Entrevista a Elena Almodóvar: efectos psicológicos de la nueva normalidad
El fin de los meses de confinamiento por la primera oleada de la pandemia de coronavirus ha supuesto, para muchas personas, un gran alivio tras pasar un tiempo en el que las libertades habían quedado significativamente recortadas. Sin embargo, aunque parezca paradójico, para otras la entrada en la llamada "nueva normalidad" ha sido en sí un nuevo reto al que hay que saber adaptarse.
Para comprender mejor este fenómeno mental y social, en esta ocasión entrevistamos a la psicóloga Elena Almodóvar, experta en los problemas de tipo emocional y comportamental.
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Elena Almodóvar: una perspectiva profesional sobre los efectos psicológicos de la nueva normalidad
Elena Almodóvar Antón es Psicóloga Sanitaria con consulta en Madrid y más de 15 años de trayectoria profesional atendiendo pacientes. En esta entrevista nos habla sobre el impacto psicológico que ha supuesto para muchas personas la vuelta a las calles tras los meses de Estado de Alarma, en el contexto llamado "nueva normalidad".
Podría esperarse que pasar de un contexto de confinamiento a uno de mayor libertad de movimiento es siempre positivo, porque permite hacer más cosas. ¿No ocurre siempre así?
No necesariamente. La interpretación que cada persona hace frente a un cambio depende de varios factores como son: la personalidad, las expectativas hacia la nueva situación, las creencias y miedos acerca de la misma, el estado emocional, las experiencias previas vividas, la edad, el estado de salud y las condiciones médicas de la persona, la situación laboral y familiar, etc.
¿Qué trastornos psicológicos son más frecuentes en situaciones como la de estos primeros meses del 2020 en los países occidentales?
La situación que hemos vivido y estamos viviendo actualmente es novedosa y cambiante. Lo que implica una continua necesidad de adaptación, generando ansiedad y estrés. Existe, además, la amenaza invisible del COVID-19.
Por otro lado, pese a estar sometidos a una permanente sobreinformación, dicha información muchas veces es contradictoria o poco clara, lo que provoca, muchas veces, confusión y una elevada incertidumbre que necesitamos controlar de alguna manera. Cómo reaccionamos cada uno/a de nosotros/as a la misma es algo que depende nuevamente de cada persona.
Hay quien niega el peligro, tratando de vivir como si hubiésemos vuelto a la situación previa a la pandemia, lo que conlleva situaciones de riesgo hacia su salud y la de los demás, y hay quien lleva la necesidad de control al extremo y desarrolla distintas fobias o miedos con la finalidad de evitar el contagio. Algunos ejemplos de esto último serían: miedo a salir de casa (agorafobia), limpieza y desinfección excesiva (TOC), miedo a las relaciones sociales o ver a la gente como una amenaza (fobia social), etc.
Como psicóloga, ¿crees que es común que incluso en la nueva normalidad mucha gente sufra ante la posibilidad de tener que volver al confinamiento? Los primeros meses de pandemia pueden haber sido traumáticos para miles de familias.
Si, es un miedo bastante común y hasta cierto punto lógico que creo que casi todos tenemos en mayor o menor medida. El grado en que aparece dicho miedo y cómo afecta a nuestro día a día, varía significativamente de una persona a otra en función de diversos factores como los indicados anteriormente y algunos más, como por ejemplo: la experiencia vivida por cada uno/a durante el confinamiento, su situación laboral y económica, su situación personal y familiar, etc.
Efectivamente, mucha gente ha desarrollado un Trastorno por Estrés Postraumático como consecuencia de la pandemia y del confinamiento. A mayor trauma, mayor será el miedo a que vuelva a repetirse y el impacto psicológico sobre la persona o familia.
Y en lo relativo a quienes han desarrollado, por ejemplo, trastornos de ansiedad durante las semanas de confinamiento, ¿es habitual que el trastorno se desvanezca por sí solo con la entrada en la nueva normalidad? Un nuevo contexto de vida puede venir de la mano de una nueva manera de vivir la vida, rompiendo con lo anterior.
Más que desvanecerse, lo habitual es que se niegue o se enmascare, ante la falsa creencia de “hemos vuelto a lo de antes y aquí no ha pasado nada”. No se puede generalizar, ya que no a todos/as nos ha afectado externamente la situación de la misma manera, hay personas que se han visto mucho más afectadas que otras. E internamente, igual, en función de los factores de los que hablábamos antes.
Pero pese a estas diferencias, estamos hablando de un fenómeno con un impacto a nivel mundial y que ha supuesto un antes y un después en nuestra forma de vida, lo que requiere de un proceso de adaptación, y es lógico que genere cierto nivel de malestar. No obstante, si el impacto que hemos sufrido ha sido lo suficientemente importante como para provocarnos un trastorno de ansiedad, es porque previamente había algo que, aunque nos hubiera pasado desapercibido, la pandemia y el confinamiento han destapado.
Es posible que el trastorno desaparezca aparentemente al desaparecer la situación que nos ha provocado que dicho problema salga a flote, pero ese algo sigue estando ahí y puede despertarse nuevamente si ocurre algo externo que no nos gusta o nos sentimos amenazados.
Un nuevo contexto nos obliga a adaptarnos a él y dejar atrás lo anterior, pero para aprender a vivir de otra manera y romper con lo que había antes necesitamos asimilar dicho cambio, lo que requiere tiempo y realizar cambios a nivel interno.
¿Qué se puede hacer desde la psicología para ayudar a estas personas a través de la psicoterapia?
En primer lugar, es fundamental averiguar qué ha supuesto y supone para esa persona en concreto dicho fenómeno social, es decir, qué miedos y creencias se le han despertado. Cómo ha afrontado la pandemia, el Estado de Alarma y, después, la nueva normalidad. Cuáles han sido sus estrategias para adaptarse a la situación, es decir, los recursos que ha puesto en marcha, la manera en que ha respondido y responde actualmente a la situación.
Una vez evaluado todo esto, se trabaja sobre dichos miedos, modificando creencias disfuncionales y potenciando recursos existentes o dotándole de nuevas herramientas para asimilar, aceptar y adaptarse a la nueva situación.
Y finalmente, ¿qué crees que nos está enseñando esta pandemia en lo relativo a la salud mental, si es que nos está enseñando algo sobre eso?
Creo que la pandemia nos ha enseñado muchas cosas. Pero quizás entre lo más obvio destaca la importancia que tiene no solo la salud física sino también la mental, y la necesidad social de reforzar la cobertura sanitaria a ambos niveles, puesto que si no tenemos salud, no tenemos nada. Bajo mi punto de vista y el de cada vez más profesionales de la salud, ambas son igual de importantes y la mayoría de las veces van más unidas de lo que pensamos.