¿Cómo es la vida de alguien con esquizofrenia paranoide?
Kissco Paranoide. Así se titula un libro escrito por el joven malagueño Francisco José Gómez Varo, en que relata su experiencia como paciente diagnosticado con esquizofrenia paranoide.
A lo largo de las páginas que componen esta obra, Kissco (así es como se conoce familiarmente a Francisco José) nos hace llegar muchas de sus sensaciones y emociones, en un recorrido artístico y emotivo que pretende desmitificar este trastorno mental. Una obra rica en imágenes y experiencias, que ha sido publicada por la editorial Círculo Rojo.
Entrevista a Francisco José Gómez Varo, autor de “Kissco Paranoide”
Bertrand Regader: Kissco, en tu reciente libro "Kissco paranoide" relatas tu experiencia personal, es algo así como una autobiografía que desprende sinceridad y valor. ¿Cuál fue tu reacción cuando hace años te diagnosticaron esquizofrenia paranoide? ¿Cómo fue el proceso?
Kissco Gómez Varo: En realidad ni siquiera reaccioné, en aquellos años me encontraba tan perdido que lo único en qué pensaba era en estar bien y en dejar atrás los malos momentos. Tenía 23 años e íbamos en coche de camino a algún médico de tantos a los que visitaba, mientras mi madre conducía yo tenía la carpeta donde estaba mi diagnóstico que yo todavía desconocía. Fue en ese momento cuando pude leer por primera vez la etiqueta diagnóstica de esquizofrenia paranoide. Al principio pensé que no podía ser cierto, que yo no podía tener esa enfermedad, supongo que sería la fase de negación. Hice caso omiso a ese diagnóstico, simplemente me negaba a aceptarlo.
Mi familia estaba tan desesperada por no saber qué es lo que me pasaba que de alguna manera fue como una especie de alivio el darle nombre a mi estado, después de eso lo que vendría sería la preocupación de mi familia por mi salud y los ánimos para hacer lo posible para mejorar.
B.R.: ¿Qué es la esquizofrenia paranoide exactamente? ¿Cómo se la explicarías a nuestros lectores?
K.G.V.: Según mi caso y mi experiencia, es básicamente tener y padecer paranoias.
Mi paranoia se basaba en que percibía mensajes a los que debía descifrar, procedían de las personas en sus movimientos y gestos y de la propia naturaleza. Tal como describo en el relato, lo llegué a llamar el "mensaje de Dios", esta básicamente fue mi paranoia que padecí durante diez años. Los síntomas son el aislamiento, la pérdida de la realidad él evitar el contacto físico y las dificultades para entablar relaciones sociales. Tienes la necesidad esconderte porque te sientes vigilado en todo momento y por todo lo que haces, hasta en el más mínimo detalle. Esto te hace ser diferente quieras o no durante el brote, pero todo brote psicótico es temporal aunque la enfermedad sea crónica.
B.R.: ¿Has notado que la sociedad tiende a estigmatizar a las personas que sufren algún desajuste mental?
K.G.V.: En mi caso, sí he sufrido eso de que te están señalando o mirando solo por ser como eres, ha sido en tantas ocasiones y por distintos motivos durante mi vida que he llegado a aceptar que es algo que se debe esperar y que incluso yo puedo llegar a estigmatizar a alguien por algo a lo que no llamamos "normal" en nuestra sociedad.
Podría contar como anécdota una vez que fuimos al cine con mi hermana y mi cuñado. Estaba mirando la película y percibía ciertos mensajes que provenían de las imágenes, y empecé a murmurar y a realizar otros gestos que empezaron a molestar al resto de espectadores. Se formó tal revuelo que tuvimos que aligerar los pasos al terminar la película, e incluso hubo personas que me esperaban en la salida para ver quién era el culpable del jaleo y así poderme señalar y decir cosas como "no me has dejado ver la película habiendo pagado yo también la entrada". Lo cierto es que ahora lo veo comprensible, yo quizás hubiera actuado igual pero en aquel entonces lo único que sentía es que el terror me perseguía, me sentía indefenso y acorralado.
B.R.: En tu libro, que ha sido publicado por la editorial Círculo Rojo, plasmas muchas de tus vivencias, pero sobre todo las sensaciones y emociones con las que miras la vida. Es una obra de una gran potencia visual y artística. ¿Qué te motivó a escribirla?
K.G.V.: Estaba en la terraza de mi casa con mi pareja y fue algo instantáneo, el decirle ¨voy a escribir algo¨, me sentía tan lleno de tranquilidad después de diez años de tortura mental y tan despejado que no podía desaprovechar esta oportunidad de contar por todo lo que he pasado, pensando que mañana podría volver a pasar por ese brote y que quizás no podría tener esta sensación de liberación.
B.R.: No se indica en ningún lugar quién es el autor de las ilustraciones y pinturas que embellecen el libro. ¿Cómo surgió esta inspiración?
K.G.V: Si te fijas bien en cada uno de ellos aunque en algunos casi ni se percibe está la firma, Kissco, siempre se me ha dado bien, humildemente, dibujar o pintar, pasaba tanto tiempo en mi habitación que tenía que hacer algo, entretenerme, y me inspiraba en el cine y en la música y en su mayoría salían solos esos dibujos, los tenía anclados en mi mente y ponerlos en papel era para mí casi una forma de expresar lo que me estaba sucediendo.
Los dibujos fueron hechos durante esos diez años de brote psicótico, que en aquel entonces no tenían mucho sentido pero que después, escribiendo el relato, encajaban a la perfección dándole un toque visual a las palabras escritas y dotando de sentido poético a la obra.
B.R.: ¿Qué te ha ayudado a sobreponerte a tu diagnóstico hasta el punto de ser alguien con motivaciones y expectativas en la vida?
K.G.V.: Pues simplemente estoy volviendo a ser yo mismo después de, podría decir de alguna manera suave, haber pasado una mala racha. Yo solía ser un chico con motivaciones y con ganas de de aprender, y ahora me estoy retomando, es como haber estado en coma durante un largo período y que todo ese tiempo es como si no hubiera existido aunque me haya marcado para siempre. Es una segunda oportunidad que no pienso desaprovechar aún sabiendo que mañana podría estar igual que aquellos años o peor.
B.R.: ¿Cuáles serían tus palabras para un joven que pueda estar pasándolo mal por haber conocido recientemente que padece esquizofrenia paranoide?
K.G.V.: Este diagnóstico es algo que se tiene que aceptar lo antes posible para así saber llevarlo y convivir con los demás como alguien más.
No es fácil aceptar algo así, nos dejamos llevar por la mala fama que conlleva este término y por la primera reacción que tenemos a escucharlo que es la de temor, tememos lo desconocido, y en cierto modo es comprensible. Pero en mi caso podría decir que hay que llenarse de valor para seguir adelante y demostrar que solo padeces una enfermedad por la cual puedes luchar. No es algo terminal que no tenga solución, sí es algo crónico, pero se puede llevar bien con voluntad y determinación.
B.R.: ¿Qué mensaje debe conocer la sociedad para empezar a replantearse el doble impacto que sufren las personas que padecen algún desorden psicológico y que además deben aguantar la estigmatización social y laboral? ¿Crees que hay que hacer pedagogía en este aspecto?
K.G.V.: Lo cierto es que sí, podemos ser diferentes, pero todos los somos a nuestra manera, padezcamos un desorden o no. Hay persona que padecen enfermedades mentales que ni siquiera conocen ellas mismas, puesto que no han sido diagnosticadas, y otras que no sufren ningún padecimiento en concreto pero que tienen serias dificultades para buscar caminos que les hagan un poco más felices.
Esto no significa que las personas que hemos sido diagnosticadas con algún desorden mental no podamos hacer algo útil para la sociedad. Tal vez no podemos hacer lo mismo que otros exactamente, no estoy seguro de ello, lo que sí puedo asegurar es que todos somos diferentes y todos valemos para hacer algo útil. Todos podemos aprender aquello que no sabemos y enseñar lo que se nos da bien. Se podría comenzar a desmitificar los trastornos mentales mediante la realización de charlas en institutos, del mismo modo en que las hay que advierten a los estudiantes del peligro de las drogas o de las precauciones que debemos tomar en nuestras primeras relaciones sexuales. Charlas de concienciación que logren hacer ver a los niños y jóvenes que puedes ser tú o alguien cercano a ti quien padezca un desorden psicológico en la vida adulta, y algunos consejos para saber afrontar estas situaciones a base de normalización, información y respeto.