extensión en el tiempo, recientemente se ha decidido introducir una nueva etapa llamada Temprana Edad Media. Veamos con profundidad cuáles son los aspectos más destacables de cada etapa.
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Temprana Edad Media
Muchos historiadores afirman que la transición entre la Antigüedad Clásica y la Edad Media fue desarrollándose de forma gradual y durante un extendido período de tiempo. Así pues, algunos expertos consideran que la última fase de la Antigüedad (Antigüedad Tardía) y la primera del Medievo (Temprana Edad Media) se solapan, marcando el final de la Grecia y Roma Clásica para dar inicio a la Europa cristiana.
Esta primera parte de la Edad Media empezó a finales del siglo V, prolongándose hasta el siglo VII. Fue durante estos tres siglos en el que las tribus germánicas, que hasta no hacía mucho habían sido mantenidas a raya por las huestes romanas, empezaron a invadir los territorios del Imperio Romano, haciendo que la cultura germánica y la latina establecieran contacto y se mezclaran tímidamente.
Con el paso del tiempo y a causa de las presiones de las tribus bárbaras el Imperio Romano de Occidente se desintegra y su lugar es ocupado por varios reinos bárbaros. En algunas zonas de Europa aparecieron reinos puramente germánicos, como es el caso de los reinos sajones, mientras que en otros lugares aparecieron los romanogermánicos, como el Reino Visigodo en la península ibérica.
Es en esta Edad Media Temprana en la que aparece una nueva potencia en el continente, la cual recuerda el poder que tuvo la por aquel entonces ya extinta roma: el Imperio Carolingio. Este estado surgió gracias a que el rey franco Pipino III controló con ayuda del poder papal a los dos grandes reinos existentes de ese momento, que estaban bajo manos merovingias. Heredó el trono su hijo Carlomagno (800), quien logró unificar gran parte de la parte occidental del continente tanto en lo cultural como en lo político.
Sin embargo, mientras el centro de Europa era gobernada por fuerzas germánicas, otras regiones empezaban a caer ante la invasión de pueblos no europeos. Es en esta época en la que se produjo la gran invasión musulmana, período en el cual los pueblos árabes, tras expandirse por todo el norte de África, cruzaron el Mediterráneo y conquistaron gran parte de la Península Ibérica, la Itálica y los Balcanes. El dominio islámico en España empezó en el 711, durando hasta ocho siglos y ejerciendo una gran influencia en las culturas cristianas locales.
En lo que se refiere a lo cultural, es en la Temprana Edad Media cuando surge la vida monástica, siendo el movimiento artístico mayoritario el Románico. Los monasterios consiguieron el monopolio de la cultura, albergando entre sus muros libros clásicos rescatados del olvido y el paso del tiempo. Los monjes eran personas alfabetizadas, hombres de fe que además de rezar también copiaban documentos a mano, asegurándose de que sobrevivieran muchos conocimientos clásicos pero que guardaban con sumo cuidado, sobre todo los sospechosos de ser blasfemos.
Es en esta etapa en la que se abandona el sistema de producción esclavista romano para dejar paso al feudalismo, sistema que marcaría a toda la Europa medieval en lo económico y en lo social.
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Alta Edad Media
La Alta Edad Media va desde el siglo IX hasta el siglo XI. Es durante esos dos siglos en los que el feudalismo se implanta definitivamente en la sociedad, un sistema que se caracterizaba por el trabajo de los siervos de la gleba, campesinos que vivían en las tierras de señores feudales. Estos siervos no eran esclavos, aunque ellos y sus descendientes no podían abandonar las tierras donde habían nacido, pero tenían derecho a explotar las propiedades de su señor a cambio de pagar un tributo.
En lo político, la Alta Edad Media destaca porque el poder empezó a descentralizarse. Si bien algunos monarcas mantuvieron una posición de mucho poder en sus reinos, en muchas ocasiones se veían forzados a compartir sus atribuciones con grandes señores pertenecientes a la nobleza. Los grandes estados se desintegran, como fue el caso del Imperio Carolingio, dando lugar a la creación de pequeños reinos, principados y estados muy fragmentados internamente.
Se considera que estos siglos fueron relativamente prósperos. La Europa altomedieval gozó de un gran aumento demográfico gracias a la mejora de las cosechas y la nueva organización política y social. El campo era más trabajado y mejor cuidado, motivo por el cual la alimentación del campesinado mejoró y su esperanza de vida creció, aunque de forma moderada pasando de unos 30 años a entre 35-45 dependiendo de la zona.
A finales de la Alta Edad Media ocurrió uno de los acontecimientos más importantes de la historia occidental: las Cruzadas (1095-1291). A lo largo de ese período el Papado llegó a convocar hasta nueve expediciones militares para luchar contra los musulmanes en el Mediteráneo Oriental, quienes habían ocupado la ciudad santa de Jerusalén y donde se encontraba el Santo Sepulcro de Jesucristo. En estas campañas se sumaron voluntarios de todas las partes de Europa, motivados por su fe y por querer alcanzar la gloria.
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Baja Edad Media
La Baja Edad Media es la última fase medieval. Comenzó a principios del siglo XII y terminó a lo largo del siglo XV, ya fuera con la invención de la imprenta de Gutemberg (1440), la caída del Imperio Bizantino (1453) o el descubrimiento de América (1492). Sea cual sea el acontecimiento concreto que se prefiera para indicar el final de la Edad Media, todos ellos supusieron un gran cambio en la mentalidad y conocimiento de la época, acabando con el pensamiento propiamente medieval.
Durante la Temprana y Alta Edad Media, el campo era lo que social y económicamente tenía más peso. Sin embargo, a partir del siglo XII las ciudades resurgen, convirtiéndose en lugares donde se realizan nuevas actividades económicas, entre ellas las gremiales (p. ej., artesanía) y el comercio. Esto traerá consigo la aparición de una nueva clase social, la burguesía, y también dará inicio al lento declive del sistema feudal para cederle el paso a un sistema económico que bien podríamos llamar como protocapitalista.
Otro de los acontecimientos que marcaron este último período de la Edad Media fue la pandemia de peste negra, con picos de mayor incidencia entre 1347 y 1353. Según los expertos, la aparición de esta enfermedad infectocontagiosa supuso la muerte de entre 25 y 50 millones de personas en Europa, un desastre de proporciones titánicas si tenemos en cuenta que en esos momentos el Viejo Continente contaba con apenas 80 millones de personas. Tras la pandemia, la población europea se redujo a unos 30 millones.
Pero añadido al desastre demográfico de la pandemia, los cambios climáticos que se dieron en la Edad Media produjeron cosechas muy pobres lo cual hizo que se desatara una fuerte crisis a todos los niveles en el siglo XIV.
Al comienzo del siglo XV y con la crisis todavía presente, estalla la Guerra de los Cien Años (1337-1453) en la cual Francia e Inglaterra se enfrentaron pero, con el paso del tiempo, harían que casi toda Europa se declarara la guerra. La guerra terminó con la victoria francesa, acontecimiento fundamental para el fortalecimiento de la nación y en el que participó la campesina Juana de Arco.
La Iglesia Católica pasó por una fuerte crisis durante esta etapa. La corrupción que corroía toda su jerarquía, vendiendo indulgencias y cometiendo todo tipo de abusos, pecados y vicios eran secretos a voces, los cuales motivaron la aparición de corrientes que querían recuperar los valores cristianos más puros. Con el paso del tiempo surgiría el protestantismo, la Iglesia de Inglaterra y otras similares, credos que desobedecían a Roma y que evidenciaban la pérdida de influencia y poder del Papa.
Tanto el final de la Guerra de los Cien Años como la aparición de la imprenta de Gutemberg (1440) lo que se considera que dio inicio al final de la Edad Media. Con la llegada de la paz, el continente empezó a prosperar moderadamente y, sumado a que la transmisión de ideas se había vuelto mucho más fácil gracias a que la impresión de libros era más eficiente y rápida empezó una revolución cultural que daría paso al siguiente período cultural-artístico de la historia de Europa: el Renacimiento y el inicio de la Edad Moderna.