Tópicos Bienestar Meditación Mindfulness Emoción Coaching

Los 12 hábitos que mejorarán y mantendrán tu salud mental


Después de muchos años de búsqueda personal, pasando por momentos de ansiedad y exceso de pensamientos constantes que a veces me paralizaron o me separaron de personas queridas, aprendí algunos hábitos que, tanto para mí como para mis clientes, se han convertido en herramientas esenciales de vida.

Veamos a continuación cuáles son los hábitos que ayudan a mantener una buena salud mental.

Hábitos que potencian la salud mental

Estos son los 12 hábitos para mantener un buen nivel de salud mental que puedes aplicar a tu día a día.

1. Cambiar el concepto de tener que arreglar algo dentro de ti

Cuando pensamos que debemos arreglar algo dentro de nosotros y nos sentimos inadecuados/as, estamos asumiendo que vinimos al mundo con algo defectuoso.

Cuando utilizamos el concepto de arreglar algo refiriéndonos a nosotros, nos sentimos atrapados en un ciclo continuo de inseguridad. Por lo tanto, actuamos desde la necesidad de cambiar lo que funciona mal, o nos hace ser alguien incompleto. Nos identificamos con una imagen negativa de nosotros mismos.

Deja de lado la idea de que algo está mal dentro de ti. Viniste equipado/a con todo lo necesario y estás completo/a. Solo es necesario que realmente veas esto: tú eres suficiente.

2. Ser conscientes de los pensamientos que estás generando

La mente nos arroja continuamente todo tipo de pensamientos. Crear pensamientos es inevitable, simplemente se requiere ser consciente de ellos como lo que son: pensamientos.

En el momento en que los observamos creamos un espacio que nos permite no quedarnos involucrados en ellos por mucho tiempo. Pueden surgir, pero si no los validamos como hechos, pierden su poder. De esta manera, dejan de condicionarnos y dirigimos nuestra atención a otras cosas. Esto marca una total diferencia.

3. Utiliza la respiración para desacelerar el flujo de tus pensamientos

Existe un vínculo muy estrecho entre la respiración y el flujo de los pensamientos. La ansiedad es el reflejo de una mente demasiado activa. Cuando reducimos la velocidad de nuestra respiración, conseguimos de una forma natural reducir la velocidad de nuestros pensamientos y, por lo tanto, reducir nuestra ansiedad.

4. Mirar el pasado como una ilusión

El pasado es simplemente un concepto. En muchas ocasiones parte de nuestro sufrimiento viene porque pensamientos del pasado determinan y justifican un comportamiento presente. Por ejemplo, si alguien sufrió acoso en el colegio, justificará pensamientos sobre esos hechos para determinar una personalidad actual que teme a las críticas. Cuando somos conscientes de cómo nos está condicionando el pasado y decidimos soltar el control que tiene sobre nosotros, somos libres para disfrutar el presente.

5. Hacer ejercicio la mayoría de los días

Si quieres mantener tu mente sana, entiende la conexión entre mente y cuerpo. Cuando nos cuidamos físicamente, nuestra mente también se beneficia. La mente en cierto sentido es nuestro cuerpo. Somos mucho más vulnerables a los patrones de pensamiento poco saludables cuando no movemos nuestra energía a través de nuestro cuerpo. La vida es movimiento. Sin embargo, frecuentemente estamos tratando de engañar a la vida, paralizando nuestra energía cuando nos quedamos estáticos durante demasiado tiempo.

Hábitos positivos para tu salud mental

El yoga es, sin duda, una de las prácticas más saludables para mejorar nuestra salud mental, moviendo nuestra energía a través de nuestro cuerpo, y colocando nuestro cuerpo de la manera más adecuada, como si fuera una antena preparada para reorganizar nuestra energía correctamente.

6. Mira como una oportunidad o lección los momentos de dificultad

Recuérdate: se encuentra una lección en cada dificultad. Cuando estamos sumidos en el sufrimiento perdemos la capacidad de ver claramente. Es una cuestión de perspectiva, todo depende del lugar que escogemos para mirar cada situación. En cada problema hay una oportunidad para crecer.

7. Familiarízate con “el espacio”

“El espacio” es un momento de pausa entre un pensamiento y una respuesta de comportamiento. Practica el no reaccionar con enfado cuando tienes un impulso inmediato. En cambio, permite que surja ese “espacio” entre pensamiento/emoción y respuesta. Normalmente es cuestión de diez segundos.

8. Tolera la incertidumbre

La intolerancia a la incertidumbre y querer tener todo bajo control es un camino seguro hacia la ansiedad. Tenemos la necesidad (muy humana) de saber con precisión qué sucederá a continuación. Esto, obviamente, en muchos casos, no es posible. La tranquilidad interior llega de forma natural cuando dejas a un lado la necesidad de saber siempre qué va a suceder después... Confía en la incertidumbre y en vez de mirarla como un peligro, mírala como una aliada. Te desenvolverás mejor en todas las áreas de tu vida.

9. Elige la felicidad

Muchos de nosotros creemos que nuestro estrés está determinado por lo que sucede en nuestras vidas y en nuestras circunstancias. Esto es falso. La tensión surge solamente de nuestro pensamiento, de nuestras percepciones personales. En base a eso, determinamos nuestras experiencias porque somos los creadores de ellas. Podemos elegir estar a gusto. Podemos elegir ser felices. Es algo que se genera internamente.

10. Actúa más lentamente

La vida se ralentiza cuando disminuimos la velocidad y las prisas. Inténtalo. Observa cómo aquellos que están inquietos o se mueven y hablan rápidamente suelen ser los más ansiosos. La ansiedad se crea, en gran parte, al intentar ir deprisa por la vida. No podemos procesar la realidad tan rápido, por lo que todo se vuelve más complicado cuando nos apresuramos. Desacelera. Haz una cosa y después la otra; verás que todo se vuelve más fácil.

11. Comprende la diferencia entre imaginación y rumiación

Sé consciente del tremendo poder que tienen los pensamientos. Se pueden usar para visualizar futuros, diseñar puentes, empatizar con los demás y hacer cálculos valiosos. Pero también sé consciente de su poder destructivo, especialmente cuando toman la forma de preocupación o rumiación. Presta atención a la diferencia y acorta la rumiación. ¿Cómo sabrás hacer esto?- Devuelve la atención al momento presente.

12. Conéctate regularmente con la conciencia pura

La conciencia pura es vivir el mundo que nos rodea sin juzgar. Cuando juzgamos, sentimos también el significado negativo de esos juicios, lo que nos genera estrés. Por ejemplo, si pensamos que alguien o una situación es molesta, sentiremos ese malestar en nuestra mente y en nuestro cuerpo. La toma de conciencia es nuestra puerta de salida más allá de todo esto.

Dedica todos los días un momento para escuchar y sentir lo que surge desde tu interior y a tu alrededor sin juzgarlo, sin etiquetarlo. Recuerda: puesto que todo está dentro del campo de tu conciencia, de alguna manera todo está dentro de ti. Encontrarás un poder sorprendentemente calmante en la atención plena.