Cómo identificar el TDAH en tu hijo o hija
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una alteración psicológica relativamente común que engloba una serie de síntomas cognitivos, emocionales y conductuales que dificultan el normal funcionamiento de la persona en su día a día.
El TDAH suele diagnosticarse en la niñez debido a los síntomas visibles que se suelen presentar en esta etapa y que afectan tanto al rendimiento académico como a los intentos de aplicar normas y pautas de crianza consistentes por parte de los padres y madres. No obstante, existen casos de adultos y adolescentes a quienes no se les ha diagnosticado y experimentan problemas en su día a día porque no comprenden lo que les ocurre.
A continuación presentamos un resumen con las principales claves que nos ayudarán a identificar un caso de TDAH en nuestros hijos o hijas en edad infantil o adolescente.
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¿Cuáles son las principales señales que nos permiten identificar el TDAH en los hijos?
El TDAH presenta comúnmente síntomas relacionados con la falta de atención, con la hiperactividad o bien con ambos elementos relacionados. Estos síntomas, a la larga, afectan de manera decisiva a muchas áreas del rendimiento y de la vida de la persona, así como en su bienestar general y salud mental.
En este sentido, existen una serie de señales que permiten detectar y diagnosticar casos de TDAH en niños y adolescentes; ahora bien, este proceso de diagnóstico solo puede ser llevado a cabo por profesionales de la salud mental, y los padres o madres no pueden asumir unilateralmente que su hijo o hija presenta un caso de TDAH. Y no hay que olvidar que este trastorno se presta mucho a ser confundido con patrones de comportamiento que simplemente resultan incómodos o poco convenientes desde el punto de vista de los adultos, sobre todo teniendo en cuenta que en la infancia es más complicado sentir motivación por respetar normas cuyos beneficios son muy abstractos o a largo plazo.
Ahora bien, existen varios patrones de comportamiento que ayudan a las personas a detectar indicios de esta alteración, algo necesario para buscar ayuda profesional y establecer un diagnóstico. Por eso, este listado de las señales de que un niño o niña puede tener TDAH desde el punto de vista de los padres puede ser de ayuda.
1. Movimiento constante
Los comportamientos hiperactivos e impulsivos son uno de los síntomas más característicos del TDAH y constituyen una de las principales claves que nos ayudan tanto a padres como a psicólogos, a identificar y diagnosticar el trastorno.
Estos comportamientos hiperactivo-impulsivos pueden ser de diversa naturaleza, pero los más habituales son el movimiento constante, la necesidad de ponerse de pie cuando están sentados, las ganas de trepar por lugares no apropiados con bastante frecuencia y una incapacidad permanente para estar quieto en un sitio determinado.
Los niños con TDAH, especialmente a edades muy tempranas, acostumbran a dar golpecitos con las manos o los pies sobre alguna superficie tanto cuando están de pie como sentados, debido a que el hecho de estar relativamente quietos les genera incomodidad por la falta de estímulos.
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2. Falta de atención
Estos niños muestran una dificultad notable para prestar atención tanto en casa como en la escuela, se distraen fácilmente, cometen errores en casa y en la escuela debido al hecho de no estr concentrados en lo que hacen y tienen problemas a la hora de seguir instrucciones de todo tipo.
Además de eso, también suelen presentar una falta de capacidad de enfoque en lo que se les dice o una dificultad para escuchar cuando alguien les habla directamente o para repetir cualquier cosa que hayan oído recientemente.
Todos estos síntomas son señales definitorias de que quizás nos encontramos ante un caso de TDAH.
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3. Comportamiento autoenfocado
Los niños y adolescentes con TDAH suelen tener verdaderas dificultades a la hora de reconocer las necesidades, intenciones y deseos de las otras personas, lo que les ocasiona múltiples dificultades a la hora de relacionarse socialmente.
Esta incapacidad de ponerse en el lugar del otro se debe tanto a su comportamiento impulsivo como a su falta de atención hacia los demás y hacia los estados internos de quienes les rodean; en general, sienten más interés por el entorno que por los procesos introspectivos.
4. Problemas para permanecer en silencio
Los problemas para permanecer callado durante mucho tiempo y las interrupciones constantes tanto a adultos como a compañeros de su misma edad también son signos que puedan indicar un caso de TDAH.
Esto se puede comprobar de manera eficaz poniendo a prueba la capacidad de silencio del niño proponiéndole como reto que se mantenga callado durante un tiempo determinado.
5. Dificultad para jugar con otras personas
Las dificultades para seguir instrucciones y para participar en juegos planificados con otras personas son notables en niños y adolescentes con TDAH, porque les cuesta tener en cuenta las normas del juego en todo momento. Esto, de nuevo, afecta tanto a su vida social como a su autoestima y bienestar psicológico.
Otra de las características esenciales de las personas con TDAH, especialmente en niños pequeños es una incapacidad constante para esperar su turno, lo que le impide realizar con éxito todo tipo de juegos y actividades de grupo.
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6. Problemas de organización
Los problemas de organización son otro de los síntomas clásicos del TDAH, un déficit que se asocia tanto a la impulsividad que presenta la persona como a su incapacidad para prestar atención y concentrarse.
Esto impide a la persona realizar de manera satisfactoria tareas de todo tipo en la vida diaria cotidiana y también aquellas labores que se requieren en el ámbito académico, lo que ocasiona un notable decaimiento en el rendimiento del niño o la niña y le lleva a pensar que la escuela “no es para él/ella”.
Además de eso, las personas con TDAH también suelen olvidarse habitualmente de las cosas, como por ejemplo de hacer los deberes, y suelen perder también de manera recurrente muchos objetos de su propiedad, como material escolar o juguetes.
7. Dificultad para terminar las tareas
La dificultad para terminar de manera satisfactoria tareas de todo tipo tanto en casa como en la escuela se debe también a la falta de capacidad de atención sostenida que presentan los niños y adolescentes con TDAH. Por ello, los proyectos que les podrían aportar beneficios a medio y largo plazo se les resisten, algo que puede afectar a su educación.
¿Cómo se trata el TDAH?
La intervención del TDAH puede llevarse a cabo desde el ámbito de la psicología, y desde la psiquiatría. Desde la psiquiatría, suelen utilizarse fármacos psicoestimulantes como el metilfenidato, a partir de la hipótesis de que estimular su actividad mental hará que el niño o niña deje de tener la necesidad de buscar fuentes de estímulos externos y pueda canalizar su energía a través de procesos basados en la introspección y la gestión de pensamientos.
Ahora bien, esta forma de intervención tan solo sirve para mitigar los síntomas, no para entrenar a la persona a autogestionar mejor sus patrones de conducta y sus maneras de modular sus emociones. Para esto último es necesaria la psicoterapia.
Por otro lado, en el ámbito de la psicoterapia, suele optarse por un tratamiento cognitivo-conductual. Este tipo de terapia ofrece apoyo tanto en la interiorización de rutinas y hábitos de vida que predisponen al paciente a gestionar mejor sus impulsos y contrarrestar su influencia, como a potenciar maneras de pensar y de sentir que facilitan la tarea de concentrarse en lo que se está haciendo sin ceder a distracciones constantes. Es decir, se utiliza una doble vía: comportamental, por un lado, y cognitiva, por el otro.
En este sentido, si estás buscando apoyo psicoterapéutico ante un caso de TDAH, te invitamos a ponerte en contacto con nosotros.
En Cribecca Psicología atendemos a personas de todas las edades y a familias tanto de manera presencial como por videollamada.