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​Los 8 tipos de racismo más comunes


Los tipos de racismo que se dan por el planeta son una muestra de hasta qué punto hay actitudes basadas en la discriminación que han arraigado fuerte en buena parte de las culturas.

En realidad, el racismo puede llegar a adoptar tantas formas que en algunos casos pasa desapercibido y puede percibirse como el orden natural de las cosas. Es por eso que es importante conocer los diferentes tipos de racismo y saber identificarlos en el día a día. Pero, antes, empecemos por lo básico.

¿Qué es el racismo?

El racismo es un concepto muy abstracto que hace referencia al acto de discriminar a las personas según su raza, o bien a la tendencia a involucrarse frecuentemente en esta clase de discriminación.

Así pues, una persona racista tiene muy en cuenta sus prejuicios acerca de las características que las personas tienen (hipotéticamente) a causa del linaje del que proceden, y defiende la idea de que los individuos deban tener unos derechos u otros en función de su raza.

A su vez, el concepto de raza está muy discutido, ya que a pesar de que como entidad científica no existe dentro del campo de la biología aplicada a nuestra especie, en ciencias sociales y humanidades sí se utiliza. Eso significa que aunque técnicamente no hay razas humanas, una gran cantidad de la población sí lo cree, y por consiguiente puede discriminar tomando como criterio los supuestos colectivos raciales a los que pertenecen las personas.

Es por eso, entre otras cosas, que los límites entre las diferentes razas son tan confusas; no existe una manera clara de señalar dónde empieza uno de estos grupos de población y dónde empieza otro.

Principales tipos de racismo

Los tipos de racismo más comunes son los siguientes. Sin embargo, hay que tener en cuenta que a la práctica muchos de ellos se solapan entre sí.

1. Racismo institucional

También se utiliza el adjetivo “racista” para referirse a leyes o instituciones que discriminan a las personas por sus raíces. Este es el caso del racismo institucional, plasmado en formas de organización y de reparto del poder que han quedado fijadas en reglas, estatutos, etc.

Las referencias al racismo institucional casan bien con corrientes filosóficas relacionadas con los estudios poscoloniales o los trabajos de Michel Foucault, que hablan de formas de opresión y dominación que van más allá de lo puramente psicológico y se plasman materialmente en estructuras de organización social y leyes.

2. Racismo cultural

El racismo cultural enfatiza una supuesta superioridad cultural de una etnia sobre otra. Hay que aclarar que este tipo de racismo no consiste en señalar que hay una cultura mejor que las otras, sino establecer una relación determinista de la raza hacia la cultura. Por ejemplo, creer que las civilizaciones formadas principalmente por población negra son incapaces de crear buena literatura es un ejemplo de esto.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que este concepto resulta controvertido, ya que a menudo es criticado de desdibujar el verdadero significado del racismo, que necesariamente haría referencia a características biológicas o al menos a características físicas visibles y fáciles de comprobar basándonos en criterios objetivos, como por ejemplo el color de piel.

3. Racismo biológico

Este es uno de los tipos de racismo que más enfatiza la influencia de la genética sobre las capacidades y las propensiones psicológicas de las personas. Desde él se cree que la herencia pasada a través de los genes determina buena parte de lo que somos, y que esto supone la irremediable superioridad de ciertas razas sobre otras.

4. Racismo inverso

Es un concepto que se utiliza para referirse a actitudes racistas dirigidas contra partes de la población que no suelen ser el blanco de ataques racistas, normalmente personas percibidas como de raza blanca.

Existe una cierta controversia acerca de si este fenómeno realmente puede ser considerado un tipo de racismo, dado que no tiene que ver con una forma de opresión sistémica que vaya más allá de las actitudes individuales de ciertas personas. Es decir, que mientras que el racismo hacia la población no blanca se basa en desigualdades históricas y materiales (dominio de sus tierras nativas, mayor poder militar, etc.) el racismo contra los blancos no tiene que ver con una situación de discriminación estructural.

Sin embargo, si lo que nos interesa es centrarnos en un significado claro y conciso para la palabra racismo, posiblemente tenderemos a aceptar que las personas blancas también pueden sufrir un tipo de discriminación por cuestión racial.

5. Racismo basado en el color de la piel

Este tipo de racismo se basa en la apariencia, y resulta muy superficial. Básicamente, consiste en un menosprecio o un odio irracional a las personas a causa, simplemente, del aspecto que les da su color de piel distinto al que uno mismo considera que es “normal”. A la práctica, se solapa con muchos otros tipos de racismo.

6. Colorismo

Es una forma de racismo que se produce dentro de grupos de población que a su vez suelen ser discriminados. Consiste en menospreciar o excluir a ciertas personas que poseen rasgos muy marcados atribuidos a su raza, es decir, que se acercan manos a la apariencia de los blancos. Es poblaciones con orígenes africanos, por ejemplo, las víctimas son los individuos con la piel más oscura, en contraposición a otros negros con tonos más claros. Su existencia es la prueba de que también se dan dinámicas desiguales de poder dentro de colectivos discriminados.

7. Xenofobia

La xenofobia es una mezcla de racismo y nacionalismo, por lo que se da una discriminación por motivos culturales. Es decir, se discrimina en parte por los orígenes biológicos y en parte por el acervo cultural que alguien que es percibido como un extranjero ha interiorizado desde pequeño.

8. Racismo estereotipador

Consiste en poner mucho énfasis en las características biológicas que suelen ser atribuidas a ciertas etnias, creando muchos momentos en los que se llama la atención sobre ellos. Por ejemplo, señalar que las personas que provienen de China tienen la piel de tono amarillento es un claro ejemplo de forzar la realidad para que encaje en esquemas de diferenciación entre personas.

En comparación con el resto de tipos de racismo, este parece relativamente inofensivo, ya que no se basa en el odio, pero también tiene efectos adversos, porque encasilla a las personas y hace que cuesta mirar más allá de estas categorías clasificadoras.