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Agricultura de subsistencia: qué es, tipos y características


El origen de la agricultura se remonta a hace unos 10.000 años, durante el periodo Neolítico. En ese momento, la sociedad y su economía evolucionaron desde las actividades de recolección, pesca y caza hacia la agricultura y la ganadería. Desde ese momento, la agricultura se ha convertido en un elemento fundamental de las sociedades, ya que aporta una parte primordial de los recursos alimenticios.

Podemos definir la agricultura como el conjunto de actividades, tanto a nivel técnico como económico, que permiten la producción de alimentos gracias al cultivo de las tierras y al tratamiento adecuado de los suelos. A través de estas actividades, que van a transformar el estado natural del medio ambiente, los seres humanos somos capaces de obtener una gran variedad de alimentos, como verduras, frutas, hortalizas o cereales.

Dentro del concepto de agricultura, se engloban muchos tipos y subtipos diferentes. Uno de ellos, y en el que vamos a poner especial atención hoy, es el de agricultura de subsistencia.

A continuación lo veremos con más detalle, pero brevemente, podemos definir la agricultura de subsistencia como aquella en la que los agricultores van a cultivar las tierras en pequeñas propiedades con el fin de conseguir alimentos para satisfacer sus propias necesidades y las de su núcleo familiar, sin que se produzcan excedentes para su venta.

¿Qué es la agricultura de subsistencia?

Las diferentes formas de agricultura se pueden clasificar en base a una serie de criterios distintos (magnitud de la producción, rendimiento, técnicas utilizadas o medios de producción, por ejemplo). En este caso, la clasificación como agricultura de subsistencia se basa en la magnitud de la producción y en la relación que se va a establecer a nivel comercial o de mercado a partir de los productos obtenidos.

La agricultura de subsistencia se ha practicado tradicionalmente por todo el mundo, antes de que apareciera la agricultura industrial o de mercado. Actualmente, todavía persiste en algunas regiones del mundo, localizadas principalmente en el continente asiático, en África subsahariana y en América Latina.

Características principales

En este tipo de agricultura encontramos principalmente pequeñas propiedades o extensiones de terreno de unas pocas hectáreas, en las que se cultiva un número limitado de productos locales tradicionales (cultivos mixtos) destinados a la alimentación, que no presentan unos rendimientos de cultivo muy elevados, en líneas generales.

La decisión de qué especies vegetales cultivar va a ser tomada por el propio agricultor, quien, en base a criterios como el clima, la capacidad técnica disponible o el tipo del suelo en el que va a trabajar, decidirá cuáles son los cultivos más adecuados para crecer en sus tierras.

Dentro de los cultivos que cumplan los criterios anteriores, el agricultor decidirá también en base a sus necesidades y preferencias sobre qué productos disponer durante el próximo año, ya que él y su entorno van a ser los principales beneficiarios de los productos cultivados. Es por ello, que aspectos como los precios de mercado van a quedar más desplazados en este tipo de toma de decisiones.

Otras características habituales de esta agricultura son los pocos o nulos excedentes de producción que se generan, de ahí que no haya una parte fija abundante destinada a la venta; el uso de herramientas tradicionales, alejadas de las técnicas y metodologías más modernas que se utilizan en la agricultura a mayor escala; y la dependencia de la mano de obra, generalmente no cualificada, y en muchos casos, perteneciente a la propia familia del agricultor.

Además de los propios productos agrícolas en sí, en la agricultura de subsistencia, es habitual encontrar cierta actividad ganadera al mismo tiempo. Esto es debido a que los animales, además de proporcionar alimentos, van a permitir favorecer ciertas labores en el campo, gracias a su energía de tiro y a su capacidad de transporte, por ejemplo. Del mismo modo, el ganado se va a poder aprovechar de los recursos agrícolas, ya que los productos de desecho que se generan a partir de ellos van a servir como fuente de alimentación para estos animales.

Tipos de agricultura de subsistencia

Tipos de agricultura de subsistencia

Dentro de la agricultura de subsistencia se distinguen tradicionalmente dos grupos: la agricultura de subsistencia primitiva y la intensiva. A continuación, analizaremos ambas con más detalle, así como los subtipos o características existentes en cada una de ellas.

1. Agricultura primitiva de subsistencia

Este tipo de agricultura de subsistencia se practica principalmente en zonas más marginales. Dentro de este grupo es habitual la utilización de la técnica de “tala y quema”, que permite la obtención de tierras para el cultivo a partir de zonas donde se extendían inicialmente los bosques, que son talados, y su biomasa se deja secar para ser posteriormente quemada. De esta manera, se consigue proporcionar fertilizante a la tierra de forma natural, gracias a la ceniza obtenida tras la quema.

Dentro de este tipo de agricultura hay que hacer referencia a la agricultura migratoria, en la que los agricultores van a dedicar una temporada al cultivo de unas tierras determinadas, pero posteriormente son abandonadas 2 o 3 años después para buscar nuevas zonas de mayor fertilidad en las que iniciar otros cultivos, de forma que se permita que las tierras que han sido cultivadas “descansen” y recuperen sus propiedades y su fertilidad.

2. Agricultura intensiva de subsistencia

La agricultura intensiva de subsistencia se caracteriza por la existencia de tierras de pequeño tamaño con un elevado potencial, donde los agricultores tienen que tratar de maximizar la producción de alimentos al máximo en esas pequeñas superficies. En este tipo de agricultura se suelen diversificar mucho los tipos de cultivos, tanto anuales como temporales, y se utilizan herramientas sencillas de forma rutinaria. La mano de obra ya sea ocasionalmente contrada o los propios agricultores que poseen las tierras, están sometidos a una intensidad de trabajo elevada.

Además, el uso de fertilizantes, pesticidas o semillas que permitan obtener unos rendimientos mejores, no está muy extendido. Únicamente se utilizan en ciertas ocasiones a dosis muy bajas, pero no es lo habitual en estos cultivos, cuyo fin, recordemos, no es comercial.

Dentro de los tipos de agricultura de subsistencia, este es el más extendido. En muchos de los países en vías de desarrollo que utilizan la agricultura de subsistencia, más del 80% de su población utiliza la forma intensiva de la misma.

De esta forma, se convierte en uno de los pilares fundamentales que contribuyen tanto a su economía, ya que ocupa a un porcentaje elevado de las poblaciones rurales, como a la obtención de productos alimentarios.

Ventajas e inconvenientes

Como apartado final de esta publicación, pasaremos a analizar algunos de los puntos fuertes de esta forma de cultivo de productos vegetales, así como sus puntos débiles, frente a otras formas de agricultura.

Ventajas:

  • Es un sistema muy beneficioso en aquellos países menos desarrollados o en las zonas rurales más empobrecidas, ya que permite el cultivo de alimentos de una forma bastante autónoma, con lo que se garantiza el acceso a los mismos de estas poblaciones con menos recursos.
  • Permite el cultivo de diferentes especies en áreas reducidas, facilitando el acceso a una variedad mayor de productos.
  • La inversión necesaria para llevarla a cabo no es elevada, de ahí que se suela implantar en estas poblaciones.
  • Se puede desarrollar en extensiones de tierra relativamente pequeñas.

Inconvenientes:

  • La productividad que se alcanza no es muy elevada, siendo claramente superada por otras formas de agricultura más modernas, que aplican nuevas metodologías y técnicas.
  • Requiere de una gran dedicación, pues al realizarse todo de forma manual, son necesarias muchas horas de trabajo por parte del agricultor o de la mano de obra contratada.
  • En muchos casos, como se ha comentado anteriormente, supone la pérdida de los ecosistemas originales, como las grandes masas forestales tropicales, para la obtención de las extensiones de tierra necesarias para el cultivo de las diferentes especies.

Perspectivas de la agricultura de subsistencia

La agricultura de subsistencia se encuentra muy extendida y establecida en numerosas sociedades del mundo hoy en día; pero, además, el fomento de la economía local y de unas costumbres que tratan de dar un valor añadido a los productos naturales, puede ser una oportunidad para que este tipo de agricultura, o versiones muy similares a ella, se implanten en algunas sociedades de los países más desarrollados, acostumbrados a agriculturas de tipo extensivo.

Para ello, tal vez se puedan tomar los principios de la agricultura de subsistencia, aplicándoles algunas de las técnicas o productos que permitan una mejoría en los rendimientos de los cultivos agrícolas.