Los 6 tipos de odio que existen (y sus características)
El odio es una emoción humana, aunque no se considera saludable. La antipatía y aversión hacia una persona no es algo bueno ni tampoco una emoción que se desee tener, aunque es natural sentir un poco de desagrado hacia alguien que nos ha hecho una ofensa.
Esta palabra ha adquirido un nuevo matiz en los últimos años, gracias a la concienciación de que existen muchos incidentes motivados por el odio hacia un determinado grupo de personas.
Son varios los tipos de odio basados en prejuicios y falsas creencias presentes en la sociedad, y a continuación los vamos a averiguar.
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Los principales tipos de odio
De acuerdo con el DRAE, la palabra “odio” es la “antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea.” Todos hemos sentido en algún momento de nuestras vidas esta emoción que, aunque claramente mala y negativa, es inevitable que podamos sentirla hacia alguien o algo. No es una emoción sana, pero todo el mundo la siente y no por ello debemos pensar que tenemos un grave problema. Lo importante es reconocer que, a veces, no todo el mundo nos puede caer bien.
Sin embargo, en los últimos años esta palabra ha adquirido un nuevo matiz, una definición que hace referencia a algo muy turbio: odiar lo diferente. No es que haya surgido un nuevo tipo de aversión en la sociedad, sino que este estaba muy presente desde prácticamente siempre, solo que esta vez se le ha dado nombre, se lo ha detectado. Son los odios hacia las minorías, hacia las personas de otra orientación sexual, raza, etnia, género o ideología política. Un odio basado en los prejuicios y las creencias erróneas sobre cómo son las personas que forman parte de un determinado colectivo.
Es esta modalidad de odio del que hablamos cuando se lee en las redes sociales lo de “delitos de odio”. Toda agresión, insulto, acoso y asesinato que tenga de transfondo la discriminación y prejuicios hacia un colectivo se considera un delito de odio o, por lo menos, un incidente asociado con el odio hacia las minorías. Así pues, si alguien ha dado señales de estar acosando o atacando a alguien por tener una discapacidad, ser de raza distinta, de una religión en particular, homosexual o transgénero o cualquier otra categoría protegida, se considera un delito de odio.
Estos son los tipos de odio en base a cómo se definen los delitos de odio.
1. Racismo
El racismo es el odio fundamentado en el prejuicio racial, esto es, una o varias actitudes irracionales y perjudiciales hacia una o varias razas. Este odio ha sido uno de los principales en las mayores desgracias de la humanidad en los últimos años, estando entre ellos el comercio de esclavos hacia el Nuevo Mundo, la segregación racial en Estados Unidos y el apartheid en Sudáfrica.
El Holocausto es considerado por muchos una muestra de racismo, y tienen razón. Pero es que no solo en este más que abominable acontecimiento de nuestra historia estubo motivado por el racismo, sino también por la xenofobia y una marcada intolerancia religiosa. Los judíos fueron atacados por ser de una raza distinta (a pesar de que la inmensa mayoría eran blancos), pertenecer a una cultura distinta (a pesar de ser en su mayoría alemanes) y creer en el judaismo (muchos de ellos no practicantes).
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2. Xenofobia
Muy relacionado con el racismo tenemos la xenofobia, aunque no son términos sinónimos. La xenofobia se fundamenta en el prejuicio étnico, esto es, creencias falsas acerca personas con una nacionalidad o que pertenecen a una cultura en concreto. Puede combinarse con el odio religioso, la discriminación lingüística y el racismo hacia las personas de una determinado grupo étnico.
Son varios los acontecimientos recientes motivados por la xenofobia, un odio hacia personas que no tienen por qué venir de fuera del país en el que se está sino formar parte ede una cultura distinta. Un ejemplo de ello lo tenemos en las guerras de Yugoslavia, en el que personas que hasta hacía nada compartían la misma nacionalidad se mataban entre ellos por sentirse croatas, eslovenos, serbios, bosnios y demás etnias.
2. Odio religioso
Uno de los principales argumentos usados en las guerras a lo largo de la historia ha sido la religión. Desde tiempos inmemoriales se ha justificado el acabar con todo un pueblo por el simple hecho de no creer en los mismos dioses que los de los pueblos invasores. Dentro del odio religioso encontramos la aversión hacia las personas que profesan una o varias religiones.
Uno de los ejemplos más clásicos e irónicos de odio religioso fueron las guerras entre católicos y protestantes, en las que dos credos que decían defender la paz y el amor en el mundo se encarnaban en sangrientas batallas para demostrar quien de las dos facciones tenía razón.
En las guerras de Yugoslavia también se evidenció odio religioso, especialmente hacia los bosnios de mayoría musulmana, vistos como el principal problema del ya extinto país. Son históricas las imágenes de la destrucción del Puente Viejo en Mostar (1993), considerado este incidente como el fin de la convivencia pacífica de varias comunidades religiosas en la ciudad bosnia.
También ha sido el odio religioso el responsable de la mayoría de ataques terroristas en las últimas décadas en Europa, motivados por el fundamentalismo islámico. Se incluye dentro del odio religioso el deseo de acabar por completo con la religión e implantar una sociedad completamente atea, como sería el caso de varios regímenes comunistas en tiempos de la Guerra Fría.
3. Intolerancia ideológica
Las personas somos muy diversas incluso viviendo en un mismo país, compartiendo la misma lengua y siendo de la misma raza, evidenciado esto en la gran diversidad de ideologías políticas que podemos ver materializadas en forma de todo tipo de partidos y asociaciones.
Cada ideología política tiene sus más y sus menos, pero siempre que no promueva el daño hacia otras personas ni la negación de derechos fundamentales, cada uno puede defender la idea que considere más oportuna. Lamentablemente, no todo el mundo opina así, habiendo personas que defienden el atacar y hacer daño a las personas que no opinan igual que ellos. Esto es una muestra de odio que se llama intolerancia ideológica.
El anticomunismo en los Estados Unidos y la España franquista son un ejemplo de ello. También lo es la persecución política de dirigentes opositores en Venezuela y la total erradicación de cualquier opinión crítica al líder Kim Jong-un en Corea del Norte. El odio religioso, según cómo se mire, se puede considerar también intolerancia ideológica dado que se persigue a alguien por sus ideas, sean estas políticas o sobre cómo es gobernada la naturaleza y la vida humana.
3. LGTBI+fobia
La LGTBI+fobia engloba a todo odio hacia las personas no cisheterosexuales. Así pues, dentro de este tipo de odio encontramos varias modalidades como la homofobia, la bifobia, la transfobia y cualquier odio orientado a las personas que se sienten identificadas en las siglas LGTBI+.
Si bien en los países más avanzados y civilizados es algo poco común, todavía se siguen cometiéndose delitos de odio motivados por la aversión hacia personas con una orientación sexual o una identidad de género no normativa. Un ejemplo de LGTBI+fobia, en este caso homofobia, es apalizar hasta la muerte a un chaval que va caminando tranquilamente por la calle y gritándole “¡Maricón!”.
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4. Discriminación lingüística
Existe el tipo de odio asociado hacia un idioma y sus hablantes. A este se le conoce como discriminación lingüística, fundamentada en la idea de que hay idiomas mejores y peores y, también, en el mito de que las lenguas son propias de determinados lugares, a pesar de que la tierra no tiene una lengua determinada al igual que tampoco tiene una raza, una cultura ni una religión naturalmente asociada a ella.
Un ejemplo de odio por motivos lingüístico lo tendríamos en la discriminación hacia el catalán, el euskera o el gallego en múltiples períodos de la historia de España y también por ciertos movimientos políticos actuales. En la mayoría de casos, son los hablantes de lenguas minoritarias quienes sufren este tipo de odio, produciéndose a su vez situaciones de minorización lingüística, algo común en países como Italia, Francia, Alemania y Reino Unido.
Irónicamente, la discriminación lingüística no tiene por qué hacerse hacia las lenguas minoritarias, sino que los hablantes de lenguas mayoritarias y vistas como “invasoras” pueden ser víctimas de este tipo de odio. Un ejemplo de ello es el que se tache carteles en español en Cataluña o en francés en Córcega, o que se ataque a hispanohablantes en Reino Unido y los Estados Unidos
5. Edadismo
La irrupción de la pandemia por COVID-19 ha alimentado muchos estigmas e ideas preconcebidas hacia diferentes grupos de edad. Al principio, cuando todavía no se creía que se pudiera llegar a una crisis sanitaria como la que estamos viviendo, no eran pocos los que veían a las personas de la tercera edad como potenciales focos contagiosos de los que huir.
Con el paso del tiempo esta visión ha cambiado. Ahora que la mayoría de la población mayor está vacunada, son los jóvenes los que se consideran como un potencial foco de transmisión, culpándoles de múltiples maneras sobre los últimos brotes que han ocurrido a lo largo de todo el mundo.
Sea como sea, el odio hacia personas de una determinada franja de edad es edadismo, y no solo lo vemos con la pandemia. Opinar que las personas mayores son peores al volante y no deberían conducir es una muestra de este tipo de odio, al igual que lo es también creer que todas las personas jóvenes se emborrachan montando escandalosos botellones en las plazas o que la juventud hoy en día es muy vaga.
6. Misoginia
La misoginia es el odio hacia las mujeres. Si bien afirmar que una sociedad es completamente misógina es una exageración, queda claro que la violencia hacia las mujeres, los asesinatos machistas, el sentirse libre de abusar sexualmente de una mujer que va paseando por la calle de noche y otros actos contra las mujeres están alimentados por visiones misóginas.
También está el hecho de que, estructuralmente, vivimos en una sociedad bastante machista y prueba de ello lo tenemos en forma de menores salarios para las mujeres además de la existencia del Techo de Cristal, aquello que impide que las mujeres puedan alcanzar con la misma facilidad que los hombres los mejores empleos.
¿Cuáles son los incidentes asociados a un delito de odio?
Cuando una persona comete una agresión basada en su odio hacia un colectivo protegido, una persona con diferente ideología que la suya o simplemente por ser del género que es, la conducta no tiene que manifestarse únicamente en forma de agresión física.
Son muchos los incidentes asociados con un posible delito de odio, incidentes motivados por los prejuicios de la persona que los realiza hacia el grupo al que pertenece la persona atacada. Entre estos comportamientos encontramos:
- Abuso verbal: insultar, hacer bromas ofensivas y usar apelativos peyorativos.
- Acoso
- Intimidación
- Ataques físicos: dar patadas, pegar puñetazos, empujar, escupir
- Amenazas de violencia
- Llamadas de broma, mensajes de texto abusivos y correo con amenazas
- Ciberacoso
- Hacer circular literatura y pósteres discriminatorios
- Dañar propiedades del grupo atacado, como su hogar, mascotas y vehículos
- Grafitis ofensivos
- Incendios provocados
- Lanzar basura a la casa del grupo atacado
- Quejas maliciosas sobre el parking, olores y ruido.
Todas estas acciones son incidentes asociados a una ideología de odio, pero no todos ellos son delitos. La consideración de delito se hará en función de si estos incidentes violan con claridad las leyes del país y recibirá el apelativo “de odio” en caso de que se demuestre que ha habido motivación prejuiciosa en su realización, como el racismo, la homofobia, la transfobia o la intolerancia religiosa.