Pautas a seguir ante la negación de la adicción por parte de un hijo
Son muchos los padres que se deciden a acudir a un especialista cuando empiezan a ver que sus hijos no aceptan tener un problema con alguna adicción. Esto se debe a que muchos de los jóvenes que consumen drogas o alcohol no lo consideran un problema sino que, simplemente, lo ven como algo que hacen por diversión y que pueden dejar en el momento que quieran.
No importa lo mucho que hablen con ellos, y tampoco importa demasiado lo preocupados que se muestren, pues el adicto siempre se reafirmará en la postura de que lo que hace no es un problema, incluso se refugiará en el maniqueo argumento de que lo único que ocurre es que los padres pretenden controlar su vida y todo aquello que hace. No es capaz de admitir que hay un problema, y serio.
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“No, yo no soy adicto”
Uno de los síntomas más habituales y comunes de que existe una adicción es precisamente la negación de la misma. Se produce cuando la persona no puede ver ni reconocer que se está produciendo esa situación. La razón es que, al principio, no ve que haya algún cambio, por lo que a sus ojos, lo que hace es algo inofensivo: una copa de vez en cuando, un porro cuando sale con los amigos… Eso le hace pensar que tiene el control absoluto de la situación, cuando en realidad no es así.
Esta primera fase de la adicción se llama etapa de pre-contemplación. En ella, el adicto aún no es consciente del problema real, y, por lo tanto, tampoco considera que haya que hacer nada al respecto.
Para hacer un cambio positivo en la vida de una persona, necesita poder ver la realidad. En la mayoría de los casos, esto es difícil porque el adicto tiende a no querer creer que está sucediendo algo negativo. Sin embargo, aquellos que son conscientes de su situación y que tienen la oportunidad y la voluntad de cambiar tienden a obtener mejores resultados que aquellos que permanecen inconscientes de ella. Y lo peor de todo, es que en esta etapa de la adicción hay poco que podamos hacer los demás por el adicto.
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La fase de contemplación
La fase de contemplación es la etapa en la que el individuo decide que quiere cambiar su comportamiento y vivir una vida sin adicción. Esta fase generalmente comienza cuando el adicto se da cuenta de que tiene un problema con la bebida, las drogas o cualquier otra sustancia o comportamiento. Este es el punto en el que se puede empezar a trabajar para lograr la desintoxicación.
Sin embargo, a pesar de que en este punto el adicto ya sabe que ocurre algo, aún no se decide a que la situación cambie a pesar de que es consciente de que no va bien.
Es un objetivo de cualquier terapia ayudar a la persona a llegar a esta etapa de contemplación, pues supone dar el primer paso hacia la confrontación de la adicción. Los padres, amigos y familiares pueden ayudar mucho a lograrlo, aunque puede ser muy complicado.
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¿Qué podemos hacer ante esta situación como padres?
Hay muchos tratamientos diferentes disponibles para ayudar a los adictos. Eso sí, jamás se puede dar el mismo tratamiento a dos adictos diferentes, pues cada persona tiene sus problemas y su forma de afrontarlo. Depende de las necesidades personales del individuo y de cómo quieren que sea su vida al final del tratamiento.
Los tratamientos se basan en modelos teóricos que han demostrado su efectividad, aunque cada profesional enfoca las terapias de una forma distinta, en base a cada persona.
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Dos conceptos a tener en cuenta: reactancia y libertad
Dentro de la adicción existen dos conceptos importantes, la reactancia y la libertad del adicto.
Cuando hablamos de reactancia, nos estamos refiriendo a la posibilidad de que la persona se sienta bajo presión o forzada a hacer algo. Esto derivará en que haga lo contrario de lo que se supone debería hacer. Hay que tener en cuenta que, por lo general, a nadie le gusta que le dicten qué hacer, cómo comportarse, así que, imagina si estás tratando con un adicto. Por ello, lo mejor es evitar la presión excesiva o las confrontaciones y órdenes que tengan que ver con la adicción.
El concepto de la libertad está íntimamente relacionado con lo que hemos hablado antes. No queremos sentir que nada ni nadie nos presiona, y que tenemos libre albedrío. Por esa razón, para ayudar a que un adicto sea consciente de su situación debemos dejarle espacio, pero al mismo tiempo, mostrarle la realidad. Una buena idea, ayudarle a que reflexione y se exprese él mismo.
A pesar de todo lo que hemos hablado, hay una realidad dura, que no es fácil hacer ver que existe una adicción. Con mucha frecuencia es un proceso que dura en el tiempo, y que a veces puede ser francamente frustrante.