Los 8 trastornos mentales más comunes en la adolescencia
Los problemas mentales no se dan sólo en la edad adulta, sino que aproximadamente 1 de cada 5 niños y adolescentes sufren algún trastorno psicológico.
De hecho, muchos de los trastornos más habituales, como los del estado de ánimo y los de ansiedad, frecuentemente se desarrollan o empiezan a manifestarse durante la adolescencia y la juventud.
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Trastornos psicológicos comunes en la adolescencia
En este artículo describiremos ocho de los problemas de salud mental más comunes en la adolescencia. Todos ellos están causados en mayor o menor medida por una interacción entre la predisposición biológica y los efectos del ambiente, y sus síntomas tienden a asemejarse más a los de los adultos cuanto mayor es la edad del adolescente.
1. Depresión mayor y distimia
Según el DSM-IV el trastorno depresivo mayor se caracteriza por la presencia de un estado de ánimo patológicamente bajo y la dificultad para obtener placer mediante la realización de actividades gratificantes (anhedonia). La distimia es un trastorno depresivo cuyos síntomas tienen una intensidad menor pero que se mantienen de forma crónica, durante al menos 2 años.
Los trastornos depresivos son dos veces más habituales en mujeres que en hombres y se inician de forma más frecuente en la tercera y en la cuarta décadas de la vida, si bien pueden aparecer a cualquier edad. La vivencia de experiencias traumáticas y el aprendizaje de creencias depresógenas durante la infancia son factores relevantes en su desarrollo.
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2. Trastorno de ansiedad generalizada
Las personas con trastorno de ansiedad generalizada se preocupan en exceso y de forma sistemática a causa de sus expectativas negativas, a menudo irracionales. Esto hace que aparezcan síntomas físicos y cognitivos asociados como insomnio, irritabilidad, dolor de estómago, sudoración y tensión muscular.
Como la depresión, el trastorno de ansiedad generalizada es el doble de frecuente en mujeres. Es muy habitual que las personas con este problema sean diagnosticadas también de otros trastornos de ansiedad y del estado de ánimo, especialmente la distimia.
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3. Abuso y dependencia de sustancias
El consumo de sustancias psicoactivas, como el alcohol, el cannabis o la cocaína, se inicia comúnmente durante la adolescencia. Si bien muchos adolescentes realizan un consumo puntual o lo abandonan al cabo de un tiempo, en otros casos pueden desarrollarse trastornos por abuso o por dependencia de estas sustancias con alto riesgo de cronificación.
4. Trastornos disocial y negativista desafiante
El trastorno disocial es una variante de inicio temprano y de menor gravedad del trastorno antisocial de la personalidad. Los criterios del trastorno disocial incluyen la utilización de la violencia física y verbal contra personas u otros animales, el robo, la destrucción de la propiedad de otras personas o las violaciones graves de normas de los padres y del centro académico.
Un problema asociado es el trastorno negativista desafiante, que se diagnostica en niños y adolescentes que desobedecen a los adultos, tienen una tendencia marcada al enfado y acusan a otras personas de su mal comportamiento. Los criterios diagnósticos de estos trastornos de conducta han sido criticados por incluir juicios de valor de carácter ético.
5. Anorexia, bulimia y trastorno por atracón
La anorexia y la bulimia nerviosas son asociadas frecuentemente a la adolescencia y a la juventud, si bien pueden aparecer en cualquier momento de la vida. Factores de tipo psicosocial están contribuyendo en la actualidad a un adelanto de la edad media de inicio de estos trastornos de la conducta alimentaria en buena parte del mundo.
El trastorno por atracón es una alteración que se engloba en la misma categoría y que ha sido incluida recientemente en el DSM-5. Se caracteriza por la presencia de episodios de ingesta compulsiva similares a los que tiene lugar en la bulimia, aunque se asocia con la obesidad al no estar presentes conductas compensatorias como la inducción del vómito.
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6. Trastorno por déficit de atención con hiperactividad
El controvertido trastorno por déficit de atención con hiperactividad se diagnostica normalmente en la infancia. En más de la mitad de los casos los síntomas remiten en la adolescencia y la juventud, pero en el resto se mantienen durante la vida adulta. El TDAH implica un aumento en la probabilidad de desarrollar adicciones, depresión o trastornos de ansiedad.
Puesto que la popularización del diagnóstico de TDAH es relativamente reciente, es habitual encontrar alteraciones similares en personas adultas diagnosticadas de trastornos del control de los impulsos, así como otros problemas psicológicos relacionados con la impulsividad y la agitación psicofisiológica.
7. Fobia social
Las personas con el trastorno de ansiedad social, más conocido como fobia social, sienten un gran malestar en situaciones que comportan la interacción con otras personas. Esto puede llegar a causar los síntomas físicos y cognitivos propios de las crisis de angustia, como taquicardia y dificultades para respirar. En muchos casos se debe a rechazo o acoso escolar.
8. Trastornos adaptativos y de estrés
Los trastornos adaptativos se diagnostican cuando la persona presenta síntomas ansiosos o depresivos de intensidad moderada como consecuencia de eventos vitales significativos. Estos problemas son más habituales en personas jóvenes, incluyendo los adolescentes, puesto que tienden a disponer de estrategias menos eficaces para afrontar el estrés.
Algo similar sucede con el trastorno por estrés agudo y con el trastorno por estrés postraumático. Mientras que la primera etiqueta se utiliza cuando los síntomas provocados por un acontecimiento traumático duran menos de un mes, el trastorno por estrés postraumático es una variante más grave y duradera que conlleva un alto riesgo de suicidio.