Sinestesia, la capacidad para ver sonidos y saborear colores
Resulta bastante evidente que, para la mayoría de las personas, recibir luz sobre la retina supone tener una sensación visual, al igual que el hecho de hacer que algo entre en contacto con nuestra piel genera una sensación táctil o recibir ondas de sonido sobre nuestros oídos hace que oigamos algo. Sin embargo, este esquema de acontecimientos no siempre resulta tan simple.
Hay algunas personas que experimentan un fenómeno llamado sinestesia, que consiste en percibir sensaciones con origen en varios canales sensoriales.
Allí donde se da la sinestesia, un tipo de estimulación evoca la sensación de otro. De este modo, algunas personas sinestésicas pueden ver sonidos, mientras que otras pueden saborear sensaciones táctiles, etc. Por ejemplo, uno de los casos más conocidos es el del físico Richard Feynman, que decía ver ecuaciones en colores, pero el abanico de combinaciones de sensaciones que pueden producirse como forma de sinestesia es realmente muy amplio: sonidos que generan sabores, números y letras que se perciben como colores, etc.
¿Por qué se produce la sinestesia?
Gran parte de la comunidad de neurocientíficos encargados de estudiar la sinestesia creen que está producida por una especie de "cruce de cables". Así, proponen la explicación de que en el momento en el que se da este fenómeno, varios canales de neuronas asociados a diferentes sentidos interfieren entre sí, de modo que la información del medio circundante que llega a través de un órgano sensorial llega al cerebro y se transforma en otro tipo de sensación.
De ahí que las personas que experimentan esto vean mezclarse sus sentidos de forma involuntaria y sin poder regular conscientemente este transvase de información de un tipo sensorial al otro, y de ahí también que puedan darse casos en las que personas sinestésicas ciegas puedan seguir experimentando colores al tocar, oír, etc.
Las personas sinestésicas podrían tener un cerebro un tanto singular
En definitiva, el cerebro de las personas que experimentan sinestesia parece tener una arquitectura algo distinta al del resto de la población, aunque eso no significa que su sistema nervioso esté dañado ni que sean menos capaces de vivir un vida normal y de manera autónoma. De hecho, por la naturaleza automática y parcialmente inconsciente de la sinestesia, no es raro que una persona haya estado toda su vida mezclando sensaciones y no se haya dado cuenta de lo peculiar de lo que le ocurre, o crea que le pasa a todo el mundo.
¿Cómo de generalizada está la sinestesia?
La sinestesia, bajo sus diferentes formas y tipos, no es algo que ocurra raramente en aquellas personas que la experimentan, y por eso es posible que se asimile bien y se considere la manera normal de percibir la realidad, ya que forma parte del día a día de mucha gente.
El hecho de que mucha gente sea sinestésica sin ser consciente de ello hace difícil calcular el porcentaje de la población que lo es, pero recientemente se han obtenido indicios de que la sinestesia está sorprendentemente generalizada. Podría formar parte de la vida cotidiana de 4 o 5 de cada 100 personas, bastante más de lo que se creía a finales del siglo XX, siendo el tipo más frecuente el que consiste en asociar días con colores. Además, curiosamente, está más generalizada en las personas con autismo, lo cual en un futuro puede aportar pistas para entender el origen y causas de este tipo de trastornos.
¿Todos somos sinestésicos?
Algo a tener en cuenta es que existen fenómenos muy parecidos a la sinestesia que están muy generalizados, lo cual puede significar que casi todos somos sinestésicos en menor o mayor medida.
Por ejemplo, es muy normal que asociemos las formas angulosas y afiladas con sonidos como el de la letra “k”, mientras que los contornos redondeados son más fáciles de relacionar con el sonido de la “b”, aunque esto no responda a ningún tipo de razonamiento lógico. Este tipo de pensamiento también ha sido denominado por los psicólogos como sesgos cognitivos. Puedes conocer más sobre esto leyendo este artículo:
Lo mismo pasa con muchos otros elementos de nuestro día a día: hablamos de humor ácido, lenguas afiladas, etc. En caso de que la hipótesis de que estos fenómenos son casos leves de sinestesia, nuestra manera de entender el funcionamiento normal de las vías sensoriales se revelaría como algo más complejo de lo que pensábamos.
Referencias bibliográficas:
- Baron-Cohen, S., Johnson, D., Asher, J., Wheelwright, S., Fisher, S. E., Gregersen, P. K., Allison, C. (2013). Is synaesthesia more common in autism? Molecular Autism, 4(1), p. 40.
- Simner, J., Mulvenna, C., Sagiv, N., Tsakanikos, E., Witherby, S. A., Fraser, C. Scott, K. Ward, J. (2006). Synaesthesia: The prevalence of atypical cross-modal experiences. Perception, 35(8), pp. 1024 - 1033.
- Steven, M. S. y Blakemore, C. (2004). Visual synaesthesia in the blind.Perception, 33(7), pp. 855 - 868.