Feudalismo: qué es, etapas y características
El feudalismo forma parte importante de la historia de las organizaciones sociales en Occidente. Como tal, estas organizaciones se conforman por elementos políticos y económicos que se relacionan compleja y estrechamente con la estructura social. Es decir, hay jerarquía donde uno o más modos de producción se relacionan con superestructuras sociales como la política o el Estado.
En el caso del sistema feudal, lo que se encuentra en el fondo es la intención de asegurar la sobrevivencia de la casta de guerreros. Para esto, serán los campesinos o siervos quienes sufraguen los gastos de quienes luchan. En la Europa del medievo, esto último ocurre a través de un sistema señorial que organiza una compleja red de lealtades y obligaciones en una cadena de producción, cuyo eslabón más alto es la corona y el más bajo el siervo.
En este artículo veremos qué es el feudalismo, cuáles son sus antecedentes y desarrollo, así como algunas de las principales características.
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¿Qué es el feudalismo?
El feudalismo es el sistema social que dominó Europa occidental y sus colonias durante la Edad Media, específicamente desde el siglo VIII hasta el XV, y fue expandido por la dinastía Carolingia.
A grandes rasgos su organización consiste en lo siguiente: a cambio del juramento de fidelidad y de dar servicio militar, el rey cede una parte de tierra a un vasallo, quien forma parte de la nobleza.
Sin tener derecho de propiedad y sin compromiso de heredar dicha tierra, los vasallos adquieren la posibilidad de usarla y gestionarla. A esta relación contractual se le conoce como “vasallaje” y al tributo que se otorga a cambio del derecho sobre la tierra se le llama “tenencia feudal”. La persona encargada de gestionar dicha tenencia y de representar las relaciones feudales se llama “tenente”.
El territorio en cuestión es trabajado por los campesinos (llamados siervos), quienes eran obligados a vivir en el mismo terreno y le rendían homenaje al dueño brindándole una parte del producto trabajado. Recibían a cambio la promesa de protección militar.
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Breve historia: del Imperio Romano a la crisis final
Como todos los sistemas sociales, el feudalismo siguió una trayectoria histórica, tanto en el nivel económico como en el político y social. En la dimensión económica dicha trayectoria comenzó con los tributos y avanzó hasta el comercio; en la política se desarrolló mediante una monarquía centralizada, y en la social se estructuró por castas que iban del clero y el ejército, hasta finalmente la burguesía.
Considerando que esto último se desarrolló de distintas formas en cada territorio, veremos a continuación una reseña de lo que ocurrió en la Europa occidental.
Antecedentes y desarrollo
En el siglo V cae el imperio que había dominado Europa occidental desde el siglo I: el Imperio Romano. El territorio deja de estar unificado y se divide en el Imperio Romano de Oriente y el Imperio Romano de Occidente. El primero avanza cultural e intelectualmente a la par de la institucionalización del cristianismo, y termina hasta la caída de Constantinopla en el siglo XV.
El segundo queda destruido varios siglos antes, como consecuencia de las invasiones bárbaras que permiten la transición final hacia la Edad Media. Lo anterior ocurrió luego de numerosas guerras que tuvieron lugar en los siglos V y VI, lo que entre otras cosas generó el aumento del número de esclavos.
Lejos de incorporarse a las tradicionales haciendas esclavistas que eran características de la antigüedad romana, muchos de estos esclavos se convirtieron en tenentes libres. No obstante, ante el derrumbe de las haciendas, muchos de ellos fueron dispersados en las distintas tenencias, dando lugar a la servidumbre. Esto representa uno de los inicios del feudalismo.
Pero ya en la Antigua Roma empezaban a generarse relaciones de producción basadas en el tributo o el impuesto que imponían los propietarios de un campo sometido. El análisis del feudalismo más clásico planeta que este último surgió a partir de una relación basada en la servidumbre y la autoridad política coercitiva que ejercen los tenentes y el señorío inaugurada en la Edad Media como consecuencia de la expansión del esclavismo.
Sin embargo, otras perspectivas agregan que en la época tardía del Imperio Romano ya existía una sociedad que empezaba a ser dominada por el modo de producción feudal, basado en el pago en especie de un impuesto sobre la tierra, que posteriormente se convirtió en una renta.
La dinastía Carolingia
Fue el representante de la dinastía Carolingia, Carlos Martel, quien a finales del siglo VIII cede a sus nobles algunos derechos sobre la tierra, de manera que pudiera asegurar los ingresos necesarios para mantener al ejército.
A cambio de esto, el noble o vasallo tendría que rendirle tributo y agradecimiento. A este intercambio se le llama “feudo”, y al propietario “señor feudal”. Esto permite el desarrollo de una relación entre el señor y el vasallo, así como la expansión de la pirámide feudal.
El feudalismo se asienta finalmente hacia el siglo X, mientras la aristocracia se encuentra en estrecha relación con el cristianismo. En este contexto el papa tiene poderes y privilegios especiales como representante de Dios en la tierra, y es precisamente el papado quien a finales del siglo XII tiene el mayor número de vasallos feudales.
Crisis y decadencia
Con el paso de los siglos el feudalismo se convirtió en un sistema abusivo, rígido y muy complejo. Su estructura original, en donde solía generarse una cadena de lealtades y relaciones personales, comienza a convertirse en una monarquía centralizada.
Entre otras cosas, los feudos empiezan a heredarse, lo que hace que se pierdan los vínculos entre vasallo y señor. Las instituciones religiosas y el alto clero toman poder administrativo, económico y militar; los reyes se sirven de la organización feudal para mantenerse en la cima de la pirámide.
Además, la protección militar que se otorgaba anteriormente, comienza a ser sustituida por el intercambio monetario; con lo que se abría la puerta al comercio. El desarrollo de armas de infantería y de las técnicas agrícolas hicieron que no fuera indispensable entablar relaciones basadas en la guerra, y permitió entablar relaciones más basadas en el desarrollo económico.
Finalmente el feudalismo como sistema social, politico y economico decae a partir de conflictos armados como las cruzadas; y conflictos sanitarios como la aparición de enfermedades graves como las pestes. A ello se le sumó el desgaste de las tierras de cultivo, a la par del aumento de posibilidades de arrendar tierras que dieron más independencia al campesinado, así como la la apertura de nuevas rutas que generan migración y el crecimiento poblacional.
Características de este sistema económico
Estas son las principales características del feudalismo:
1. La base de la producción: agricultura
En la época del feudalismo hay una acumulación del capital relativamente baja, porque en muchos estratos sociales prima la economía de subsistencia. Por eso, la agricultura es la base de la producción, y no existe un producto manufacturado con un muy alto nivel de sofisticación o especialización (en comparación a los estándares actuales).
2. No se produce excedente
Otra de las características del feudalismo es que, al haber economía de subsistencia, no hay excedente que quede en manos del pueblo raso. Lo poco que sobra es confiscado por los amos de la tierra, y por eso hay poco comercio entre territorios alejados.
En comparación a la era moderna, en la que le desarrollo de la tecnología permite automatizar muchas tareas, esta acumulación de capital no produce un nivel de desigualdad extremadamente grande, y las asimetrías sociales son más políticas y coercitivas que económicas.
3. La riqueza es la posesión de tierras
En el feudalismo, el principal medio para generar riqueza es la posesión de tierras, ya que esto permite generar núcleos de producción a partir de lo que se produzca en ese territorio. Por eso, la economía gira alrededor de la posesión de tierras, con las que aún no se especula.
4. No hay ascensor social
Algo típico del feudalismo es que cada familia pertenece a un estamento o clase social, y sus posibilidades de pasar a otro de los niveles sociales es prácticamente inexistente, dado que los derechos llegan asignados dependiendo de la familia en la que se ha nacido.
Esto hace que incluso si a una familia le fuese muy bien económicamente, nunca llegase a competir con otros estamentos más elevados en cuanto a poder.
5. El rey y la nobleza se necesitan
En el feudalismo el poder político está repartido entre el rey y los nobles, y ninguna de estas dos instituciones tiene el poder absoluto. El rey representa la soberanía y la unión territorial, y bajo su reinado se organizan los nobles que le son leales; pero a la vez el rey depende militar y económicamente de los nobles. Estos dos estamentos se necesitan mutuamente.
Referencias bibliográficas:
- Gat, A. (2006). War in Human Civilization, Nueva York: Oxford University Press.
- History World. (S/A). History of feudalism. Recuperado 25 de julio de 2018.
- Karl, F. (2010) The Futile Paradigm: In Quest of Feudalism in Early Medieval Japan. History Compass 8.2: 179 - 196.
- Wickham, C. (1989). La otra transición: del mundo antiguo al feudalismo. Studia historica. Historia medieval. 7: 7-36.