Tópicos Cerebro Neurociencia

​Lóbulo temporal: estructura y funciones


El lóbulo temporal es una de las estructuras más importantes de la corteza cerebral, y por consiguiente también una de las más estudiadas en neurociencias. No se puede comprender el funcionamiento del Sistema Nervioso Central sin saber aunque sea un poco acerca de qué son los lóbulos temporales.

No solo cubre buena parte de la superficie del encéfalo: además permite integrar globalmente buena parte de la información sensorial que nos llega a través del entorno, y tiene un papel muy relevante en procesamiento de los contenidos de la visión y del oído, así como del lenguaje en general.

En este artículo veremos cuáles son las características de los lóbulos temporales (pues hay un par de ellos en cada encéfalo), dónde se ubican, y qué funciones llevan a cabo.

Localización del lóbulo temporal

Si bien el conjunto del cerebro funciona en una interacción continúa entre las diferentes áreas cerebrales, los estudios realizados desde las neurociencias reflejan que muchas de las aptitudes, habilidades, capacidades y funciones del sistema nervioso se encuentran especialmente vinculadas a determinadas regiones.

En este sentido, la corteza cerebral humana ha sido tradicionalmente dividida en cinco secciones, llamadas lóbulos del cerebro. Uno de ellos es el lóbulo temporal, región cerebral fundamental para habilidades tan fundamentales como el habla o la percepción auditiva, además de estar muy vinculado a la afectividad, la memoria y el reconocimiento.

El lóbulo temporal está situado en el lateral inferior del encéfalo, aproximadamente a la altura de los oídos. Esta región está anatómicamente separada del lóbulo parietal, que corresponde a la zona lateral superior, por la cisura de Silvio, y está en estrecho contacto con el lóbulo occipital. Asimismo, se trata del lóbulo con mayor conexión con el sistema límbico (junto con el área orbito-frontal), teniendo pues gran influencia en las emociones y estados de ánimo, así como con la memoria.

Es necesario tener en cuenta que en realidad hay dos lóbulos temporales, uno en cada hemisferio cerebral. Esta consideración resulta relevante, ya que algunas de las funciones de este lóbulo se localizan en la mayoría de las personas en un hemisferio específico. Sin embargo, cuando a causa de alteraciones neurológicas una parte de un lóbulo temporal deja de funcionar, estas funciones pueden llegar a ser realizadas total o parcialmente por su homólogo del hemisferio opuesto.

Por otro lado, los límites del lóbulo temporal, como los de cualquier otra parte del cerebro, son muy porosos y hasta cierto punto difusos. No se corresponden exactamente con límites físicos de zonas del sistema nervioso encargadas de ciertas tareas, sino que es un concepto que ayuda a ubicarse a la hora de mapear el cerebro.

Localizaciones cerebrales más relevantes

Dentro del lóbulo temporal existen un gran número de estructuras. Esto es así porque en esta zona de la corteza cerebral coinciden muchas interconexiones procedentes de diferentes partes del cerebro, algunas de las cuales no guardan demasiado parecido entre sí en cuanto a sus funciones. En realidad, el concepto de lóbulo temporal responde a criterios mucho más anatómicos que funcionales, de manera que es natural que en él existan grupos de células nerviosas y pequeños órganos especializados en tareas distintas.

Esto hace que el lóbulo temporal incorpore grupos de neuronas encargadas de realizar muchas tareas, por ejemplo, integrando tipos de información perceptiva que llega desde diferentes sentidos. Esto es lo que hace que tenga un papel importante en el lenguaje, función mental en la que tienen que ver sonidos, letras, etc.

Algunas de las partes del lóbulo temporal más relevantes son las siguientes.

1. Corteza auditiva

En el lóbulo temporal se encuentran la cortezas auditivas primaria, secundaria y asociativa. Estas zonas del cerebro son las encargadas de, además de percibir los sonidos, realizar la codificación, descodificación e interpretación de la información auditiva, siendo un elemento indispensable para la supervivencia y la comunicación. En este último aspecto destaca su participación en la comprensión del habla, que se da en el área de Wernicke.

2. Área de Wernicke

Dentro del área auditiva secundaria del hemisferio cerebral dominante, siendo éste generalmente el izquierdo para la mayoría de la población, se puede encontrar el área de Wernicke. Esta área es la principal encargada de la comprensión del lenguaje, permitiendo la comunicación verbal entre individuos. Sin embargo, la producción del lenguaje se da en otra área conocida como área de Broca, situada en la corteza frontal.

3. Giro angular

Esta área resulta de especial relevancia, debido a que es la que permite la lectoescritura. En ella se asocia la información visual con la auditiva, permitiendo asignar a cada grafema su correspondiente fonema y haciendo posible que se produzca un cambio en el tipo de datos con los que trabaja el cerebro, de imágenes a sonidos con un componente simbólico.

En personas con lesiones en esta zona, la lectura suele estar afectada, siendo muy lenta o inexistente.

4. Giro supramarginal

Forma parte del área sensitiva terciaria. Este giro participa en el reconocimiento táctil, además de participar en el lenguaje. Gracias a ella somos capaces de reconocer el relieve de letras mediante los dedos y asociarlas a sonidos.

5. Temporal medial

Esta área, que engloba la región hipocampal y varias cortezas relevantes, participa en la memoria y reconocimiento, procesando la información y ayudando a pasar de memoria a corto plazo a memoria a largo plazo. El hemisferio izquierdo se encarga de la información de tipo verbal, mientras que en el derecho se almacenan patrones visuales.

Es en este área del lóbulo temporal donde aparecen las primeras lesiones en el Alzheimer, produciendo su sintomatología inicial.

6. Área de asociación parieto-temporo-occipital

Se trata de un área de asociación que se encarga de integrar la percepción visual, auditiva y somática. Entre otras muchas funciones de gran relevancia, destaca su participación en la percepción y atención al espacio, pudiendo causar su lesión el padecimiento de una heminegligencia.

7. Área de asociación del sistema límbico

Esta parte del lóbulo temporal se encarga de dotar de información emocional a las percepciones, integrando emoción y percepción. Participa también en la memoria y aprendizaje. Asimismo, otras investigaciones han reflejado que también tiene que ver en la regulación de la conducta sexual y en el mantenimiento de la estabilidad emocional.

En definitiva, esta parte del lóbulo temporal integra procesos mentales vinculados a las emociones y permite que nuestras vivencias dejen una huella en nosotros que va más allá de lo que podemos explicar con palabras.

Trastornos derivados de lesiones en el temporal

Todas las áreas que hemos visto son de gran importancia para el correcto funcionamiento del organismo humano en general y de los lóbulos temporales en particular.

Sin embargo, no es infrecuente que se produzcan accidentes, enfermedades y alteraciones que pueden provocar un mal funcionamiento de algunas de ellas. Veamos algunos trastornos típicos de la lesión del temporal.

1. Sordera cortical

Este trastorno supone la pérdida total de la facultad auditiva, a pesar de que los órganos sensoriales funcionan correctamente. Es decir, la información auditiva llega a los órganos perceptivos, pero no llega a ser procesada por el cerebro, con lo cual se pierde la percepción del sonido por completo. Esta alteración se produce por la destrucción de las cortezas auditivas primaria y secundaria, o las vías nerviosas que acceden a ellas, de ambos hemisferios.

2. Hemiacusia

Al igual que con la sordera, esta afectación se produce por la destrucción de la corteza auditiva primaria y secundaria, con la diferencia de que esta destrucción sólo se ha dado en un hemisferio.

De este modo, se pierde por completo la audición del oído opuesto al hemisferio en el que se ha dado la lesión, pero dado que las cortezas auditivas del otro hemisferio siguen estando funcionales la audición es posible por el otro oído.

Además, en algunos casos es posible que con el paso del tiempo se gane cierto nivel de audición también por el oído que ha quedado inutilizado, debido a que la plasticidad neuronal permite que partes del cerebro aprendan funciones que antes eran realizadas por otras, y esto puede ocurrir incluso pasando tareas de un hemisferio al otro.

3. Prosopagnosia

En los casos de prosopagnosia, el afectado pierde la capacidad de reconocer caras, incluso de sus seres más queridos. El reconocimiento de personas ha de darse por otras vías de procesamiento del cerebro.

Esta alteración está causada por lesión bilateral en la zona temporoccipital.

4. Heminegligencia

Causado por la afectación del área de asociación parieto-temporo-occipital, este trastorno supone la dificultad para orientarse, actuar o responder a estímulos que ocurren en el lado opuesto respecto al hemisferio lesionado. La atención hacia ese hemicampo perceptivo cesa, si bien la propia persona puede moverse de modo que los estímulos que se pierde queden al alcance del campo perceptivo funcional. Suele aparecer juntamente con la anosognosia, que es el desconocimiento de la existencia de una alteración.

5. Afasias

Se entienden como afasias los trastornos del lenguaje debidos a una lesión cerebral. Los efectos varían según la localización de la lesión, y cuando esta afecta al lóbulo temporal hay ciertos síntomas característicos.

De las afasias que son producidas por una lesión en el temporal destacan la afasia de Wernicke (producida por una lesión en el área del mismo nombre, en que se produce una pérdida o dificultad en la comprensión verbal y la repetición, cosa que provoca graves problemas a quien la sufre), la anómica (pérdida o dificultad para encontrar el nombre de las cosas, producida por lesiones en áreas asociativas temporo-parieto-occipitales) o la sensorial transcortical (en la que hay dificultades en la comprensión pero no en la repetición, siendo producto de lesiones en áreas asociativas temporo-parieto-occipitales).

Si se lesiona la conexión del área de Wernicke con el área de Broca, el fascículo arqueado, se producirá la llamada afasia de conducción, en que destaca la dificultad en la repetición y una comprensión algo alterada pero se mantiene una buena fluencia.

6. Amnesia anterógrada

Este trastorno supone la incapacidad para grabar en la memoria material nuevo. Es decir, se imposibilita que el paciente pueda recuperar (sea incapacidad permanente o temporal) la información declarativa de la actividad realizada tras la lesión.

Esta alteración es producida por lesión en lóbulo temporal medial, especialmente en el hipocampo. Lesiones en el hemisferio izquierdo afectarán a información verbal, mientras que en el derecho la afectación tenderá a ser de otras vías o no verbal.

7. Síndrome de Klüver-Bucy

Se trata de un trastorno muy frecuente en demencias, como el Alzheimer. Esta afectación se caracteriza por la presencia de mansedumbre, pasividad, hiperoralidad, dificultades de atención sostenida, desaparición del miedo e hipersexualidad. Se da ante lesiones del temporal medial a nivel bilateral.