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El miembro fantasma y la terapia de la caja espejo


El Miembro Fantasma, término introducido Silas Weir Mitchell en 1872, hace referencia a un síndrome que padecen algunas personas que han perdido un brazo, una pierna o un órgano y que continúan experimentando las sensaciones de los miembros amputados.

Los pacientes que sufren este síndrome, sienten como si estuvieran haciendo un gesto, sienten picores o un dolor intenso.

El cerebro y el cuerpo

Según el neurólogo del Centro del cerebro y la cognición de la Universidad de California en San Diego, Vilayanur S. Ramachandran, casi el 70 por ciento de los amputados continúan experimentando un dolor intermitente en el miembro perdido incluso décadas después de ser amputados, produciendo consecuencias devastadoras en la vida de los pacientes que lo sufren.

Por desgracia, durante muchos años, el tratamiento había sido ineficaz debido a que sus bases biológicas no estaban suficientemente claras. Las sensaciones del miembro fantasma pueden aparecer inmediatamente después de la amputación del miembro o de forma tardía, pero el dolor suele aparecer en la primera semana de la postamputación. Habitualmente evoluciona con una reducción tanto de la frecuencia como de las crisis de dolor, pero en ocasiones el dolor puede persistir durante años. Además, hay que destacar que el síndrome del miembro fantasma, puede causar trastornos psicológicos como depresión, ansiedad o estrés en aquellas personas que lo sufren.

¿A qué se debe el síndrome del miembro fantasma?

Son varias las teorías que intentan explicar la causa del miembro fantasma. No hace mucho se planteaba una relación simple y unívoca entre lesión y dolor, pero una corriente de pensamiento reciente ha situado a la génesis del miembro fantasma en el cerebro ya que intervienen las esferas cognoscitivas y afectivas.

Las investigaciones de Ronald Melzack dieron lugar a la teoría de la neuromatriz, en la que se atribuye la difusión del dolor y la transmisión de este por el organismo debido a un complejo sistema en el que intervienen diversas áreas del sistema nervioso central y periférico, sistema nervioso autónomo y sistema endocrino, influenciadas directamente por varios factores psicológicos, emocionales, genéticos y sociales. Esta teoría explica que podemos sentir sensaciones de dolor en el organismo causadas desde nuestro interior, es decir desde nuestro propio organismo, y mediante este sistema nosotros mismos podemos hacer que estas sensaciones se incrementen, se modifiquen o disminuyan en un momento determinado. Si esta matriz se encuentra activada en ausencia de información sensorial periférica (miembro amputado) produciría la sensación de tener un miembro presente después de la pérdida.

Otra línea de investigación es la del científico Ramachandran, que en su libro “Fantasmas del cerebro”, da una explicación asombrosa. Un paciente con miembro fantasma se quejaba de picor en la mano perdida. El Doctor Ramachandran, con un bastoncillo de algodón para los oídos, rascó al paciente en la cara aliviando el picor de su mano. ¿Cuál es la explicación a esto? La explicación la encontramos en el Homúnculo de Penfield. En los años cincuenta, Penfield y Rasmussen, demostraron la existencia de un mapa cortical de la representación corporal en dos aspectos: motor y somatosensorial.

Este mapa neurológico tiene unas características particulares: cada parte del cuerpo está representada en función de su importancia sensoriomotora (por ejemplo: los labios o las manos tienen más representación cortical que el tronco, por eso son más sensibles), es decir, una cosa es el cuerpo y otra la representación del cuerpo en el cerebro. Si una persona pierde una pierna, un brazo o un órgano, su representación en el homúnculo de Penfield deja de recibir información de ese efector, pero entonces, ese área del mapa puede ser invadida por la representación adyacente. En el caso de la mano amputada, la representación adyacente es la de la cara. De este modo, la estimulación en la cara puede hacer sentir una mano (fantasma).

Terapia con la caja espejo (Mirror Box)

Esto parece demostrar la plasticidad del cerebro, ¿pero qué ocurre con el dolor del miembro fantasma? La mayoría de pacientes, tras un accidente, quedan con un brazo inútil y dolorido. Tras la amputación del miembro, el dolor suele persistir. Ramachandran piensa que la base de este fenómeno se encuentra en la parálisis aprendida, pues el miembro fantasma también carece de movilidad ya el cerebro se queda fijado en la idea de un brazo sin movimiento. Para ello, el neurólogo inventó la caja espejo.

La caja espejo es una caja con un espejo en el centro, cuando el paciente introduce el brazo sin amputar, puede ver el reflejo de su brazo en el espejo. Al ver su brazo, siente que el miembro está presente a pesar de estar amputado. El paciente entonces mueve el brazo, y a través del uso de la retroalimentación visual y al eliminar las posiciones potencialmente dolorosas, consigue dar feedback al cerebro y aliviar el dolor que siente. A veces, incluso el miembro fantasma desaparece.