Los 11 tipos de diarrea (clasificados y explicados)
Si bien en el primer mundo no son consideradas un problema demasiado grave, lo cierto es que las diarreas son bastante peligrosas si no son debidamente tratadas.
Estos cuadros clínicos pueden provocar no solo pérdida de líquidos y electrolitos, sino también problemas orgánicos como dolores abdominales, fatiga e, incluso, hiponatremia.
Podemos hablar de diferentes tipos de diarrea en función de qué es lo que las provoca, algo en lo que vamos a profundizar a continuación.
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¿Qué es una diarrea?
Si bien en los países desarrollados es más bien un mal menor, en los países en vías de desarrollo la diarrea es un verdadero problema de salud pública. Cuando se sufre un episodio diarreico se pierden muchos electrolitos y agua, lo cual puede llevar a la deshidratación, malnutrición y, en el caso de los niños y niñas, un crecimiento atrasado.
Las diarreas son especialmente peligrosas en la infancia, dando fe de ello el escalofriante dato de ser la segunda causa de muerte más común en niños menores de 5 años en todo el mundo, de acuerdo con la OMS (Organización Mundial de la Salud).
Cerca de 525.000 niños y niñas muy pequeñitos mueren anualmente a causa de cuadros diarreicos de origen bacteriano, casos muchos de los cuales se podrían haber evitado de haberse tratado adecuadamente la enfermedad que los provocó y de disponer de una infraestructura sanitaria estable. La OMS también indica en su página web sobre las diarreas que cerca de 1.700 millones de niños padecen cuadros clínicos de este tipo.
Habiendo entendido esto, podemos comprender que la diarrea no es simplemente la esporádica indisposición temporal que más de uno hemos sufrido por comer algo en mal estado. En el mundo occidental es un problema de fácil solución, pero fuera de él, en muchas ocasiones, puede convertirse en una condición en donde peligra la vida. Por ello a partir de este punto vamos a ver más a fondo qué tipos de diarrea hay, cómo se producen y qué efectos pueden tener sobre la salud de los pacientes.
Las diarreas se definen como la aparición de heces pastosas o líquidas, evacuadas de tres a más veces al día durante por lo menos tres días. Es difícil establecer un criterio uniforme para determinar qué es un caso de diarrea y cuál no a veces, pues existe mucha variabilidad individual en cuanto al ritmo y motilidad intestinal.
No obstante, se considera como diarrea patológica aquella en la que las disposiciones tienen un peso de 225 gramos por día, con un contenido acuoso superior al 70% de la masa total de la hez.
Todos hemos tenido diarreas y sabemos por experiencia que cuando se sufre una de ellas se puede perder mucha agua. Pero no únicamente se pierden líquidos, sino que también se pierden nutrientes y electrolitos. Además, la diarrea puede venir acompañada por signos clínicos como fiebre, dolor abdominal, náuseas, vómitos, pérdida de apetito y otras molestias gastrointestinales además de fatiga.
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Los principales tipos de diarrea
Atendiendo a su severidad podemos hablar de tres tipos de diarrea:
- Diarrea acuosa aguda: dura varias horas o días (p. ej., la del cólera).
- Diarrea con sangre aguda: llamada también diarrea disentérica o disentería.
- Diarrea persistente: dura 14 días o más.
Pero más allá de lo grave que es la diarrea, es posible clasificarla según sus causas. A continuación vamos a ver los tipos de diarrea atendiendo al tipo de mecanismo fisiopatológico que las produce.
1. Diarrea exudativa
En la diarrea exudativa se ha producido un daño en la mucosa intestinal, lo cual ha provocado alteraciones en la forma de absorber los nutrientes de los alimentos. Este tipo de diarrea persiste durante el ayuno y, además, viene acompañada de sangre y pus en las heces.
Este tipo de diarrea también es conocida como diarrea inflamatoria, pues suele ser el resultado de una infección. También se puede producir por patologías no necesariamente asociadas a una infección bacteriana ni vírica, como la alergia alimentaria, la celiaquía, la enfermedad de Crohn y varios tipos de colitis.
Suele pasar que la diarrea exudativa se vuelve crónica debido a que las enfermedades que la causan son, en muchos casos, también crónicas o con efectos a largo plazo. Para que una diarrea inflamatoria se considere crónica es necesario que se den los siguientes síntomas durante un mínimo de 14 días:
- Emisión de sangre o pus en las heces
- Síntomas sistémicos: fiebre persistente, pérdida de peso…
- Elevación de reactantes típicos de la fase aguda: proteína C reactiva, velocidad de sedimentación globular y cifra de plaquetas entre otros.
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2. Diarrea secretora
En la diarrea secretora, como su nombre nos indica, se da una alteración relacionada con la secreción de mucosa, siendo o bien por aumento de secreción o bien por disminución en la absorción de la misma.
Este tipo de diarrea también persiste con el ayuno. La pérdida de agua es equivalente a la del sodio, y además el volumen de deposiciones producidas puede llegar a ser superior a un litro por día.
Lo que sucede al organismo cuando se produce la diarrea secretora es que hay un aumento de secreción de electrolitos (especialmente sodio, >70 mmol/litro) hacia la luz intestinal. Esta sustancia arrastra consigo agua debido a que se alteran los canales de transporte a través del epitelio intestinal.
Generalmente, no se siente dolor abdominal al producirse este cuadro, pero la pérdida de bicarbonato con las deposiciones puede provocar una acidosis metabólica generalizada, la cual puede ocasionar fatiga y respiración rápida.
Es este tipo de diarrea a la que la mayoría estamos acostumbrados y suele ser causada por agentes patógenos. Casi el 70% de los cuadros clínicos de diarrea secretora tienen su origen en un virus (p. ej., norovirus y rotavirus). El resto de casos se pueden producir por infecciones por cepas bacterianas, como Campylobacter (2,3 %), Salmonella (1,8 %), Shigella (1,1 %) o Escherichia coli (0,4 %). Las bacterias se transmiten por vía oral normalmente a partir de alimentos contaminados o agua no purificada.
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3. Diarrea osmótica
La diarrea osmótica se caracteriza por la presencia de solutos no absorbibles, o que no se pueden absorber adecuadamente a causa de una lesión en la mucosa intestinal. Estos solutos son osmóticamente activos provocando retención de fluidos dentro del espacio intestinal y reduciendo así la absorción de agua. Esto se traduce en que las deposiciones se vuelven más líquidas.
A diferencia de las diarreas exudativas y secretoras, la osmótica si que deja de manifestarse con el ayuno porque está totalmente ligada a la alimentación del paciente.
En este tipo de diarrea la pérdida de agua es mayor a la de sodio (70 mmol/litro), lo que puede provocar episodios de hipernatremia en los casos más graves, esto es, una alta concentración de sodio en sangre. Como consecuencia de ello el afectado siente mucha sed pero, además de ello, puede darse afectación a nivel del sistema nervioso central dado que las células del encéfalo pueden encogerse a causa de las alteraciones en los niveles de sodio.
La diarrea osmótica es típica en trastornos que impiden la digestión de ciertos alimentos, ya sea por intolerancia al mismo o a causa de otros mecanismos, como en la intolerancia a la lactosa o al gluten.
Por ejemplo, en el caso concreto de las personas con intolerancia a la lactosa no se metabolizan adecuadamente los productos lácteos debido a la ausencia de la enzima lactasa, lo cual hace que estos permanezcan en el intestino y se altere la acumulación de líquidos en el intestino, provocando además gases y distensión abdominal.
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4. Diarrea por alteración de la motilidad intestinal
La diarrea por alteración de la motilidad intestinal se debe a problemas sistémicos que, como su propio nombre indica, alteran el movimiento del tubo digestivo. No es causada por alimentos ni agentes infecciosos, sino por algún problema orgánico.
Cuando el alimento pasa demasiado rápido por el tracto digestivo, no hay tiempo suficiente para que se absorban los nutrientes y el agua, lo cual puede provocar deposiciones muy líquidas. Es común en enfermedades digestivas crónicas, como por ejemplo el síndrome del intestino irritable.
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Clases de diarrea según el grado de deshidratación
Si bien los cuatro tipos de diarreas que acabamos de ver se podrían considerar como los principales, también es cierto que existen otros tipos de clasificaciones. Una de ellas es la que clasifica las diarreas según el grado de deshidratación que presente el afectado, que veremos de forma escueta a continuación.
1. Sin rasgos de deshidratación
Se da una pérdida menor del 3% de la masa corporal del paciente que sufre la diarrea. No hay signos asociados a deshidratación.
2. Deshidratación leve
En este caso el paciente tiene una pérdida de entre el 3 y el 5% de la masa corporal. Se tiene sed y la boca está seca.
3. Deshidratación moderada
Hay una pérdida del 5 al 9% de la masa corporal. Además de sed y boca seca, el paciente puede presentar ojeras, menos producción de orina, hipertensión ortostática y menor elasticidad cutánea momentánea.
4. Deshidratación severa
Se da una pérdida de más del 9% de la masa corporal. Empiezan a darse los primeros signos de shock hipovolémico, es decir, el corazón es incapaz de bombear la sangre y los órganos empiezan a dejar de funcionar.