Ansiedad en el personal sanitario en la crisis del COVID-19
La pandemia del coronavirus no solo supone un riesgo desde el punto de vista de las enfermedades físicas. Además, ha hecho que el riesgo de desarrollar problemas de salud psicológica también suba, tanto por las implicaciones de exponerse al COVID-19 como por su impacto en la economía y en el estilo de vida de las personas.
Sin embargo, uno de los aspectos más importantes de este contexto de crisis por COVID-19 es que no afecta a todos por igual. Uno de los colectivos más perjudicados por el virus y su enfermedad es el de los profesionales sanitarios, que han estado varias semanas seguidas expuestos a una situación laboral muy complicada, marcada por el estrés y la ansiedad.
Precisamente sobre eso vamos a hablar en este artículo, acerca de las alteraciones psicológicas vinculadas a la ansiedad en médicos, personal de enfermería y profesiones asociadas a la sanidad en general.
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¿Cómo surge la ansiedad?
En primer lugar, veamos cuál es la naturaleza de la ansiedad desarrollada por gran parte del personal sanitario durante la crisis del coronavirus, para comprender de qué problema se trata. Para ello, hay que saber distinguir entre la ansiedad como alteración psicológica y ansiedad como mecanismo psicológico de adaptación.
A pesar de que al pensar en lo que implica la ansiedad nos venga a la cabeza todo el malestar que suele generar, lo cierto es que esta no es en sí negativa. En realidad, el hecho de que esté presente en la mayor parte de los animales ya nos da una pista de que es muy útil.
El motivo es que cuando estamos ansiosos, normalmente adoptamos una mayor predisposición a ponernos a salvo y a evitar daños y problemas innecesarios. Por ejemplo, durante estos días la ansiedad es parte de lo que ha llevado a millones de personas a adoptar medidas de distanciamiento social y de prevención de los contagios.
Sin embargo, hay casos en los que la ansiedad llega a ser tan extrema que se convierte en sí misma en un problema añadido, algo que debemos aprender a gestionar a través de esfuerzos conscientes. Y cuando esto se justa con la necesidad de atender responsabilidades tan importantes como las que tiene el personal sanitario de un hospital, la mezcla puede llegar a generar un alto nivel de desgaste psicológico.
Manifestaciones de la ansiedad en el personal sanitario en la crisis del COVID-19
El personal sanitario que se ha implicado en velar por el bienestar de los pacientes y tratarlos del mejor modo posible durante la crisis del COVID-19 se ha visto, casi de la noche a la mañana, ante la necesidad de dar lo máximo de su capacidad de trabajo, incluso sin contar con los recursos materiales suficientes.
Hasta cierto punto, la ansiedad está justificada por la situación de trabajo, pero en ciertos casos este nivel de perturbación emocional permanece durante prácticamente todo el día con altos niveles de intensidad, amenazando con no desaparecer ni ante la bajada de casos de contagio. Es cierto que no se trata de un problema únicamente psicológico, dado que sus condiciones en el trabajo son muy duras, pero tampoco podemos negar que el modo en el que se aprende a gestionar las emociones juega un papel importante.
Ahora bien… ¿cómo se plasman los problemas de ansiedad en el personal sanitario en tiempos del coronavirus? Veamos un resumen de sus síntomas.
1. Irritabilidad y propensión al enfado
Muchos profesionales sanitarios viven la ansiedad como algo que agota su paciencia; no porque conscientemente crean que hay motivos para enfadarse con su entorno, sino por la fatiga emocional de tener que lidiar constantemente con problemas urgentes y de gran importancia para los pacientes. Por ello, es relativamente habitual que se muestren frustrados y más predispuestos a tener discusiones o estallidos de ira incluso en el ámbito doméstico, con todos los problemas que ello comporta.
2. Rumiación y sentimientos de culpa
Cuando día a día se trabaja con personas que dependen total o casi totalmente del trabajo de uno, es más fácil terminar con sentimientos de culpa. Pensamientos acerca de lo que se podría haber hecho y no se hizo, recuerdos dolorosos que emergen en la consciencia una y otra vez… Son características de un fenómeno conocido como rumiación psicológica, y que es típica de los problemas de ansiedad.
Básicamente, la persona que experimenta rumiación psicológica tiene problemas para “dejar de darle vueltas” a una idea que le produce malestar o cuyos contenidos son perturbadores en algún sentido.
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3. Problemas en el procesamiento de pensamiento episódico futuro
Parece ser que las personas que sufren ansiedad generalizada tienen problemas a la hora de gestionar los procesos psicológicos basados en el pensamiento episódico futuro, es decir, los pronósticos acerca de lo que ocurrirá.
En concreto, estas representaciones mentales basadas en la imaginación son menos vívidas que en el resto de las personas, y están sesgadas hacia el pesimismo. De este modo, es más fácil creer que nada cambiará a mejor, lo cual contribuye a que la persona no intente abordar sus problemas en aquellos aspectos que están bajo su control.
4. Problemas para dormir
Las alteraciones del sueño son muy frecuentes entre quienes sufren ansiedad. Esto resulta muy destacable en el caso del personal sanitario, porque la falta de descanso hace que trabajen peor, exponiéndose aún más a los problemas.
5. Fatiga emocional
Como resultado de todo lo anterior, la fatiga emocional que desarrollan los profesionales sanitarios se mezcla con la fatiga física de trabajar bajo presión.