¿Qué hacer al acabar la carrera de Psicología?
Muchas personas se sienten atraídas por la carrera de psicología, viéndola como esa formación en la que aprenderán a hacer psicoterapia y descubrirán los misteriosos enigmas detrás de por qué las personas nos comportamos de la forma en cómo lo hacemos.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Tanto si se ha empezado el grado como si se está acabando, muchos estudiantes de la ciencia del comportamiento se preguntan qué hacer al acabar la carrera de psicología.
Son muchos los interrogantes acerca de cuáles son las salidas laborales de quienes terminan psicología y hoy vamos a explorarlas. Descubramos qué hacer al terminar el grado o licenciatura en Psicología.
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Qué hacer al acabar la carrera universitaria de psicología
El grado de psicología resulta atractivo para miles de preuniversitarios. Muchas personas quienes convertirse en psicólogos, decidiendo estudiar la carrera motivados por la idea de que algún día ejercerán psicoterapia y ayudarán a personas que están pasando por una mala racha, convencidos de que una vez terminada la carrera podrán ejercer en muy poco tiempo, consiguiendo trabajo de lo que han estudiado.
Sin embargo, los que ya están dentro y van por su tercer y cuarto año se preguntan una y otra vez qué hacer al acabar la carrera de psicología. Pese a que ya llevan un tiempo estudiándola y conocen de qué va el tema, también suele pasar que su no tan lejano futuro profesional lo ven de un color gris tirando a negro, un color muy feo. Preguntas como “¿Qué salidas profesionales hay después de terminar?” “¿Se puede vivir de ello?” “¿Qué hago si no consigo trabajar de lo que he estudiado?” y otras muchas más pueden agobiarnos mucho.
Para evitar vivir tanta angustia con respecto a nuestro futuro profesional, a lo largo de este artículo vamos a reflexionar sobre qué se puede hacer al acabar la carrera de psicología, dando también algunos consejos para aquellos que ya la han comenzado y motivando a quienes la están terminando a que no se detengan ni se rindan. Acabar la carrera no es sinónimo de conseguir trabajo de inmediato, pero sí que tener ciertos estudios y habilidades adquiridas después de terminar el grado incrementará las posibilidades de ejercer de psicólogo algún día.
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Lo primero: reducir las expectativas
Lo primero que vamos a hacer es echar el jarro de agua fría a los que acaban de empezar o están pensando cursar psicología. Muchos creen que el grado de psicología se orienta a adquirir todas las herramientas necesarias para que, al terminarlo, se pueda llevar a cabo psicoterapia. Esta creencia acaba en tremenda decepción cuando se descubre que, si bien es cierto que el grado universitario sigue teniendo un sesgo hacia lo clínico, enseñar a hacer psicoterapia no es lo que se pretende con él, al menos al principio.
Durante los dos o tres primeros años los estudiantes adquirirán los pilares epistemológicos de la disciplina. Las asignaturas de los primeros años se centran en asegurarse de que los estudiantes entienden cuál es el origen de la psicología, qué corrientes psicológicas hay, cómo se estructura y funciona el sistema nervioso, descubren los procesos psicológicos básicos y aprenden sobre estadística e investigación, entre otros.
Muchas de las asignaturas en las que se imparten estos conocimientos pueden ser muy pesadas, vividas como si nos pasara un camión de gran tonelaje por encima (en mi caso, la estadística) y pueden ser desmotivadoras en tanto que no se ve por ningún sitio una asignatura o tema que nos sirva para ayudar a pacientes. Esto puede llegar a ser tan decepcionante para algunos que es justo entre los primeros 4 y 9 meses que más abandonos hay en el grado.
Todo esto que tenemos que estudiar nada más empezar es lo que hay. Debemos ser pacientes, porque a medida que pasen los semestres iremos adquiriendo conocimientos que nos permitirán familiarizarnos con las ramas de la psicología y qué es lo que hace exactamente un psicólogo. A partir del tercer año ya se dispone de una visión lo suficientemente global y profunda de la disciplina como para ir haciéndose una idea de cuál es nuestro ámbito de intervención preferido e ir pensando en qué formación cursar una vez terminemos el grado.
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Documéntate sobre las especializaciones desde el principio
Un consejo que me hubiera gustado recibir nada más empezar el grado es el de documentarse sobre las especializaciones que hay en la carrera. Si bien en mi caso tenía claro que lo mío es la psicología clínica, sabía más bien nada sobre el resto de ramas, al igual que le pasaba a muchos de mis compañeros. Por culpa de esta inocente ignorancia, cuando llegaron a final del tercer curso y tuvieron que escoger optativas les vino una profunda y dura crisis existencial.
Las optativas son asignaturas que, aunque es obligatorio realizarlas para poder terminar la carrera, pueden escogerse varias de dentro de una larga lista con todo tipo de opciones. Estas asignaturas se engloban dentro de menciones, modalidades del plan de estudio que nos medio especializan. Si bien cursar una mención, por ejemplo, en clínica, no tiene por qué impedirnos hacer un máster de psicología social después, sí que los conocimientos adquiridos en las optativas que hagamos el cuarto año pueden darnos ventajas o inconvenientes a la hora de escoger formación tras acabar el grado.
Es por este motivo que, y con el fin de evitar la tan temida crisis existencial de tercero y la inseguridad sobre qué hacer una vez acabada la carrera, lo ideal es documentarse ya desde el principio sobre cuántas ramas hay y qué se hace en ellas. Cierto que puede parecer un poco temprano y también es cierto que durante el tercer año vamos descubriendo a qué se dedican estas ramas, sin embargo, para evitar escoger justo en el último momento y, encima, equivocarse, lo ideal es tener claro desde el principio qué es la psicología clínica, la social, la forense...
Pero además esta documentación temprana no nos servirá únicamente para averiguar qué es lo que se hace en cada rama, sino también nos ayudará a ver de qué forma podemos adquirir formación extra mientras estamos todavía estudiando el grado. Mientras investigamos sobre qué es la psicología clínica o la educativa o cualquier otra puede que entremos en contacto con algún curso de postgrado, páginas web especializadas en según qué rama o, incluso, grupos de supervisión organizados por profesores o psicólogos con amplia experiencia que buscan a estudiantes de psicología para colaborar en proyectos en lo que serán recompensados con experiencia profesional.
Salidas profesionales de las ramas de la Psicología
La psicología es una disciplina muy diversa, existiendo muchos campos de trabajo y ramas especializadas diferentes porque son muchos los contextos en los que la figura del psicólogo puede resultar de gran ayuda. Las salidas profesionales de la psicología son inmensas, tantas que nos pueden confundir.
A continuación vamos a hacer un breve repaso sobre las principales cinco ramas de la psicología y qué se hace en ellas.
1. Psicología clínica
La psicología clínica es de las ramas más populares de la disciplina, correspondiendo a la imagen clásica de lo que hace un psicólogo en las películas. Aquí se hace diagnóstico y tratamiento de problemas infantojuveniles, disfunciones familiares, trastornos mentales… cuestiones que para poder trabajarlas adecuadamente se requiere haber adquirido un vasto conocimiento teórico y práctico.
Es una de las ramas más populares de la psicología, pero también puede llegar a ser la más agobiante. Se requiere dedicarle muchas horas, estar siempre actualizado por el bien de la salud mental de los pacientes y, para poder ejercerla, se necesita sí o sí formación clínica específica, siendo la vía más común cursar el máster general sanitario o presentarse a oposiciones (PIR).
Pese a lo exigente que es, esta rama es la que más salidas tiene debido a que la figura del psicólogo clínico es muy recurrida, aunque no se dispongan de las plazas necesarias en la sanidad pública y siempre haya reticencias a recibir psicoterapia privada.
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2. Psicología social
Podríamos decir que la psicología social es la rama más solidaria dentro de la disciplina en general, en tanto que los psicólogos sociales pretenden mejorar la sociedad, pero normalmente el tiempo que le dedican no es adecuadamente retribuido en sus honorarios. El empleo en este ámbito procede, normalmente, de ONGs, administraciones locales y autonómicas.
Aunque es una rama apasionante para quienes la ejercen, puesto que con ella se puede conseguir cambiar el mundo, también es la especialización en la que predominan las medias jornadas y los sueldos escasos. Dependiendo de donde se viva, la administración pública puede valorar muy positivamente la figura del psicólogo social, pero esto generalmente algo poco común.
3. Psicología jurídica y forense
La psicología jurídica y la forense se centran en todo lo que tenga que ver con el ámbito de las personas implicadas en la comisión de algún tipo de delito (como víctimas o victimarias) o que mantienen un conflicto que debe ser resuelto ante el juez. En este ámbito podemos encontrar a psicólogos especializados en la realización de evaluaciones periciales en el ámbito privado y en el privado, por ejemplo.
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4. Psicología experimental
Realmente, la investigación en psicología puede versar sobre absolutamente cualquier rama de la misma y centrarse en cualquier temática. Digan lo que digan, la psicología es una ciencia en tanto que aplica el método científico para nutrirse de nuevos conocimientos basados en la evidencia empírica y, por ello, la psicología experimental es sumamente necesaria para la disciplina.
Lo bueno que tiene este campo de aplicación es que se puede proceder desde cualquier rama de la psicología. La psicología experimental no la hacen solo los psicólogos especializados en clínica, sino también los sociales, organizacionales, forenses y cualquiera que sea su procedencia. Lo malo es que depende muchísimo de factores externos como la inversión del estado en ciencia o los fondos de la propia universidad en donde se lleva a cabo la experimentación.
5. Psicología organizacional
La psicología organizacional y de las empresas tiene mucho que ver con los recursos humanos y el marketing. Es una rama relativamente reciente y que se ha ido popularizando muchísimo en los últimos años, algo que puede incluso verse como la gallina de los huevos de oro pero, como en todo en esta vida, puede que sea lo tuyo o puede que no. Si te gusta el mundo de la economía y la empresa, es probable que la psicología organizacional sea lo tuyo.
¿Cómo formarse al terminar la carrera?
Independientemente de si conseguimos trabajo nada más acabar la carrera como si no, es fundamental no dejar de formarse. La psicología es una disciplina joven, una ciencia que va actualizándose cada dos por tres, haciendo que conocimientos que hasta hacía poco eran tomados como una realidad pasen a considerarse obsoletos, algo común en cualquier ciencia pero que en la nuestra se da de forma muy frecuente.
Es teniendo en cuenta esto que, al margen de si nos hemos formado en psicología clínica y queremos trabajar con pacientes o si hemos hecho social y queremos ayudar a cambiar el mundo, consultar todo tipo de fuentes de información y expandir nuestros conocimientos una vez somos ya psicólogos es extremadamente necesario. De hecho, me atrevería a decir que es un imperativo deontológico, puesto que no se puede ejercer correctamente la disciplina si fundamentamos nuestra actividad profesional en conocimientos ya desfasados.
A continuación vamos a ver qué hacer para formarse al acabar la carrera.
1. Másters y postgrados
Para ejercer en algunas ramas de la psicología es necesario haber cursado estudios de máster, como se puede ver con la psicología clínica y el master sanitario general si lo que se quiere es hacer psicoterapia privada.
Pero cabe comentar una cosa. El mundo de los másters es un tanto… turbio. Si bien los que ofertan las universidades son fiables, sobre todo si son los oficiales reconocidos en todo el estado, fuera de ellas también podemos encontrar este tipo de formación u otras de postgrado que ofrecen cosas que la universidad no nos da.
Hay cientos de institutos y academias especializadas en algún ámbito de la psicología que pueden servirnos de mucho para expandir conocimientos y hacer que nuestro curriculum sea competitivo en el mundo laboral. No obstante, que hayan tantas instituciones que ofrecen sus propios cursos nos debe hacer ir con cuidado, puesto que quizás lo que ofertan no es reconocido como formación real y habremos pagado para algo que no nos sirve.
Por eso es fundamental que, antes de meterse en cualquier cursillo de tal instituto o centro psicológico cual, es preferible investigar un poco sobre qué postgrados y másters oferta tanto nuestra universidad como cualquier otra, centros educativos cuyos títulos van a ser más valorados por nuestros futuros empleadores que los que pueda ofertar una academia cualquiera.
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2. Grupos de supervisión
Una de las mejores maneras de adquirir práctica como psicólogo es mediante los grupos de supervisión. Hay muchos psicólogos veteranos que organizan grupos reducidos de supervisión en los que se exponen casos reales y se debaten contenidos y herramientas para trabajarlos, haciendo que sus estudiantes tomen un rol activo en un contexto laboral práctico y real.
De esta forma, no solo adquirimos práctica ejerciendo nuestra propia profesión, sino que además vamos ganando confianza y, si el psicólogo que nos enseña tiene prestigio o fama, esto siempre es un punto a favor en nuestro currículum, además de que nos puede referenciar a la hora de buscar trabajo en el futuro.
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3. Recursos online
La mayoría de los actuales estudiantes de psicología son nativos digitales. Estamos rodeados de dispositivos que nos conectan a la mayor fuente de información de la que el ser humano ha podido tener disponibilidad en toda su historia: Internet. La biblioteca de Alejandría no es nada en comparación con todo lo que podemos encontrar en ese vasto lugar que es el mundo cibernético.
Además de ver vídeos de gatitos y cotillear lo último que ha publicado nuestro youtuber preferido, el mundo cibernético nos puede servir para expandir nuestros conocimientos profesionales de forma gratuita y efectiva, poniéndonos al día de las más novedosas técnicas y conocimientos de lo que dispone la ciencia del comportamiento.
Hay de todo y muchos son contenidos digitales gratuitos, así que no hay excusa que valga. Podemos expandir nuestros conocimientos sobre Psicología en Youtube, en las propias webs de las universidades e institutos psicológicos o, por decir algo oye, en Psicología y Mente que seguro que hay más de un artículo que te sirve para conocer algo que en el grado no te explicaron.
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4. Libros y revistas
Todo psicólogo debería intentar leer como mínimo un libro sobre psicología cada mes, aunque sea uno de divulgación científica enfocado a todo tipo de personas. Como comentaba, la psicología es una profesión joven y está en constante remodelación, lo cual significa muchos conocimientos que estudiamos en la carrera, aunque solo haga un año que la terminamos, ya no sean del todo válidos.
Los libros y las revistas de autores recientes, publicados hace no más de 6 meses son una fuente fiable y segura para obtener conocimientos profesionales de la disciplina. Esto no quiere decir que debamos descartar fuentes clásicas de la psicología, como podría ser la obra de Sigmund Freud o de B. F. Skinner, de hecho, es muy recomendable leer libros de autores históricos para poder tener una visión todavía más global si cabe de nuestra carrera.
Sea como sea, consultar cualquier fuente de información una vez hayamos acabado la carrera es la forma ideal de expandir nuestro currículum, hacerlo más competitivo en el mundo laboral y, a la vez, reenamorarnos del grado que escogimos. Por muy expertos que seamos, nunca dejaremos de aprender cosas nuevas de nuestra propia carrera.
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