Teofobia (miedo a la religión): qué es, síntomas, causas y tratamiento
En los últimos años se han podido detectar casos de un tipo de fobia específica en la que se habían observado diversos síntomas psíquicos y fisiológicos desencadenados por circunstancias que estaban relacionadas con la religión (p. ej. sufrir sudoración, náuseas y sensación de peligro al acudir a un acto religioso, al entrar en un templo, etc.).
La teofobia se caracteriza fundamentalmente por la aversión o el miedo injustificado, anormal y persistente a todo aquello que se encuentre relacionado con la religión y a Dios y, sobre todo, por el temor a sufrir un castigo divino, siendo lo más frecuente que se dé este tipo de fobia específica entre aquellas personas que han crecido en un ambiente de férrea religiosidad.
En el presente artículo hablaremos con mayor detenimiento acerca de la teofobia, explicando cuales son los principales síntomas y cómo se puede tratar en terapia.
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¿Qué es la teofobia?
El término teofobia, también nombrada frecuentemente como zeusofobia, se refiere a ese temor de manera irracional y desmedida hacia las religiones, hacia Dios y hacia todo lo que se relacionen con asuntos e ideas religiosas, pero sobre todo la teofobia es el miedo a sufrir un castigo divino.
Por lo tanto, cuando una persona tiene teofobia puede expresarlo a través de la ira, la aversión y/o el miedo o cualquier emoción de índole negativa hacia las prácticas religiosas y cualquier todo aquello que esté relacionada con la religión.
Es bastante común que las persona que padecen teofobia suelan evitar los lugares de culto (p. ej., sinagogas, mezquitas, iglesias, monasterios, etc.), e incluso puede que también a los feligreses de una religión. En estos casos también la persona puede padecer a la vez “hamartofobia”, que es el miedo irracional a pecar.
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Síntomas de la teofobia
La teofobia no es una fobia muy frecuente, por lo que no aparece explícitamente reflejada en ninguno de los manuales diagnósticos sobre trastornos mentales más importantes (DSM-5 y CIE-11), aunque en tal caso podría ser considerada como una fobia específica; sin embargo, puesto que sí se han detectado algunos casos donde se presentaban síntomas compatibles con esta clase de fobia, explicaremos una breve adaptación en base a los síntomas de una fobia específica.
1. La teofobia adaptada a los criterios diagnósticos del DSM-5
En primer lugar, uno de los síntomas principales que deben darse en una fobia específica, como es en este caso la teofobia, es la ansiedad o el miedo intenso hacia todo lo relacionado con Dios y la religión, y sobre todo a un posible castigo divino.
Además, esa ansiedad o ese miedo deben ser totalmente desproporcionados con el peligro real que representa la religión o Dios en la vida cotidiana, puesto que pueden llegar a pensar que les va a ocurrir algo malo sin motivo aparente. Por otro lado, la ansiedad o el miedo no se pueden explicar por el consumo de drogas y/o medicamentos, ni tampoco por otro trastorno mental.
Otro de los síntomas compatibles sería la fuerte evitación de todo aquello que se encuentre relacionado con Dios o la religión.
Estos síntomas deberían estar presentes durante 6 meses o incluso durante más tiempo y pueden llegar a causar un deterioro significativo en diversos niveles importantes de la vida del sujeto (laboral-académico, familiar y social).
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2. La teofobia adaptada a los criterios diagnósticos del CIE-11
A continuación explicaremos una adaptación de los criterios diagnósticos de las fobias específicas del CIE-11 a los posibles casos de teofobia.
En primer lugar, para que pueda detectarse un caso de teofobia debe de existir ansiedad o miedo por parte de la persona excesivos o marcados que se manifiestan en el momento en que la persona se expone a todo aquello que esté relacionado con la religión y Dios (p. ej., entrar en una iglesia) y sobre todo ante el temor a sufrir un castigo divino. Además, esos síntomas de ansiedad o miedo deben ser desproporcionados con respecto al peligro real.
En caso de que la persona se exponga ante cualquier cosa que esté relacionada con la religión (p. ej., un monumento religioso, personas con un oficio religioso, etc.) lo sobrellevaba con un miedo intenso y normalmente evitará exponerse a ese tipo de situaciones.
Es importante destacar que los síntomas de la teofobia no deberían haberse dado de manera puntual sino que tendría que estar presentes durante varios meses para poder tener en cuenta que se esté dando este tipo de fobia.
Por otro lado, conviene destacar que los síntomas de la teofobia, para que sean considerados como los de un tipo de fobia deberían ser lo suficientemente graves como para causar malestar y/o deterioro en la persona que los está experimentando.
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3. Otras manifestaciones observables para detectar un caso de teofobia
Cuando estamos ante un caso de teofobia, hay una serie de manifestaciones que se pueden observar, por lo que es importante saber cuáles son con el fin de decidir cuál sería el tratamiento psicológico y las técnicas más adecuadas para ese caso.
Las manifestaciones en un caso de teofobia que se pueden observar y que poseen mayor importancia son las que se mencionan a continuación:
- Evitar acudir e incluso pasar cerca de iglesias, templos y/o cualquier ícono religioso
- Tener pensamientos catastróficos acerca de poder recibir un castigo de Dios.
- Ignorar y/o evitar cualquier tipo de información que se encuentre vinculada a la religión.
- Sufrir una sudoración excesiva en encuentros religiosos.
- Padecer un aumento de la frecuencia cardiaca ante encuentros religiosos.
- Tener palpitaciones ante cualquier encuentro religioso.
Cabe destacar que no estamos ante un cuadro clínico recogido dentro de los manuales de trastornos mentales, aunque hemos querido informar acerca de su existencia debido a que sí se han llegado a detectar casos reales. Es conveniente que ante un caso así sea un clínico especialista de la salud mental quien evalúe exhaustivamente las características clínicas del reciente con el fin de determinar si existe un caso de teofobia o no.
Además, para que se dé un caso de teofobia no es suficiente con que exista de forma aislada en la persona que acude a consulta una de las manifestaciones observables que acabamos de enumerar, sino que deberían darse varias de ellas y además durante algunos meses como mínimo (6 según el DSM-5), al igual que pasa en cualquier tipo de fobia específica.
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Causas
A continuación hablaremos de las posibles causas de la teofobia, ya que es importante que se tengan en cuenta con el fin de poner en marcha planes de prevención para evitar que se sigan desarrollando este tipo de fobias.
1. Haber sufrido una experiencia traumática
Una de las principales causas suele darse en aquellos casos en los que la persona que padece teofobia ha vivido una situación traumática a causa de determinadas acciones, habiendo considerado que ha sido un castigo por no haber hecho lo correcto, siendo este un factor predisponente. Esto suele darse normalmente en personas que ha crecido en un entorno familiar religioso.
También puede haberse desencadenado por haber sufrido una experiencia traumática durante un acto religioso o a causa de alguna acción cometida hacia su persona por parte de un feligrés.
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2. Padecer otros trastornos mentales
En otros casos la teofobia puede llegar a desarrollarse como consecuencia de otro trastorno mental, por lo que esta fobia podría exacerbar los síntomas y empeorar el pronóstico del curso del trastorno y de la eficacia del tratamiento psicológico.
Tratamiento de la teofobia
Ante un caso de teofobia conviene consultar con un profesional de la salud mental que pueda evaluar si los síntomas son compatibles con el posible diagnóstico, en cuyo caso podría llevarse a cabo un tratamiento psicológico.
En primer lugar, durante una terapia psicológica podrían utilizarse técnicas como la reestructuración cognitiva con el fin de modificar esas creencias irracionales relacionadas con su miedo y aversión hacia todo lo relacionado con la religión.
En segundo lugar, se suele entrenar al paciente en el uso de técnicas de relajación para que pueda ponerlas en marcha ante pensamientos y vivencias que causan esa teofobia. También puede ser una buena herramienta para llevar a cabo la técnica de exposición ante diferentes estímulos que causan ese malestar (p. ej., entrando en una iglesia, siendo capaz de hablar con un feligrés, etc.)., siendo importante destacar que este proceso debe llevarse a cabo de manera progresiva y sin forzar hasta que el paciente sea capaz de afrontar situaciones de miedo y/o ansiedad.
No obstante, cabe destacar que en el caso de haber desarrollado la teofobia por haber sufrido una experiencia traumática sería más conveniente llevar a cabo un tratamiento específico para el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Cabe destacar que el tipo de tratamiento que se llevaría a cabo frente a un caos teofobia dependerá de diversos factores (p. ej., características del paciente, gravedad del trastorno y de los síntomas, comorbilidad o no con otros trastornos, corriente terapéutica que siga el profesional de la salud mental, etc.).