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Las 8 diferencias entre los trastornos psicóticos y los disociativos


¿Sabes cuáles son las principales características de los trastornos psicóticos? ¿Y de los disociativos? En este artículo, además de dar respuesta a ello, conoceremos las principales diferencias entre los trastornos psicóticos y los disociativos.

Como veremos, se trata de dos tipos de trastornos mentales completamente diferentes, y lo comprobaremos a partir de su caracterización y del desarrollo de sus correspondientes diferencias.

Trastornos psicóticos y disociativos: ¿cómo son?

Antes de adentrarnos en las diferencias entre los trastornos psicóticos y los disociativos, vamos a ver en qué consiste cada uno de ellos (y cuáles son).

1. Trastornos psicóticos

Los trastornos psicóticos son un un tipo de trastorno mental grave, en el que aparecen ideas y percepciones extrañas o anormales. Suele existir también una pérdida del contacto de la realidad; los síntomas psicóticos “por excelencia” son las alucinaciones y los delirios, aunque existen más.

El DSM-5 (Manual Estadístico de los Trastornos Mentales) recoge los siguientes trastornos psicóticos:

  • Esquizofrenia
  • Trastorno psicótico breve
  • Trastorno esquizofreniforme
  • Trastorno delirante
  • Trastorno esquizoafectivo
  • Trastorno psicótico debido a otras condiciones médicas
  • Trastorno psicótico inducido por sustancias
  • Catatonia
  • Otros trastornos especificados del espectro de la esquizofrenia
  • Otros trastornos no especificados del espectro de la esquizofrenia

2. Trastornos disociativos

Por su parte, los trastornos disociativos son aquellos en los que existe una pérdida de las funciones integradoras de la memoria, la identidad, la percepción, las funciones motoras o la conciencia.

Su síntoma característico es una alteración en la organización o estructura del contenido mental (no tanto una alteración del contenido en sí mismo). Así, existe una desconexión y una falta de continuidad entre recuerdos, pensamientos, acciones, identidad...

Cabe mencionar que los fenómenos disociativos no tienen por qué ser siempre patológicos; existen fenómenos disociativos que no lo son.

En el DSM-5 encontramos los siguientes trastornos disociativos:

  • Trastorno disociativo de la identidad
  • Amnesia disociativa
  • Trastorno de despersonalización/desrealización
  • Otro trastorno disociativo especificado
  • Trastorno disociativo no especificado

Las diferencias más importantes entre los trastornos psicóticos y los disociativos

En este artículo hemos recogido las 8 principales diferencias entre los trastornos psicóticos y los disociativos, aunque existen más.

1. Síntomas principales

La primera de las diferencias entre los trastornos psicóticos y los disociativos son sus síntomas; como hemos visto, se trata de dos tipos de trastornos independientes y diferenciados, cada uno con sus características propias.

En los trastornos psicóticos el problema principal es uno o más síntomas psicóticos que suponen una percepción distorsionada del presente (alucinaciones, delirios, pensamiento desorganizado…); en cambio, en los trastornos disociativos, no existen síntomas psicóticos, sino que su síntoma principal es una discontinuidad (o interrupción) entre nuestra identidad, nuestra memoria, nuestro comportamiento, etc.

Así que, como vemos, los síntomas principales en ambos trastornos son totalmente diferentes.

2. Naturaleza de los síntomas

La naturaleza de los síntomas también es diversa. Así, los trastornos psicóticos implican la aparición de uno o más síntomas (psicóticos), estableciendo una incongruencia entre lo que captan los sentidos y lo que la consciencia percibe; en cambio, en los trastornos disociativos, se produce la pérdida de una función (memoria, identidad…) que funciona de manera limitada.

3. Contacto con la realidad/conciencia del trastorno

Otra de las diferencias entre los trastornos psicóticos y los disociativos tiene que ver con el contacto con la realidad.

En los trastornos psicóticos (por ejemplo la esquizofrenia) suele existir una pérdida del contacto con la realidad inmediata; en cambio, en los trastornos disociativos no.

Además, en los trastornos psicóticos es más frecuente que la persona no sea consciente de su afectación; en cambio, en los trastornos disociativos, las personas suelen ser conscientes de sus “pérdidas”. Por ejemplo, esto se ve claramente en la amnesia disociativa, donde se produce una pérdida de la memoria autobiográfica importante.

4. Presencia de trastornos cognitivos

En los trastornos psicóticos pueden aparecer trastornos o alteraciones cognitivas (y es frecuente que aparezcan), que suelen afectar a la atención, la memoria, la toma de decisiones, la planificación… Estos síntomas aparecen, sobre todo, en fases avanzadas del trastorno (especialmente en la esquizofrenia).

En cambio, en los trastornos disociativos estos síntomas no son característicos (menos la pérdida de memoria que se da en la amnesia disociativa o en la fuga disociativa, aunque sería de diferente naturaleza).

5. Duración

Debemos ser cautelosos en este aspecto, ya que existen diferentes trastornos dentro de los psicóticos y dentro de los disociativos, y cada uno tiene sus propias características. Sin embargo, lo cierto es que podemos decir que la duración es otra de las diferencias entre los trastornos psicóticos y los disociativos.

En general los trastornos psicóticos suelen tener una duración mayor (incluso algunos son trastornos crónicos), y en cambio los trastornos disociativos suelen tener un principio y un fin, es decir, una duración menor, delimitada en el tiempo (días, meses…). Además, en el caso de los trastornos psicóticos no crónicos (por ejemplo el trastorno psicótico breve), la duración de los mismos suele ser mayor que la duración de los trastornos disociativos.

Pero pongamos ejemplos. En el caso de los trastornos psicóticos, pensemos en la esquizofrenia; ésta es crónica. Si pensamos, en cambio, en los trastornos psicóticos inducidos por sustancias, éstos sí son temporales y por lo tanto su duración es menor (también el trastorno esquizofreniforme, que dura entre uno mes y seis meses).

En el caso de los trastornos disociativos, pensemos en la fuga disociativa o en la amnesia disociativa (psicógena); ambos trastornos suelen durar entre horas y meses (más horas que meses).

6. Grado de incapacitación

Otra de las diferencias entre los trastornos psicóticos y los disociativos es su grado de interferencia en la vida diaria o la incapacitación que produce (recordemos que hablamos siempre a nivel general, y que siempre deberá analizarse cada trastorno de forma específica). Normalmente, los trastornos psicóticos suelen ser más incapacitantes que los disociativos.

7. Prevalencia

No se conoce con exactitud la prevalencia de los trastornos psicóticos en general, pero sí conocemos su prevalencia en el caso de la esquizofrenia (0,3-0-7% de la población, según el DSM-5) o el trastorno esquizoafectivo (0,3% según el DSM-5).

Por su parte, se estima que la disociación se da en un 2-3% de la población en general, mientras que los trastornos disociativos en sí, según algunos estudios (Loewenstein, 1994) tienen una prevalencia del 10% en la población.

8. Causas

Otra de las diferencias entre los trastornos psicóticos y los disociativos tiene que ver con sus causas.

Las causas de los trastornos psicóticos suelen ser multifactoriales (menos en los inducidos por sustancias o por otras condiciones médicas). Así, se combinan factores sociales, biológicos y ambientales en su etiología, si bien cabe destacar el factor hereditario en los trastornos psicóticos (especialmente en la esquizofrenia, donde se sabe que los gemelos monocigóticos tienen un 48% de probabilidad de padecerla ambos).

En el caso de los trastornos disociativos, también encontramos causas multifactoriales, si bien es cierto que los traumas psicológicos suelen estar en su base con frecuencia (abusos sexuales o físicos en la infancia, presenciar o vivir un accidente, sucesos donde se presencia la muerte, etc.).

Los trastornos psicóticos suelen aparecer, más que a raíz de un trauma, a raíz de un período altamente estresante, que se suma otros factores etiológicos (vulnerabilidad biológica o personal, herencia biológica…). En cambio, los trastornos disociativos suelen aparecer a raíz de un trauma o de una situación que la persona siente como altamente amenazante o peligrosa para ella.