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​Los maridos son 10 veces más estresantes que los hijos


Las relaciones de pareja y los matrimonios no siempre son un camino de rosas, existen momentos en que la situación se complica, pues los conflictos entre los miembros son frecuentes.

Sin embargo, muchas veces estas situaciones problemáticas pueden ser incluso beneficiosas, porque si la situación se resuelve de forma madura, el aprendizaje mutuo puede hacer que la pareja crezca y exista un mayor grado de intimidad y compenetración.

Las relaciones de pareja no son fáciles

Y es que la convivencia no es fácil. Cada miembro de la pareja tiene sus valores, sus necesidades, sus hábitos, su manera de entender la vida, y ajustar eso a la forma de pensar del otro miembro de la relación no siempre es simple.

Cada persona es un mundo, cada pareja es un mundo y cada familia es un mundo. Idílicamente, los adultos deben dar ejemplo y deben apoyarse en todo y contribuir de forma igual a la vida familiar: en la aportación económica, en la educación de los hijos… Pero cuando uno de los dos miembros de la pareja siente que está dando más que el otro, el conflicto puede surgir.

El día a día de una pareja o matrimonio puede ser estresante

Y vivir esta situación diariamente enturbia la comunicación y dificulta la relación. El conflicto puede acabar siendo el día a día de la relación y el estrés puede manifestarse. Son muchas las mujeres que se quejan de tener que hacer las tareas del hogar además de su propio trabajo, dedicando su vida entera a la familia.

Por eso, no es extraño que una encuesta llevada a cabo en Estados Unidos, en la que más de 7.000 madres han opinado, ha concluido que los maridos generan 10 veces más estrés que sus propios hijos. El 46% de las participantes afirmó que sus parejas provocaban situaciones altamente estresantes para ellas.

Los maridos y el estrés añadido

Algunas mujeres incluso afirmaban que sus maridos añadían trabajo a su vida diaria, incluso les daban más trabajo que sus propios hijos. Por si fuese poco, algunas participantes afirmaron que mientras sus hijos a penas les provocaban dolores de cabeza, la actitud infantil de sus maridos les molestaba mucho.

Adicionalmente, algunas se quejaban del hecho de que sus parejas no les prestaban su ayuda en las tareas cotidianas, por lo que no disponían de tiempo libre. Evidentemente, estas situaciones resultaban estresantes para ellas, lo que les provoca una gran percepción de malestar.

Cuestión de expectativas

Según los investigadores, es posible que estos resultados se deban a las expectativas irracionales. Muchas madres saben que sus hijos les causarán situaciones conflictivas, fruto de la edad. 

Sin embargo, no ocurre lo mismo con los maridos, pues esperan que sean un apoyo más que una carga. “Puedes esperar que un hijo no entienda ciertas cosas, pero no que un adulto se comporte así” explica una participante. Otra, añade: “Estoy física y mentalmente exhausta cuando mi marido vuelve a casa. Siento que es otro trabajo el tener que estar pendiente de él”. No hay que olvidar que el amor de madre puede con todo.

¿Y qué opinan los maridos?

Analizando los datos, podríamos pensar que los padres son los principales causantes de los males del mundo. Por eso, los mismos investigadores decidieron saber más sobre su opinión al respecto. Para ello realizaron una investigación con 1.500 padres, y la mitad de ellos reconoció haber compartido el cuidado de los niños con la pareja. Lo extraño fue que de las 2.700 madres entrevistadas, el 75% dijo que estaban haciendo todo ellas solas.Muchos padres también confesaron sentirse heridos porque creían tener un papel secundario en la familia. Asimismo, éstos expresaron que les gustaría ser reconocidos sus esfuerzos de vez en cuando, al menos con palabras de agradecimiento.

Este estudio revela que hay un problema de comunicación y expectativas en muchos hogares. Algunos padres creen que están haciendo lo suficiente y que no se reconoce, mientras que las madres piensan que no es cierto.

¿De quién es la culpa?

Dejando de lado los datos de este estudio, la realidad es que ser padre es estresante ya de por sí. Ante esta situación, es fácil que salten chispas en la relación y los progenitores culpen al otro miembro de la pareja. Ser padres puede provocar momentos realmente complicados. 

Y es que si una relación ya es complicada por sí sola, si encima le añades el trabajo de criar a un hijo, incrementan los gastos, etc. la tensión puede aparecer en cualquier momento. Los padres y las madres no dejan de ser personas y, por tanto, son imperfectos. Es importante que la comunicación de los padres mejore y que entre ellos exista tolerancia, porque el primero que va a sufrir las consecuencias de este tipo de situaciones es el propio hijo.

Los padres, además, también salen malparados de estas situaciones conflictivas. Varios estudios encontraron que un matrimonio estresante, donde hay conflictos constantes, es perjudicial para la salud del corazón tanto como fumar y aumenta las posibilidades de sufrir de enfermedades cardiovasculares en los hombres, así como en las mujeres, Además, una encuesta realizada recientemente con 300 mujeres suecas encontró que el riesgo de sufrir un ataque al corazón se multiplica por tres cuando su matrimonio es conflictivo.

Libros para padres

Casi todos los padres desean lo mejor para sus hijos. Pero la crianza de un hijo es complicada, especialmente con el primer descendiente. Nadie nace experto.

Por eso, un buen texto de psicología educativa para padres puede ser de gran utilidad, porque incluso con las mejores intenciones, no siempre se educa correctamente.