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Las 6 áreas de desarrollo de competencias profesionales


¿Cómo progresar en nuestra vida profesional? Esta es la duda que se plantean muchas personas que notan un cierto estancamiento en la faceta laboral, ya sea por la falta de perspectivas de mejoras económicas o por la frustración de notarse en un callejón sin salida a la hora de seguir desarrollando el propio potencial.

Aquí veremos un resumen de las principales áreas de desarrollo profesional, es decir, los frentes que debemos abordar para avanzar en el contexto del trabajo.

Desarrollo de competencias profesionales: áreas de aprendizaje y preparación

En todo contexto profesional hay siempre áreas a través de las cuales podemos seguir aprendiendo para realizar avances significativos. Conocerlas ayuda a invertir bien nuestros esfuerzos, tiempo y recursos cuando nos planteamos hacer que nuestra carrera laboral de un paso significativo hacia adelante. Son las siguientes.

1. Potenciación de la productividad personal

Saber impulsar hábitos y modos de trabajar que potencien nuestra productividad personal es clave.

Aquí quedan incluidos recursos psicológicos muy variados, como las reglas mnemotécnicas, las técnicas de estudio, el establecimiento de secuencias de metas y sub-metas, la creación de espacios de trabajo adecuados previendo los posibles problemas que nos puede plantear el entorno, etc.

2. Planificación y gestión del tiempo

En muchos casos, entrenar nuestra habilidad a la hora de detectar malas costumbres que nos hacen perder el tiempo y aplicar nuevas maneras de abordar nuestras tareas puede llevarnos a rendir el doble en cuestión de pocas semanas, utilizando de manera inteligente los recursos de los que disponemos y aprovechando de una manera más saludable nuestro tiempo libre y de descanso (lo cual a la vez se plasma en una mayor productividad).

Aquí podemos destacar el uso de desencadenantes de la acción, herramientas psicológicas que ayudan a trabajar de manera disciplinada según lo previsto en nuestros planes para no ceder a las distracciones, por ejemplo. Se trata de recursos con los que los psicólogos trabajamos de forma habitual a la hora de ayudar a nuestros pacientes y clientes.

3. Gestión del estrés y ansiedad

El desarrollo profesional siempre pasa por ir planteándonos objetivos que nunca antes habían sido alcanzados, y es por ello que en este proceso es imprescindible desarrollar habilidades de gestión del estrés y de la ansiedad.

El modo en el que “aliviemos” estas tensiones puede hacer que nos auto-saboteemos, o que aprovechemos esta clase de fenómenos en nuestro favor. A fin de cuentas, si existen es porque si lo hacemos bien, nos ayuden a reaccionar a tiempo ante riesgos y oportunidades.

4. Técnicas de comunicación, persuasión e influencia

Las técnicas de comunicación son aquello que nos permite conectar con los demás y demostrar que lo que ocurre en nuestra cabeza tiene implicaciones reales en el mundo. Teniendo en cuenta que el contexto profesional en un mundo de engranajes interconectados en el que lo que ocurre en un lugar puede afectar significativamente a lo que sucede en otro que está alejado, es importante saber transportar hábilmente la información más relevante.

Asociada a lo anterior, la influencia es la faceta de la comunicación que apela a los sentimientos y que expresa vectores de acción: lo que transmitimos no son tan solo descripciones, sino también ideas capaces de movilizar a los demás. Este es uno de los elementos del desarrollo profesional más importantes en aquellas profesiones asociadas al trato con clientes, por un lado, y en el desarrollo de proyectos en calidad de emprendedores.

Así, no se trata solo de informar: se trata también de saber plasmar nuestras ideas en emociones y en una estética que transmita mucho en pocos segundos. A fin de cuentas, en el contexto del trabajo el tiempo es también un recurso que hay que saber administrar, y ser conscientes de que tratamos con personas y no con máquinas es fundamental.

5. Liderazgo

Hace décadas que han quedado atrás los tiempos en los que se creía que los incentivos económicos eran la única manera de movilizar a las personas. Dominar los estilos de liderazgo es fundamental precisamente por eso, porque los líderes no lo son por el lugar que ocupan en el organigrama ni por su capacidad de pagarle un sueldo a los demás.

La figura del líder es la que puede marcar la diferencia entre un equipo de personas aparentemente incompetentes y que no llegan a sus metas de producción, y un equipo de profesionales que por fin han encontrado el workflow que les permite “encajar” entre sí. Esto incluye mucho más que saber comunicar bien: tiene que ver con saber diagnosticar problemas en el modo de trabajar, talento desaprovechado, riesgos y oportunidades, etc.

6. Gestión de un cambio de empleo

La capacidad de adaptarse a nuevos puestos de trabajo también forma parte del desarrollo profesional. Una persona que solo puede desenvolverse en un rol profesional muy concreto en el que ha estado ejerciendo desde hace tiempo puede llegar a creer que tiene todas las necesidades cubiertas en el ámbito laboral, pero lo cierto es que eso es tan solo una ilusión.

Incluso si nunca llega a necesitar ajustarse a nuevas áreas de desempeño profesional, el hecho de ser consciente de que hay una clara dependencia de aquello a lo que se dedica afectará al modo en el que experimenta su trabajo, y a las decisiones que adopta en este ámbito.

Se trata de una limitación que hay que aprender a superar, y esto se consigue manteniendo activa una cierta flexibilidad, incluso en tareas que no tienen que ver con el empleo actual.

Del mismo modo, en el momento en el que finalmente termina produciéndose el cambio de empleo, es importante contar con las aptitudes psicológicas que permitan poner en orden las incertidumbres que nos abordan en situaciones así, y orientar nuestras acciones a la consecución de metas específicas manteniendo una visión realista de lo que podemos y de lo que no podemos hacer en nuestra situación actual. Esto conlleva saber organizarse, por un lado, y aprender a lidiar con los sesgos cognitivos que nos aportan una visión poco ajustada a la realizad acerca de cuáles son nuestras aptitudes.

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Referencias bibliográficas:

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