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¿Cómo es la intervención psicológica para el TDAH?


El TDAH es una de las problemáticas infantiles más comunes. Este trastorno no solo afecta al ámbito académico, sino también al social, familiar y, en su adultez, al laboral. Un diagnóstico y tratamiento temprano incrementa las posibilidades de que el pequeño tenga una mejor calidad de vida.

A continuación encontrarás un resumen sobre cómo es la intervención psicológica para el TDAH, explicando las principales herramientas de las que los psicólogos especializados en este trastorno se valen.

Características de la intervención psicológica para el TDAH

La intervención psicológica para el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) recurre a un conjunto de técnicas psicoterapéuticas para ayudar a niños y adolescentes a desarrollar sus capacidades cognitivas al mismo tiempo que aprenden a gestionar y controlar los síntomas del trastorno. La terapia psicológica es imprescindible, aportando las estrategias conductuales y cognitivas necesarias para que los pacientes con TDAH tengan la mayor calidad de vida posible.

Los distintos métodos y técnicas de intervención psicológica para el TDAH se enfocan en desarrollar la capacidad de autocontrol de los niños y adolescentes, manejar los síntomas principales del trastorno, gestionar y controlar la frustración, mejorar y entrenar sus habilidades sociales y comunicativas. Para ello, se vale de diferentes estrategias, usando procedimientos conductuales, autocontrol, instrucciones, y relajación, entre otros.

A continuación profundizamos sobre los varios abordajes del TDAH en contexto de terapia.

1. Abordaje psicoeducacional

El abordaje psicoeducacional en el TDAH consiste en enseñar al paciente y a su familia cuáles son las principales características del trastorno y qué se puede hacer para mejorar tanto el comportamiento como adaptabilidad y calidad de vida del niño y de su entorno más cercano.

En este contexto, se realiza lo siguiente:

  • Explicación del TDAH al paciente.
  • Aclaración de posibles problemas y riesgos asociados al trastorno.
  • Diferentes vías de intervención y tratamiento para el TDAH.
  • Conseguir que el paciente sea consciente de su diagnóstico y lo acepte.
  • Acuerdo de compromiso y cumplimiento terapéutico.

2. Terapia cognitivo-conductual

El enfoque cognitivo-conductual ha demostrado ser la herramienta psicoterapéutica más eficaz en multitud de trastornos, incluido el TDAH. Esta terapia ha mostrado gran efectividad para reducir los comportamientos disruptivos de los niños y niñas con TDAH, haciendo que adquieran un mayor control sobre su comportamiento. Para su aplicación y eficacia, es imprescindible la implicación del propio paciente, el niño o adolescente, y de las personas responsables de su educación, padres, maestros y otros cuidadores.

Es especialmente importante la implicación de los padres, pues son ellos quienes aplican las pautas en casa y tienen experiencia directa con el comportamiento de su hijo.

Los aspectos que se trabajan en la terapia cognitivo-conductual son:

  • Desarrollo y orientación personal.
  • Resolución de conflictos.
  • Entrenamiento en autoinstrucciones.
  • Organización y planificación de la conducta.
  • Autorregulación emocional.
  • Entrenamiento en habilidades y estrategias internas.

Terapia psicológica para el TDAH

3. Terapia de modificación de conducta

La terapia de modificación de conducta se basa en el condicionamiento operante, haciendo uso de reforzadores y castigos para contribuir en la extinción de comportamientos disruptivos y la adquisición de conductas positivas.

Entre los aspectos que se trabaja encontramos:

  • Normas y límites
  • Entrenamientos en hábitos positivos
  • Modificación de conductas disruptivas y problemas de conducta
  • Entrenamiento en conductas positivas

Dentro de este abordaje, podemos mencionar varias técnicas operantes.

3.1. Refuerzo positivo

De forma escueta, el refuerzo positivo es un procedimiento mediante el cual se presenta un estímulo atractivo o bueno, algo que le interese al paciente, después de que haya hecho la conducta que nos interesa a nosotros como terapeutas que lleve a cabo. El propósito de la aplicación del refuerzo positivo es aumentar la probabilidad de que la conducta deseada se vuelva a producir.

3.2. Economía de fichas

La economía de fichas es una técnica operante que se ha ido volviendo especialmente popular en el ámbito de la psicoeducación. Este sistema establece una serie de conductas específicas las cuales otorgarán premios al paciente en caso de que las respete. Con la economía de fichas se pretende fomentar las buenas conductas, mediante el refuerzo positivo que ejercen las fichas o premios, y disminuir las conductas indeseadas, recurriéndose al castigo negativo en forma de la pérdida de tales fichas.

3.3. Extinción

La extinción es la principal técnica para reducir una conducta o, directamente, eliminarla. Se trata de disminuir la respuesta reforzada a un comportamiento indeseado. Para ello, es fundamental determinar qué es lo que está reforzando el comportamiento para, así, eliminar tal refuerzo y consecuentemente conseguir eliminar la respuesta.

3.4. Tiempo fuera

El tiempo fuera es una técnica que pretende privar al niño de cualquier reforzador que pueda haber en el contexto de una mala conducta. Básicamente, consiste en aislar al pequeño por un corto período de tiempo, no superior a los 10 minutos. Se le debe explicar previamente al niño que su conducta no ha sido la adecuada y se le obliga a pasar un tiempo aislado para reflexionar sobre lo sucedido.

3.5. Sobrecorrección

La sobrecorrección se aplica cuando el niño tiene un comportamiento negativo. Se le pide rectificar lo que ha hecho mal y restaurar el daño provocado. En el caso de la sobrecorrección de práctica positiva, el individuo que ha hecho algo mal debe repetir una conducta positiva, la que se le indique, como compensación.

4. Entrenamiento en habilidades sociales

El área social es una en la que más dificultades presentan los niños y adolescentes con TDAH. En psicoterapia se pretende fomentar la adquisición de pautas, estrategias y habilidades para hacer que el paciente se relacione de manera más adecuada con su entorno. Este es un proceso de entrenamiento, que favorecerá la interacción social de los niños y adolescentes con TDAH con sus iguales y evitará problemáticas como el rechazo social, la baja autoestima y el aislamiento. Entre los aspectos que se trabajan encontramos:

  • Autoestima, autoconcepto y asertividad emocional
  • Reglas de sociabilización
  • Habilidades de competencia social

5. Relajación y control del estrés

Las técnicas de relajación ayudan a controlar la hiperactividad. Junto con el trabajo corporal, el paciente aprende a canalizar su exceso de actividad, su agitación, nerviosismo, estrés y ansiedad en caso de haberla. La relajación es especialmente útil para favorecer las emociones positivas, ayudando a que el paciente se mantenga más calmado. A mayor calma en el núcleo familiar, mejor comunicación entre sus miembros y mejor relación con el pequeño.

Aspectos útiles a trabajar en el TDAH relacionados con la relajación son:

  • Respiración
  • Expresión corporal
  • Actividades de ocio: deporte, aficiones del interés del pequeño…
  • Psicomotricidad

6. Lenguaje interno y autoinstrucciones

Es muy importante abordar el lenguaje interno del paciente con TDAH, ayudándole a interiorizar reglas e instrucciones que le ayuden a tener un pensamiento organizado y reflexivo.

La técnica de las autoinstrucciones es una de cambio de comportamiento, con la que se pretende modificar los pensamientos del paciente sustituyéndolos por otros que puedan ser más útiles y efectivos para alcanzar sus metas u objetivos. Estas son directrices que se las da el paciente a sí mismo, para dirigir de esta forma su forma de actuar.

Ejemplos de autoinstrucciones serían:

  • "Voy a escuchar al profesor".
  • "Tengo que cruzar la calle con cuidado".
  • "Debo dejar bien puesta la silla en el pupitre".
  • "No debo garabatear en la mesa del aula".
  • "Tengo que revisar si llevo todos los libros que necesito para estudiar".

7. Técnicas de autocontrol

De acuerdo con los expertos que trabajan con niños y adolescentes con TDAH, gran parte de los problemas de autocontrol pueden mejorarse enseñándole al paciente a moderarse. Estas técnicas se orientan en conseguir que vea, entienda y tenga presente que debe reducir sus comportamientos impulsivos, aquellos que sean inmediatamente gratificantes, pero que a medio y largo plazo no le ayudan para nada, ni social ni académicamente.

Para aplicar un programa de autocontrol, se pueden seguir los siguientes pasos:

  • Identificar cuál es el problema principal y establecer objetivos alcanzables.
  • Hacer que el paciente se comprometa a modificar su comportamiento.
  • Registrar datos e identificar las posibles causas del problema.
  • Diseñar y aplicar un programa de tratamiento.
  • Prevenir la recaída y lograr que la mejora perdure en el tiempo.

8. Entrenamiento para padres

El entrenamiento para padres y las intervenciones familiares suelen ser efectivas. En el caso de que en la relación paternofilial se den muchos roces y pocas interacciones positivas, en la intervención psicológica para el TDAH se refuerzan las habilidades de los padres para que tengan un mejor manejo de las situaciones. Se les enseña a los padres métodos de comunicación efectiva para establecer normas y llevar el mando.

Los padres aprenden a establecer contacto visual con su hijo, le dan las órdenes de una en una y lo hacen en contextos positivos. Además, se enseña a los progenitores cómo deben establecer consecuencias negativas o sanciones adecuadas para cada problema de comportamiento específico, adaptado al TDAH. Estas consecuencias deben estar estrechamente relacionadas con la conducta indeseada, es decir, que cuando se aplican castigos el niño sea consciente de que se dan porque ha hecho una cosa mala que sabe cuál es.

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