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¿Cómo ayudar a un niño con encopresis?


La encopresis es una de las dificultades más frustrantes de la niñez. Esto es así no solo para el niño, sino también para el padre y la madre, que en muchas ocasiones no saben cómo actuar. Para los niños puede resultar traumático tener dificultades a la hora de controlar las heces.

Además, estos niños a menudo son objeto de burlas por parte de sus compañeros y los adultos los avergüenzan y culpan de su dificultad. En este artículo hablaremos sobre lo que es importante que las familias sepan sobre la encopresis.

¿Qué es la encopresis?

La encopresis forma parte de los trastornos de eliminación de orina y heces, llamados enuresis y encopresis, respectivamente. Según la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) a este tipo de trastornos se les llama trastornos de excreción. Aunque, anteriormente se les llamaba trastornos de eliminación.

Según el DSM-5 Para recibir este diagnóstico, deben estar presentes las siguientes cuatro características:

  • La edad cronológica de los pacientes debe ser de al menos 4 años.
  • De manera repetida el niño hace sus deposiciones en lugares inadecuados (como en la ropa). Esto puede darse de forma involuntaria o voluntaria.
  • Al menos uno de estos episodios se produce cada mes durante al menos 3 meses.
  • Este comportamiento no ocurre a consecuencia de sustancias (por ejemplo, los laxantes), tampoco es debido a algún otro problema médico.

Encopresis infantil

Distintos tipos de encopresis

Podemos hablar de dos tipos de encopresis:

  • Encopresis retentiva: Este tipo de encopresis está asociada a casos de estreñimiento.
  • Encopresis no retentiva: Este tipo de encopresis ocurre cuando no hay relación entre la incontinencia y periodos de estreñimiento.

La mayoría de las veces la encopresis es de tipo retentiva. Los niños con este tipo de encopresis tienen una razón médica subyacente para no controlar sus esfínteres. La encopresis no retentiva, por su parte, no tiene ninguna condición física que impida las conductas normales de ir al baño.

Cómo manejar la encopresis

Las madres y padres suelen tener dificultades a la hora de saber cómo manejar esta delicada situación. Por ello, me gustaría darte algunos consejos para que sepas cómo manejar la encopresis si tu hijo se encuentra en esta situación.

En primer lugar, acude al pediatra para poder hacer un diagnóstico adecuado y explorar las posibles causas médicas del problema que está teniendo tu hijo. Puede que el médico detecte varios problemas y os pida hacer cambios en la dieta y/o el nivel de actividad de tu hijo. Uno de los puntos más importantes es buscar tratamiento temprano para este problema. Cuanto antes empecemos a buscar soluciones, mejor.

Suele ocurrir que los progenitores se suelen sentir avergonzados cuando su hijo tiene encopresis, lo que hace que les cueste más pedir ayuda. Mi consejo es que no esperes a que este problema desaparezca por sí solo. Si el problema persiste, la autoestima y la confianza del niño pueden resultar aún más dañadas de lo necesario.

Por otro lado, si tu hijo ensucia su ropa interior, no te enfades, ni le castigues. Tampoco le avergüences. Con este tipo de actitudes solo conseguirás que la autoestima de tu hijo empeore. Soy consciente de que, a veces, puede parecer un comportamiento intencionado, pero es posible que no esté bajo el control de tu hijo o que tu hijo no sepa hacerlo mejor. Del mismo modo, no culpes a tu hijo. No conseguirás que el problema mejore, pero si se sentirá peor consigo mismo.

También puede ser interesante hacer ver al niño que hay otros niños con el mismo problema que él tiene. De hecho, puedes explicarle que muy probablemente a su colegio vayan otros niños a los que les sucede lo mismo que a él. Considera enseñarle a tu hijo el funcionamiento del intestino y que es posible fortalecer los músculos y nervios que controlan la función intestinal.

El uso de los registros y recompensas como estrategia

Para algunos niños puede ser útil llevar un registro de las situaciones en las que no ha podido controlar las heces y ha tenido algún accidente. De esta manera, podéis intentar descubrir si hay un patrón en los accidentes o algún desencadenante concreto, es decir, si siempre ocurren en el comedor, cuando va a casa de algún amigo, a última hora de la tarde...

Llevar un control de los accidentes puede ocasionar ansiedad en algunos niños, mientras que, a otros les ayuda a sentir que tienen más poder y control sobre el problema. Usa solo este tipo de estrategias si benefician a tu hijo, y siempre con el asesoramiento de un profesional.

También podemos utilizar un sistema de recompensas o economía de fichas. El niño puede recibir un punto o pegatina en un gráfico o tabla por cada día que pase sin mancharse. Cuando consiga determinado número de puntos, puede recibir un juguete o premio. Es importante tener en cuenta que este enfoque no funciona para todos los niños. De hecho, en determinados casos puede ser contraproducente. Por lo que, consulta con un profesional que pueda asesorarte según la situación y necesidades específicas de tu hijo.

Unas últimas palabras

Recuerda que los niños con encopresis pueden tener recaídas y fracasos puntuales durante y después del tratamiento. Estas recaídas pueden ser hasta cierto punto normales, especialmente, en las primeras fases. Esto no significa que el tratamiento este fallando, significa que requiere de tiempo y de varios intentos. Por último, es importante señalar que la encopresis es un problema que puede ser crónico y complejo, pero tiene solución.

Cuanto antes busquemos una solución, más fácil será solucionar el problema. Siempre es importante valorar la opción de acudir al psicólogo si tu hijo siente vergüenza, culpa, tristeza o baja autoestima relacionada con la encopresis.