Así es el Currículum Vitae perfecto de un psicólogo
Las cifras del paro afectan a todo el mundo, pero a las carreras que emiten año a año una gran cantidad de graduados, aún más. Este es el caso del mundo de la psicología, que si bien tiene muchas salidas profesionales que cada vez son más variadas, no lo tiene especialmente fácil a la hora de generar los puestos de trabajo necesarios como para absorber a los titulados.
Además, y aunque suene irónico, por mucho que la psicología trate sobre las acciones y las formas de percibir el mundo de los seres humanos, las personas formadas en este ámbito no siempre saben cómo hacer su candidatura atractiva a ojos de los seleccionadores de personal.
Cómo hacer un currículum si eres psicólogo
Afortunadamente, siempre hay maneras de maximizar nuestras opciones para hacer que nuestra candidatura destaque en forma de CV en papel o en formato digital.
Algunas de estas reglas sobre cómo hacer un currículum vitae son prácticamente universales y sirven para cualquier profesión, mientras que otras son más específicas. De hecho, las más generales las puedes conocer en este otro artículo: "Los 10 consejos para mejorar tu Currículum Vítae".
En cuanto a los consejos para hacer un currículum vitae en el ámbito de la psicología, estas son las claves a tener en cuenta:
1. Una estructura clara y coherente
Un currículum no puede ser información de uno mismo acumulada sin más, incluso aunque esa información esté bien filtrada y sea totalmente relevante para el propósito que nos hemos puesto.
Es por eso que su estructura debe estar clara, mostrando los datos de cada tipo juntos y en su propia sección, y creando jerarquizaciones dentro de cada categoría, colocando la información más relevante al principio.
Así, los datos de contacto deberían estar todos juntos y muy cerca del nombre, ya que esos son los elementos que permiten identificarnos y contactar con nosotros, mientras que la experiencia académica y la laboral deben ir separadas e ir en orden cronológico inverso, de los tiempos más recientes a los más distantes en el tiempo.
2. Incluye los cursillos
La psicología es una disciplina muy joven, y entre eso y el hecho de que hay mucha investigación realizada anualmente en este campo, la formación constante es muy necesaria para no quedarse desactualizado.
A la hora de hacer un currículum para optar a un puesto en psicología o ámbitos afines, eso significa que no hay que tener ningún reparo a la hora de añadir los cursos y talleres que hemos hecho. No solo informan sobre nuestras habilidades y conocimientos, sino que también indican la filosofía de formación constante que tenemos. Y sí, los cursos gratuitos también son bienvenidos: muchos de ellos son de muy buena calidad.
Ahora bien, ¿hay que incluir todos estos cursos complementarios al CV? Depende, si son pocos (menos de 3, por ejemplo), podemos ponerlos sin problemas. Pero si son más, es mejor que filtremos y pongamos solo los que creemos que tienen más relación con el puesto de trabajo al que se opta, porque un largo listado de talleres y cursillos puede dar la impresión de que solo se quiere hinchar el currículum sin más.
3. Elegir qué priorizar: formación o experiencia laboral
Si las partes más cercanas a la parte superior del CV no convence al personal de Recursos Humanos o a los técnicos de selección de personal, es muy probable que no sigan leyendo. Por eso es importante poner aquello en lo que más destacamos al principio.
Esto, aplicado a la estructura del currículum de un psicólogo, significa que a la hora de establecer el orden en el que aparecen la experiencia laboral y la académica siempre hay que poner primero esa sección en la que nos lucimos más.
En el caso de una estudiante que busca un lugar de prácticas, por ejemplo, poner primero la formación universitaria y los cursillos que se ha realizado es una buena opción, ya que probablemente su vida laboral en el ámbito de trabajo al que se opta es muy breve o directamente nula.
4. Indicar cuanto antes en qué nos centramos
La psicología tiene muchas ramas, y entre algunas de ellas hay poca relación. Por eso, es bueno "afilar" al máximo el perfil que queremos dar eliminando ambigüedades y dejando claro desde un principio a qué nos dedicamos o nos queremos dedicar.
Para ello, en primer lugar debemos indicar si nos dedicamos a la investigación o a la intervención sobre individuos o grupos. Eso significa que si en tiempos recientes hemos colaborado con una investigación a pesar de que fundamentalmente nos dedicamos a la psicoterapia, merece la pena incluir esa colaboración en una sección aparte ubicada más abajo de nuestra experiencia en la intervención.
Una vez hecho esto, hacemos lo mismo con el campo que hayamos elegido, escribiendo en un lugar bien visible la especialización que hemos realizado y ubicando las menciones a colaboraciones puntuales y poco representativas de nuestra trayectoria en un lugar más discreto que el resto de funciones desempeñadas, por debajo de ellas.
- Artículo relacionado: "Tipos de terapias psicológicas"
5. Incluir publicaciones y menciones
Casi todos los psicólogos tienen claro que es bueno (y a veces imprescindible) incluir el nombre de las publicaciones en las que se ha participado, ya sean artículos de revista o libros. Sin embargo, no es tan frecuente tener en cuenta las menciones.
Este último punto es importante, porque aquellas personas que tengan una pequeña página web o blog personal pueden encontrarse con la sorpresa de que las han mencionado en algunos medios digitales y en papel, utilizando información que hemos publicado.
De hecho, estas situaciones no son poco frecuentes: son muchos los periodistas que buscan fundamentar los temas que se tratan en sus textos con los puntos de vista de profesionales de ese ámbito, y a veces, en vez de acordar entrevistas, simplemente citan sin avisar.
6. Incluir un lugar específico para ciertas capacidades técnicas
Hay ciertas habilidades técnicas que, si bien aparecen nombrados en la descripción de los talleres y puestos de trabajo ocupados, merecen aparecer también en un lugar en el que queden destacados. Para eso es bueno crear un módulo o sección diferenciada de la experiencia laboral o profesional e incluirlos allí.
Para puestos de investigación, este texto, en formato de listado, debe poner énfasis en los métodos de recogida de datos que se dominan, tanto cualitativos como cuantitativos: entrevistas estructuradas, semiestructuradas o en profundidad, los test psicológicos, etc.
También hay que mencionar habilidades relacionadas con el análisis de datos: experiencia con programas estadísticos como por ejemplo SPSS, dominio de lenguajes de programación o programas como R o ATLAS.ti, etc.
Para puestos relacionados con la intervención, también hay que indicar los métodos de recogida de datos con los que se tiene experiencia, así como los tipos de tratamiento o intervención individual o en grupo con los que se ha trabajado.