Parejas resilientes: cómo son y qué las hace fuertes y duraderas
Ninguna relación es igual, pero si hay algo que define a las parejas que duran felices por el resto de la vida es su alta resiliencia. A pesar de los conflictos, de las adversidades, de las piedras que puedan haber por el camino, las parejas que son resilientes no solo superan los problemas sino que, además, se vuelven más fuertes con ellos.
En las parejas resilientes sus miembros entienden que cada uno es un individuo libre, con sus opiniones, deseos y expectativas, pero también que la relación es cosa de dos y que no se pueden tomar decisiones unilateralmente. Ambos se quieren, se respetan y se desean.
Hoy vamos a profundizar sobre cómo son las parejas resilientes y cuáles son sus características para así, quienes quieran mejorar sus relaciones, tomen nota de lo que deben hacer para conseguirlo.
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¿Cómo son las parejas resilientes?
Las parejas resilientes son muy flexibles a las adversidades de la vida. Se amoldan a cualquier situación que afecte a sus dos miembros. Como si de una goma elástica se tratara, la vida puede poner a prueba la relación, tirar de los novios pero, a pesar de ello, acaban volviendo a una posición de crecimiento y evolución, una posición de amor respetuoso y de armoniosa convivencia.
Pero, antes de hablar en profundidad sobre cómo son las parejas resilientes, primero debemos aclarar el término clave que las define ¿qué es la resiliencia? Esta palabra tan puesta de moda hace referencia a la capacidad que tiene el ser humano para adaptarse psicológicamente ante las dificultades y cambios, superándolos y saliendo más fuerte que antes.
Trasladado al ámbito de las relaciones amorosas, la resiliencia en la pareja es la capacidad que tienen dos personas que se quieren, se desean y quieren tener una vida juntos de superar, adaptarse y superar las dificultades, problemas, crisis y desavenencias producto de la vida en convivencia. Las parejas resilientes saben aprovechar estos inconvenientes, convirtiéndolos no en una fuente de discordia sino en una oportunidad para crecer juntos y, como resultado, fortalecer la relación.
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Características de este tipo de parejas
Son varias las características que se atribuyen a las parejas resilientes, tema que ha despertado el interés científico en los últimos años. No obstante, el principal rasgo que define a estas relaciones es su habilidad para encarar con armonía, respeto y concordia las dificultades de la vida y los problemas que potencialmente pueden perjudicar la vida en pareja.
Estas relaciones son capaces de soportar los conflictos y no romperse. Su resiliencia, similar a la elasticidad de la goma que hemos comentado antes, es capaz de recibir golpes, ya sean duros reveses o simplemente golpecitos, adversidades que ponen en tensión la relación y, después, volver a la normalidad, a la forma original de la relación.
Podemos mejorar nuestra relación de pareja. Es cierto que se requerirá de cierto esfuerzo, controlar nuestra emociones ante desacuerdos y discrepancias con nuestra pareja y tratar de pensar que, aunque no dejamos de ser dos individuos, en una relación de pareja son dos personas las que están en el mismo barco y que cuando hay oleaje, los problemas de uno le afectan al otro directa o indirectamente. Por ello, si se quiere conseguir la resiliencia de pareja, debemos saber cuáles son las características principales de este tipo de relaciones:
1. Aceptar que no se va a coincidir en todo
Las parejas resilientes son relaciones en las que se tiene muy aceptada la idea de que, aunque estén en una relación amorosa, no se va a coincidir en todo. Una pareja son dos personas que, aunque se quieren, no dejan de tener sus opiniones, sus propios sistemas de creencias e interpretación del mundo.
En el amor auténtico hay espacio para el desacuerdo y las opiniones diferentes y se entiende que, no por tener puntos de vista distintos, incluso opuestos, se quieren dos personas menos. El afecto se demuestra aceptándose mutuamente, respetando los enfoques de cada uno. Es esta aceptación auténtica lo que permite resolver conflictos y evitar malentendidos.
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2. Compromiso real y sincero por entender al otro
En las relaciones resilientes, ambos miembros están pendientes de las necesidades y preocupaciones de la otra persona. Estas parejas no minimizan el dolor y sufrimiento del otro con frases como “es que te preocupas por nada” o “eres un exagerado/a”. Siendo sensible a las emociones y malestares del otro evita que eso se convierte en un problema mayor al cabo de un tiempo.
Pero debe haber interés real, dedicándole tiempo al otro, teniendo la voluntad de escucharlo, ser empático y tener buenas habilidades de comunicación. Las parejas resilientes no esperan a que el otro adivine qué es lo que le pasa, ni mucho menos usan el silencio castigador cuando ha habido una discusión. Las preocupaciones en la relación se comunican con asertividad. Se dice lo que se siente, qué se piensa y qué se necesita.
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3. No buscar culpables, sino soluciones
Es habitual que en las relaciones mundanas, tras un conflicto o un problema, se busquen culpables. Es una dinámica tóxica, que lejos de ayudar a que la situación mejore puede llegar a empeorar a tal nivel que acabe con la relación al cabo de un tiempo. Es lo típico de usar frases como “es que tú siempre…” o “tú nunca haces lo que quiero…”
Lo peor para una relación es proyectar en el otro todas las culpas. No podemos pretender que las cosas vayan mejor si lo único que hacemos es quejarnos de las cosas malas que nos pasan y echárselas en cara a aquella persona que se supone queremos. Esto no pasa en las relaciones resilientes, en donde las parejas se focalizan en resolver el problema, no en culpabilizar, una estrategia mucho más eficaz.
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4. No tener miedo a demostrar emociones
En las parejas resilientes no hay miedo a mostrar lo que se siente realmente. En estas relaciones se expresan las emociones y, lejos de interpretarse como un signo de debilidad o mostrar vulnerabilidades, se hace como una muestra de genuina sinceridad y confianza en el otro. Expresar al otro cada sensación, necesidad e intimidad fortalece la relación y alimenta la confianza.
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5. Actitud positiva frente a la adversidad
Ser positivo y mostrar buen humor ante cualquier problemática de la vida es un aspecto básico para vivir bien, no solo en las relaciones de pareja, sino en cualquier tipo de relación humana y ámbito personal. En el caso concreto de las parejas, el sentido de humor y la voluntad de querer sacar siempre una sonrisa a quien se quiere ayudan a que la relación vaya bien, incluso ante las situaciones más adversas como la pobreza o la enfermedad.
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6. Ser prioridad el uno del otro
Si hay algo que define las relaciones felices y estables es que ambos son la prioridad el uno del otro. Hay un compromiso a largo plazo, con lo que la persona con la que se sale se convierte en uno de los aspectos más importantes de la vida de uno. No se toma ninguna decisión de forma unilateral. Nadie decide por los dos, pues nadie es más que el otro. Siempre se tiene en cuenta la opinión del otro antes de hacer nada que repercuta a los dos.
Son principalmente estas seis claves las que conforman la resiliencia en una relación. Teniendo en cuenta estas características podemos forjar una relación de amor que se cure cada vez que hay un problema, aprenda de las dificultades y salga más fuerte que nunca cuando la vida nos ponga adversidades.