Fluoxetina (Prozac): usos y efectos secundarios
En el año 1974, el equipo de investigación de la compañía Eli Lilly and Co. presentó el primer tipo de antidepresivo ISRS: la fluoxetina. Este fármaco acabó convirtiéndose en el antidepresivo más utilizado debido a su efectividad y unos efectos adversos llevaderos.
En este artículo hablaremos de sus diferentes usos, su forma de administración, así como de sus posibles efectos secundarios y de las precauciones que deben tener en cuenta aquellos pacientes que lo consumen.
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¿Qué es la fluoxetina?
La fluoxetina es un antidepresivo popularmente conocido como Prozac. Este fármaco se categoriza dentro de los Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS) y su principal efecto en el organismo es el de aumentar los niveles de serotonina. Esta substancia, producida de forma natural, facilita el mantenimiento del equilibrio mental.
A diferencia de otros antidepresivos, la fluoxetina se distingue por cambios en su estructura química (no se trata de un antidepresivo tricíclico ni tetracíclico) y por las notables diferencias en su mecanismo de acción.
El éxito de la fluoxetina, que le llevó a ser el fármaco de referencia en el tratamiento de todas estas afecciones, radica en su alta eficacia y unos efectos secundarios bastante tolerables.
Además, debido a su acción serotoninérgica selectiva, no provoca efectos adversos sedantes ni de tipo cardiovascular, siendo sus consecuencias más relevantes la sequedad bucal, la pérdida de peso o las sensaciones de ansiedad y alteración.
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¿En qué trastornos se utiliza?
Tal y como se comenta anteriormente, la fluoxetina ha resultado de gran eficacia en una gran variedad de afecciones psicológicas como:
- Trastornos depresivos.
- Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
- Trastornos alimentarios.
Asimismo, en algunas ocasiones ha demostrado ser realmente eficaz en el tratamiento de:
- Alcoholismo.
- Déficit de atención.
- Alteraciones del sueño
- Cefaleas crónicas.
- Obesidad.
- Trastorno por estrés post-traumático.
- Disfunciones sexuales.
Un uso poco conocido de la fluoxetina es aquel que pretende disminuir los síntomas del polémico trastorno disfórico premenstrual. Esta sintomatología incluye:
- Alteraciones en el estado de ánimo.
- Irritabilidad.
- Sensibilidad mamaria.
- Distensión abdominal.
En cuanto a enfermedades físicas, la fluoxetina se ha propuesto como tratamiento para enfermedades producidas por enterovirus, como la meningitis o la poliomielitis, puesto que recientemente se descubrió una posible propiedad antiviral.
Finalmente, recientes investigaciones con roedores han demostrado un efecto neurogenerador de la fluoxetina. Esto significa que promueve la creación y desarrollo de nuevas neuronas en el cerebro.
¿Cómo se administra?
La fluoxetina está disponible para su consumo tanto en cápsulas y tabletas como en solución líquida, todas para administrar por vía oral. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que su consumo y el modo de utilización deben ser indicados por el médico. Lo que viene a continuación son indicaciones genéricas que acostumbran a ser llevadas a cabo.
Habitualmente, se recomienda un inicio progresivo del tratamiento; comenzando con dosis pequeñas del fármaco y distanciadas en el tiempo que van aumentando de manera gradual.
Según el tipo de presentación específica del fármaco este deberá tomarse una vez al día, todos los días a la misma hora aproximada o una vez a la semana. No obstante, es indispensable seguir las indicaciones de administración del profesional sanitario, el cual ajustará la dosis a las necesidades del paciente según vaya avanzando el tratamiento.
En cualquiera de los casos, el paciente no deberá tomar dosis mayores ni menores de las recomendadas, así como tampoco cambiar la frecuencia de consumo. Puesto que esto puede acarrear graves consecuencias en la salud del pacientes tales como tolerancia, adicción o síndrome de abstinencia.
En el caso de que el paciente altere o cambie las dosis indicadas por el médico puede experimentar los siguientes síntomas:
- Cambios de humor.
- Irritabilidad.
- Inquietud.
- Vértigos.
- Entumecimiento de manos o pies.
- Sensación de ansiedad.
- Confusión.
- Cefaleas.
- Fatiga.
- Problemas de sueño.
En los casos en los que sea necesario detener en tratamiento, se hará de manera gradual y con la supervisión constante de un profesional médico.
Efectos secundarios
Debido a sus efectos como inhibidor de la recaptación de serotonina, la fluoxetina puede causar diversos efectos adversos en la persona. Es recomendable que si el paciente percibe que si estos aparecen de manera frecuente o se alargan en el tiempo informe a su médico para ajustar o cambiar la medicación.
En el listado de efectos secundarios más frecuentes se incluye:
- Somnolencia.
- Problemas motrices.
- Sequedad bucal.
- Problemas visuales: visión borrosa o sensibilidad a la luz.
- Dilatación pupilar.
- Problemas urinarios.
- Estreñimiento.
- Falta de concentración.
- Problemas de memoria a corto plazo.
No obstante, existen una serie de consecuencias menos frecuentes pero más perjudiciales para la persona, entre las que se encuentran:
- Alucinaciones.
- Delirios.
- Disfunciones sexuales como eyaculación retardada o disfunción eréctil.
- Problemas cutáneos como sarpullido, urticaria o ampollas.
- Problemas respiratorios.
- Desmayos.
- Espasmos o rigidez muscular excesiva.
- Convulsiones.
- Sangrados o contusiones anormales.
Tras un largo periodo de tratamiento, la fluoxetina puede provocar hipertensión debido a su acción vasoconstrictora. Además, en ocasiones excepcionales puede llegar a aumentar el riesgo de padecer un accidente cardiovascular o un infarto de miocardio, por lo que los pacientes con antecedentes o problemas cardiacos, deberán llevar un estricto seguimiento de su estado de salud.
En cuanto a los efectos secundarios específicos en niños, la fluoxetina podría reducir considerablemente el apetito del niño, provocando una seria bajada de peso. En estos casos el médico especialista pertinente deberá establecer un control muy ajustado de la evolución del niño.
¿Qué precauciones se deben tomar con su consumo?
Al igual que en un gran parte de fármacos, el paciente deberá informar a su médico de cualquier condición especial en la que se encuentre.
Es necesario que el profesional médico tenga conocimiento tanto de cualquier alergia de la persona, como de si esta está tomando algún otro tipo de medicación o suplemento dietético o vitamínico como el triptófano. Además, también debe informar de si consume algún compuesto de hierbas naturales como es el caso de la hierba de San Juan. Utilizada muy comúnmente como remedio para la depresión y la ansiedad.
En los casos de previsión de embarazo, embarazo o lactancia también se deberá informar, puesto que la fluoxetina puede ocasionar problemas en el niño una vez nacido. Sobre todo si es administrada durante los últimos meses de gestación.
Finalmente, debido a los efectos sedantes de la fluoxetina, aquellas personas que conduzcan habitualmente o que su rutina diaria implique el manejo de maquinaria pesada deberán tener especial precaución o evitar estas actividades.