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Hormonas tiroideas: tipos y funciones en el cuerpo humano


El sistema endocrino está formado por todas aquellas glándulas y hormonas que actúan en nuestro organismo. Las hormonas tienen una función muy importante en la regulación de procesos fisiológicos básicos; además, también están especialmente relacionadas con las emociones.

En este artículo hablaremos de las hormonas tiroideas, un tipo de hormonas sintetizadas por la glándula tiroides e implicadas en el metabolismo. Conoceremos su origen, sus características y sus funciones. Además, analizaremos dos alteraciones importantes que se producen en la tiroides: el hipertiroidismo y el hipotiroidismo.

Hormonas tiroideas: características

Las hormonas tiroideas son un tipo de hormonas segregadas en nuestro cuerpo, y con importantes funciones. Concretamente, son dos: la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3). Estas hormonas son producidas por la glándula tiroides, una glándula muy importante que regula el metabolismo del organismo.

Por su parte, el metabolismo está implicado en los procesos que controlan el ritmo de actividad de las diferentes células y tejidos, y engloba una serie de cambios biológicos y químicos que se producen de forma continuada en las células de nuestro cuerpo.

Las hormonas tiroideas se basan en la tirosina (uno de los 20 aminoácidos que forman las proteínas). Concretamente, las hormonas tiroideas son hormonas amínicas, junto a otras hormonas: la adrenalina, noradrenalina, melatonina y dopamina. Curiosamente, estas últimas sustancias, son a su vez neurotransmisores (dentro del Sistema Nervioso Central [SNC]) y hormonas (fuera de él).

Pero, ¿cómo actúan las hormonas amínicas? Lo que hacen es unirse a los receptores de la membrana celular, iniciando una reacción en cadena en la célula. Vamos a ver las características de las dos hormonas tiroideas:

1. Tiroxina (T4)

La tiroxina fue descubierta y aislada en el año 1910 por Edward Calvin Kendall, un investigador estadounidense. Concretamente, aisló esta sustancia de la tiroides de los cerdos.

A nivel de funciones, la tiroxina lo que hace principalmente es estimular el metabolismo del cuerpo, además de participar en otros procesos. Es importante, para un correcto funcionamiento, que los niveles de tiroxina sean los adecuados y estén equilibrados, ya que niveles demasiado altos o demasiado bajos pueden provocar alteraciones en todo el organismo.

Es lo que ocurre cuando aparecen alteraciones de la tiroides: el hipertiroidismo (aumento de las hormonas tiroideas) y el hipotiroidismo (disminución de las hormonas tiroideas), que explicaremos más adelante con detalle.

2. Triyodotironina (T3)

La segunda de las hormonas tiroideas, la triyodotironina, fue descubierta 42 años más tarde que la tiroxina, en el año 1952, por Jean Roche, un bioquímico francés.

Esta hormona también tiene un papel central en el control y regulación del metabolismo corporal. Lo que hace es estimular el metabolismo de los hidratos de carbono y de las grasas, a través de la activación del consumo de oxígeno.

Además, la triyodotironina también está implicada en diferentes procesos fisiológicos corporales, como el crecimiento, el ritmo cardíaco y la temperatura corporal (igual que la tiroxina). Finalmente, otra función que realiza es la de degradar las proteínas dentro de las células.

¿De dónde vienen las hormonas tiroideas?

Para entender de donde proceden las hormonas tiroideas, deberemos visualizar un esquema global de las hormonas y del sistema endocrino. El sistema endocrino está encabezado por el hipotálamo, el principal secretor de hormonas y la estructura que “manda”, conectando el sistema nervioso con el sistema endocrino. Éste, a su vez, origina dos tipos de hormonas: las hormonas liberadoras, por un lado, y la oxitocina y la vasopresina, por el otro.

Mientras que las primeras (hormonas liberadoras) actúan sobre el hipotálamo anterior (o adenohipófisis), las segundas (oxitocina y vasopresina) actúan sobre el hipotálamo posterior (o neurohipófisis). La neurohipófisis es el “órgano almacén” de estas hormonas.

Concretando aún más, la adenohipófisis fabrica las hormonas tróficas, que a su vez actúan en las glándulas; éstas producen las diferentes hormonas del organismo. Es lo que ocurre con las hormonas tiroideas: que son sintetizadas por la glándula tiroides, que a su vez recibe señales de la adenohipófisis (una parte del hipotálamo, la parte anterior).

Es decir, que las hormonas tiroideas (la tiroxina y la triyodotironina) provienen de las hormonas tróficas, que a su vez provienen de la adenohipófisis. Concretamente, las hormonas tiroideas son estimuladas por la TSH y la tirotropina, un tipo de hormonas tróficas. A modo de síntesis, estas estructuras (TSH y tirotropina) lo que hacen, en realidad, es estimular la liberación de hormonas tiroideas en la glándula tiroides.

Glándula tiroides

La glándula tiroides, o tiroides, es la estructura que segrega las hormonas tiroideas (en realidad, se trata de un órgano). Esta glándula endocrina, que tiene forma de mariposa, se sitúa en la zona del cuello, justo encima de la clavícula y debajo de la nuez.

No es una estructura muy grande, y pesa unos 30 gramos aproximadamente. La tiroides tiene un papel esencial en el metabolismo de nuestro cuerpo, así como en otras funciones del organismo como la temperatura corporal. Además, su estado y funcionamiento se relacionan estrechamente con nuestro estado de salud.

Algunas de las funciones en las que está implicada la glándula tiroides, a través de la acción de sus hormonas tiroideas, son las siguientes:

  • Participación en el crecimiento.
  • Regulación del metabolismo.
  • Regulación de la temperatura corporal
  • Desarrollo del sistema nervioso.
  • Asimilación de los nutrientes.
  • Regulación del ritmo cardíaco.
  • Desarrollo de la piel.

Alteraciones

Existen dos alteraciones importantes en la glándula tiroides, que afectan a su secreción de hormonas tiroideas: el hipertiroidismo y el hipotiroidismo.

1. Hipertiroidismo

El hipertiroidismo consiste en una secreción elevada de las hormonas tiroideas; concretamente, segrega demasiada tiroxina. Es decir, que la tiroides se sobreactiva y como consecuencia de ello, se acelera el metabolismo del cuerpo.

Esto causa una importante pérdida de peso, así como latidos rápidos y/o irregulares. Se relaciona con síntomas de hiperactivación y manía (episodios maníacos de euforia y sobreexcitación). Otros síntomas comunes son la irritabilidad, los cambios de humor, la fatiga, la debilidad muscular y los problemas para dormir.

El hipertiroidismo afecta con más frecuencia a las mujeres que a los hombres. Otra población especialmente afectada son las personas mayores de 60 años.

Sus causas pueden ser diversas; la causa más común es la enfermedad de Gave, un tipo de trastorno autoinmune. Otras posibles causas son la tiroiditis, el consumo excesivo de yodo o tener nódulos tiroideos.

2. Hipotiroidismo

El hipotiroidismo sería la alteración contraria; implica una pobre secreción de las hormonas tiroideas. Concretamente, la tiroides no segrega suficiente tiroxina para poder desarrollar las funciones del organismo con normalidad.

Esto implica alteraciones en el metabolismo, que es deficitario; así, la persona con hipotiroidismo presenta un aumento de peso (engorda con facilidad), y manifiesta además síntomas depresivos, de fatiga y de hinchazón en la cara, entre otros. El hipotiroidismo, igual que el hipertiroidismo, afecta más a las mujeres que a los hombres.

Las causas del hipotiroidismo pueden ser varias; entre ellas, existe una forma genética llamada “cretinismo bocioso hereditario”, en la que el déficit de hormonas tiroideas provoca un retraso severo en el crecimiento, malformaciones faciales, alteraciones en el desarrollo sexual y un tamaño cerebral y un número de conexiones sinápticas disminuido. Este déficit de hormonas tiroideas, provoca, además, una discapacidad intelectual.

Referencias bibliográficas:

  • Carlson, N.R. (2005). Fisiología de la conducta. Madrid: Pearson Educación.
  • Netter, F. (1989). Sistema nervioso. Anatomía y fisiología. Barcelona: Salvat.