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La Teoría de la Ética del Cuidado de Carol Gilligan (explicada y resumida)


La ética del cuidado es una teoría que desarrolló la psicóloga estadounidense Carol Gilligan como una teoría moral sobre principios de carácter universal en los seres humanos con respecto a la ética de justicia.

La ética del cuidado de Gilligan y sus colaboradores tiene como objetivo argumentar el derecho de las personas hacia el cuidado de otros y la igualdad de desarrollo moral y ético entre hombres y mujeres.

Esta teoría surgió como alternativa a la teoría del desarrollo moral de Lawrence Kohlberrg de los años 80, que se explicará brevemente en el siguiente apartado para ir entrando en materia.

A su vez se expondrán algunos argumentos relacionados con ambas teorías, fundamentados en la revisión imparcial de algunas fuentes bibliográficas sobre modelos de desarrollo moral.

El prececente de la Teoría del Desarrollo Moral de Kohlberg

El psicólogo Lawrence Kohlberg elaboró un modelo de razonamiento moral que estaba dividido en seis etapas y en tres niveles diferentes, postulando que los niños iban alcanzando niveles morales superiores a medida que su capacidad cognitiva iba aumentando en relación a la edad y la educación.

El experimento que Kohlberg llevó a cabo para elaborar su teoría surgió a raíz del análisis que realizó en su tesis doctoral sobre la teoría del desarrollo moral Jean Piaget. Dicho experimento estaba basado en la exposición de dilemas morales a los sujetos participantes, debiendo elegir entre seguir las normas o desobedecerlas en beneficio de otra persona (por ejemplo, el dilema de Heinz, que consiste en plantear una situación en la que debe decidir entre robar un medicamento para una persona enferma, al no poder comprarlo, o respetar la ley y que esa persona se quede sin el medicamento que necesita).

A continuación se mostrarán brevemente los distintos niveles de razonamiento moral que Kholberg plantea al desarrollar su teoría.

Nivel I. Moralidad preconcenvional (4-10 años)

  • Etapa 1. Cumplen las las normas para evitar ser castigados
  • Etapa 2. Realiza acciones para recibir algún beneficio.

Aquí hay una perspectiva individualista, basada en un principio de hedonismo. Los niños se mueven por sus propios intereses.

Nivel II. Moralidad convencional (10-13 años)

  • Etapa 3. Quieren complacer a otras personas que son importantes para ellos.
  • Etapa 4. Respeta las normas sociales con el fin de mantener un orden social.

Aquí la perspectiva individualista de la anterior etapa comienza a fundirse en una perspectiva más orientada hacia el bien de las personas más cercanas, como amigos y familiares. Se preocupan por ser “niños buenos” y de agradar a otras personas.

Nivel III. Moralidad postconvencional (adolescencia-adultez temprana)

  • Etapa 5. Se preocupa de verdad por los derechos de la sociedad.
  • Etapa 6. Respeto por los derechos universales.

El tercer nivel es el de la auténtica moralidad. Reconoce un conflicto entre dos estándares morales y razona la decisión de llevar a cabo una u otra conducta en base a los principios de justicia e igualdad. Asimismo, este modelo no estuvo libre de críticas, como veremos a continuación y, entre las que cabe destacar, el modelo que Gilligan postula como alternativa.

Fases de la ética del cuidado

La ética del cuidado de Gilligan

Las principales críticas realizadas hacia el modelo de Kohlberg se basan principalmente en que no realizó sus investigaciones en situaciones reales, sino en un contexto experimental.

Otra crítica a dicho estudio fue que el experimento de Kohlberg podría estar sesgado, al mostrar unos resultados en las mujeres con niveles intermedios de desarrollo moral; a diferencia de los hombres, que alcanzaron el máximo nivel de desarrollo moral en una gran proporción.

Es a raíz de estas conclusiones tan controvertidas por las que Carol Gilligan, quien fue alumna suya en la Universidad de Harvard y colaboradora en sus investigaciones, decide elaborar su teoría de la ética del cuidado, en detrimento de la teoría universalista de Kohlberg.

Así, la ética del cuidado de Carol Gilligan surgió como contrapartida a la teoría del razonamiento moral de Kohlberg, que había investigado con valores que, sostenía Gilligan, solían ser más importantes para los hombres, como seguir las normas socialmente establecidas y no dañar a los demás, dejando a un lado valores como la importancia del cuidado de otras personas.

No obstante, la investigación de Gilligan no recibió el suficiente respaldo en un principio y, por ello, continuó investigando con el objetivo de obtener una mayor solidez en su teoría.

Gilligan quiso investigar acerca de la forma en que las mujeres tomaban decisiones morales ante diferentes dilemas. En su investigación se presentaron situaciones en las que actuar con moralidad, viéndose esta como concepto de responsabilidad frente al egoísmo, siendo la responsabilidad comprendida como la obligación de cuidar a otras personas y no causar daño.

Tras analizar los resultados, Gilligan presentó la conclusión de que las mujeres se centran menos en la justicia abstracta y la equidad, y piensan más en las responsabilidades que tienen hacia personas específicas de su entorno.

A raíz de sus investigaciones, desarrolló su teoría de desarrollo moral en mujeres, dividida en 3 niveles.

Nivel 1. Orientarse hacia la supervivencia personal (preconvencional)

En este primer nivel las mujeres se centran en sí mismas, en lo que es mejor para ellas y en lo que les sirve de alguna utilidad beneficiosa.

Transición 1. Del egoísmo hacia la responsabilidad

En esta transición hacia el nivel convencional, comienzan a ser más consideradas con sus relaciones con los demás, siendo menos individualistas.

Nivel 2. Bondad como forma de autosacrificio (convencional)

En esta etapa convencional, es cuando de verdad se preocupan por el cuidado de los demás de forma desinteresada.

Transición 2. De la bondad hacia la verdad

Se aseguran de sopesar sus decisiones en base a las consecuencias que pudieran tener. Desarrollan su razonamiento moral hasta el punto de tener siempre en cuenta las necesidades de los demás, sin perder nunca de vista las suyas. Empiezan a encontrar el equilibrio entre su autocuidado y el cuidado de sus allegados.

Nivel 3. Moralidad de la no violencia (postconvencional)

Es la etapa más alta que se puede alcanzar a nivel de razonamiento moral, la postconvencional. Al alcanzar este nivel asumen la responsabilidad de sus propias decisiones porque tienen el control de sus vidas. Es el nivel donde se ha consolidado un equilibrio moral entre centrarse en sí misma y en los demás.

El desarrollo moral según Gilligan

Para Gilligan el mayor dilema moral que tenía una mujer se fundamentaba en el conflicto que tenía entre sus necesidades y el cuidado de otras personas.

En su modelo Gilligan postula que las preferencias de las mujeres hacia el cuidado de los demás como responsabilidad moral, se fundamenta en el hecho de ser responsables, en mayor medida, del cuidado de los recién nacidos. El resultado de ello es que se puede encontrar en todas las sociedades y culturas unas características en la personalidad femenina que están más arraigadas a la conexión con otras personas de lo que suelen estar los rasgos de la personalidad masculina.

Las características fundamentales que se extraen de la teoría de la ética del cuidado de Carol Gilligan son: cuidado, responsabilidad, comunidad, atención e interdependencia. La fuerza que las mueve es la cooperación mutua que se lleva a cabo por medio de aptitudes como la empatía y capacidad para sostener relaciones interpersonales. Esto es planteado así a diferencia de la ética de justicia, cuyos valores iban más encaminados hacia la individualidad, independencia, objetividad, libertad, igualdad y justicia, siendo impulsadas por la razón y el cumplimiento de las normas estipuladas.

Conclusiones sobre la teoría de la ética del cuidado de Carol Gilligan

A modo de conclusión, cabe destacar que hay investigaciones realizadas a posteriori que no encontraron grandes diferencias en cuanto al género con respecto al razonamiento moral.

Se analizaron 113 estudios al respecto y concluyeron que las mujeres pensaban más en términos relacionados con el cuidado, en un plano contextual; mientras que los hombres solían hacerlo en términos asociados a la justicia, situados en un plano más formal y abstracto. Sentenciando que las diferencias entre ambos sexos eran pequeñas.

Otros estudios realizados con técnicas de radiología con neuroimagen descubrieron que en las mujeres se veía una mayor actividad cerebral en áreas que están asociadas con el razonamiento basado en el cuidado (cíngulo posterior, anterior y la ínsula anterior); mientras que los hombres presentaban una actividad mayor en otras áreas cerebrales que se asocian con el procesamiento relacionado con la justicia (surco temporal superior).

En investigaciones posteriores, Gilligan postula que el desarrollo moral, tanto de mujeres como de hombres, llega a evolucionar más allá del razonamiento en términos abstractos. Por ello, en sus investigaciones, utilizó dilemas morales aplicados en situaciones reales que podrían llegar a surgirles a las personas evaluadas en algún momento de sus vidas.

Un resultado llamativo del experimento de Gilligan y sus colegas fue el haber podido observar que muchos veinteañeros se encontraban insatisfechos con su capacidad de lógica moral, al considerar que estaba poco desarrollada y a su vez tenían una capacidad superior para convivir con contradicciones morales.

Por otro lado, cabe resaltar que el modelo de Gilligan ha sido bastante aceptado por la comunidad de la psicología del desarrollo al ser realizado en un contexto real, y además refleja un sistema alternativo de valores con respecto al planteado por Kohlberg. Asimismo, resulta destacable que Kohlberg añadió una séptima etapa en su modelo de razonamiento moral y su modelo llegó a concordar más con el modelo de Gilligan.

La última actualización de los modelos de Gilligan y Kohlberg plantean que la responsabilidad con respecto a las demás personas es el nivel máximo que se puede alcanzar en el desarrollo del razonamiento moral. Ambos psicólogos están de acuerdo en la importancia tan fundamental que suponen para ambos sexos las relaciones con otras personas, así como la compasión y el cuidado hacia otros.