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Agomelatina: características y efectos secundarios de este antidepresivo


Hoy en día existen multitud de herramientas farmacológicas para tratar a las personas que padecen un trastorno depresivo. Entre los fármacos antidepresivos destaca la presencia de la agomelatina, un compuesto especial por su particular mecanismo de acción y su perfil químico, muy similar al de la melatonina, una hormona relacionada con los ritmos circadianos del sueño.

En este artículo te explicamos qué es la agomelatina, cuáles son sus usos clínicos y su mecanismo de acción, sus principales efectos secundarios y sus usos en otros trastornos al margen de la depresión.

Agomelatina: descripción y usos clínicos

La agomelatina es un fármaco antidepresivo atípico empleado para tratar el trastorno depresivo mayor. Este medicamento fue desarrollado por la compañía farmacéutica francesa Servier y fue aprobado para su uso en Europa en 2009, y en Australia en 2010. S considera que este fármaco es un análogo de la melatonina.

Los estudios clínicos realizados con agomelatina indican que es un fármaco válido para tratar episodios depresivos en personas adultas. Su efecto antidepresivo es más potente en las depresiones severas, y además se ha demostrado al menos tan efectiva como algunos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (paroxetina, sertralina, escitalopram o fluoxetina) en el tratamiento de la depresión mayor.

Por otra parte, en un metaanálisis realizado en 2018 en el que se compararon 21 fármacos antidepresivos, se concluyó que la agomelatina fue uno de los fármacos más tolerables y efectivos. No en vano y como veremos a continuación, su particular mecanismo de acción, a través del cual es capaz de modular los ritmos circadianos, lo hace especialmente único en lo que a su perfil farmacológico se refiere.

Mecanismo de acción

El mecanismo de acción de la melatonina es bastante peculiar dentro del grupo de los antidepresivos. Este medicamento ejerce sus efectos terapéuticos actuando como agonista de los receptores de melatonina (MT1 y MT2) y como antagonista de los receptores de serotonina (5-HT2c y 5-HT2b).

Los estudios realizados indican que no tiene ningún efecto sobre la absorción de monoaminas y no posee afinidad por los receptores adrenérgicos, los histamínicos, colinérgicos, dopaminérgicos y serotoninérgicos, como sí ocurre con otros antidepresivos.

Una característica particular de la agomelatina es su capacidad para modular o resincronizar los ritmos circadianos. En estudios con modelos animales, se ha comprobado que tiene efectos positivos en los casos en los que existe un síndrome de la fase del sueño retrasada, un trastorno que afecta a la calidad y el tipo del sueño, al ritmo de la temperatura corporal, el ritmo hormonal, entre otras funciones biológicas.

Por otra parte, la agomelatina incrementa la liberación de los neurotransmisores dopamina y noradrenalina, sobre todo en regiones de la corteza frontal cerebral, debido a su acción como antagonista de los receptores serotoninérgicos (concretamente, del 5-HT2c). Es por esto por lo que, a veces, este fármaco se clasifica como un antidepresivo desinhibidor de noradrenalina y dopamina. Además, el efecto antagonista sobre el receptor 5-HT2b es una propiedad que comparte con diversos fármacos antipsicóticos atípicos (p. ej el aripiprazol), que se usan también como antidepresivos).

En la actualidad, diversas investigaciones se centran en estudiar la utilidad de los fármacos que ejercen un antagonismo sobre el receptor 5-HT2b para reducir el dolor de cabeza (en migrañas y jaquecas, por ejemplo). Por lo tanto, cabe señalar que este efecto antagonista de la agomelatina se ha mostrado útil por su efectividad depresiva, pero también por su capacidad para reducir los efectos adversos del fármaco.

Efectos secundarios

Una de las ventajas de la agomelatina es que produce menos efectos secundarios y adversos que la gran mayoría de fármacos antidepresivos. La agomelatina no altera la capacidad atencional ni la memoria. Además, en pacientes depresivos su uso incrementa el sueño de onda lenta sin modificar la cantidad de sueño MOR (movimientos oculares rápidos) o la latencia MOR.

Debido a su característico perfil farmacológico, la agomelatina induce un avance del tiempo de inicio del sueño y de la frecuencia cardíaca mínima. Además, desde la primera semana de tratamiento con agomelatina, los pacientes reportan un aumento en el tiempo de inicio y en la calidad del sueño, sin que produzca alteraciones en la movilidad (p. ej torpeza diurna).

Con todo, el uso de agomelatina no está exento de posibles efectos secundarios. Las reacciones adversas más graves, pero también infrecuentes, incluyen migraña, síndrome de piernas inquietas, eccemas, sudoración excesiva, agitación, irritabilidad o, incluso, comportamientos agresivos o autolesivos. Y entre los más comunes, podemos destacar los siguientes:

  • Dolor de cabeza.
  • Mareos y somnolencia.
  • Dificultades para conciliar el sueño.
  • Diarrea o estreñimiento.
  • Dolor abdominal o de espalda.
  • Ansiedad.
  • Pesadillas o sueños extraños.
  • Vómitos.
  • Aumento de peso.

Efectos de la agomelatina en el trastorno afectivo estacional

El trastorno afectivo estacional es un subtipo de trastorno depresivo o bipolar mayor que se caracteriza por episodios afectivos recurrentes en la misma estación del año. Los pacientes sufren, con mayor frecuencia, episodios de depresión durante el otoño o el invierno, que son seguidas por una remisión o por episodios hipomaníacos. Estas personas muestran un retraso

Como hemos comentado, las investigaciones apuntan a que la agomelatina podría tener efectos beneficiosos sobre las alteraciones del sueño y los ritmos circadianos. En un estudio publicado en 2007 en la revista Psychopharmacology, las personas tratadas con este fármaco notaron sus efectos después de 2 semanas, con una reducción notable en los síntomas asociados al síndrome (cambios de ánimo, dificultades para dormir y otros).

En dicho estudio, la agomelatina mostró una excelente tolerabilidad en dosis de 25 mg, sin que se produjeran efectos secundarios significativos típicos de otros fármacos antidepresivos. Cerca de un tercio de los pacientes notó una leve somnolencia tras la ingesta del medicamento; sin embargo, solo un paciente experimentó un deterioro subjetivo (debido a la fatiga) durante los primeros 5 días.

Usos de este fármaco para la ansiedad

Los usos clínicos de la agomelatina van más allá de los síntomas depresivos, tal y como se ha ido observando en los distintos estudios que se han realizado en los últimos años. En diversas investigaciones se ha comprobado que la eficacia ansiolítica de la agomelatina es más potente en pacientes deprimidos que sufren síntomas graves de ansiedad.

En un metaanálisis de seis estudios multicéntricos en el que se incluyeron a casi 2000 pacientes con trastorno depresivo mayor, y de ellos más de 900 padecían síntomas graves de ansiedad. Se comparó la eficacia clínica de la agomelatina con los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (sertralina y fluoxetina), y con un inhibidor de la recaptación de serotonina y noradrenalina (venlafaxina), además de un placebo.

Los resultados del análisis concluyeron que la agomelatina reduce significamente los síntomas de ansiedad, ya a partir de la segunda semana de tratamiento, y de una forma más eficaz que el resto de antidepresivos. Además, los efectos positivos fueron incluso más pronunciados en las personas con depresión que también padecían un alto grado de ansiedad.

En definitiva, la agomelatina no solo se ha demostrado como un fármaco eficaz contra los síntomas depresivos, sino también en los casos en los que existe una ansiedad comórbida, y también en personas con trastornos de los ritmos circadianos, tal y como comentamos anteriormente. Por todo esto, el interés clínica por el fármaco ha aumentado con los años y todavía se sigue investigando cómo actúa y de qué forma ejerce esos efectos tan característicos.

Referencias bibliográficas:

  • De Bodinat, C., Guardiola-Lemaitre, B., Mocaër, E., Renard, P., Muñoz, C., & Millan, M. J. (2010). Agomelatine, the first melatonergic antidepressant: discovery, characterization and development. Nature reviews Drug discovery, 9(8), 628.
  • Pjrek, E., Winkler, D., Konstantinidis, A., Willeit, M., Praschak-Rieder, N., & Kasper, S. (2007). Agomelatine in the treatment of seasonal affective disorder. Psychopharmacology, 190(4), 575-579.
  • De Berardis, D., Marini, S., Fornaro, M., Srinivasan, V., Iasevoli, F., Tomasetti, C., Valchera, A., Perna, G., Quera-Salva, M.A., Martinotti, G. & Di Giannantonio, M. (2013). The melatonergic system in mood and anxiety disorders and the role of agomelatine: implications for clinical practice. International journal of molecular sciences, 14(6), 12458-12483.