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Prolactina: qué es, cómo se produce, y funciones de esta hormona


El sistema endocrino produce pequeñas moléculas llamadas hormonas. Las hormonas actúan como mensajeras e influyen en multitud de procesos importantes del organismo: ayudan a mantener la presión arterial, regulan el deseo sexual y controlan el hambre, entre otras tareas esenciales. Una misma hormona puede tener distintas funciones.

La prolactina es una hormona proteica responsable de más de 300 procesos diferentes en vertebrados, incluyendo a los humanos. Es sobre todo conocida por su función en el crecimiento de los senos y la producción de leche durante el embarazo y después del parto. Además, de permitir la lactancia, ayuda a regular el sistema inmunológico, interviene en la regulación de nuestro metabolismo y permite el desarrollo del páncreas.

Esta hormona es segregada por la hipófisis en respuesta a distintos eventos: la lactancia, el tratamiento con estrógenos y la ovulación estimulan la producción de prolactina. Otros tejidos del cuerpo humano también pueden producirla, pero en cantidades menos importantes.

En este artículo hablaremos de la prolactina, detallando todas sus funciones y los problemas que pueden ocurrir si se presentan niveles elevados de esta hormona en sangre.

¿Qué es la prolactina?

La prolactina (PRL), también conocida como lactotropina, es una hormona producida por la hipófisis que estimula la producción de leche en las glándulas mamarias y la síntesis de progesterona en el cuerpo lúteo.

La prolactina es una hormona peptídica, codificada por el gen PRL. En 1970, Henry Friesen confirmó su existencia en humanos; sin embargo, la hormona ya había sido descubierta en otros animales en 1930. Es un polipéptido, que pesa aproximadamente unos 22 500 daltons y su cadena consta de unos 199 aminoácidos. La hormona actúa de forma endocrina, autocrina y paracrina dentro del organismo e influye en diferentes sistemas.

La hormona es producida por distintos vertebrados y tiene funciones diferentes según las especies; como sabemos, la prolactina estimula la producción de leche en los mamíferos, pero por ejemplo en el caso de los peces es responsable de controlar el equilibrio de sal y agua en el organismo. Existen diferentes variantes y formas de la hormona por especie, en los humanos existen tres formas de prolactina pequeña y varias variantes de tamaño grande.

La prolactina tiene multitud de funciones en el organismo. En la especie humana, no solo estimula el crecimiento de los senos y la producción de leche durante el embarazo y después del parto, también juega un papel en el sistema inmunológico y tiene múltiples funciones relacionadas con el ciclo celular, actuando como factor de crecimiento, diferenciador y factor anti-muerte, también participa en el crecimiento de los vasos sanguíneos, la hematopoyesis y ayuda a la coagulación de la sangre. En personas de sexo masculino relaja el cuerpo después alcanzar el orgasmo.

¿Cómo se produce la prolactina?

La glándula pituitaria o hipófisis, una glándula pequeña situada en la base del cerebro, es la responsable de producir la prolactina en respuesta a diferentes estímulos como la ovulación.

El hipotálamo contiene células que controlan la secreción de muchas hormonas, incluida la prolactina. El tuberoinfundíbulo es una parte del núcleo arqueado del hipotálamo y contiene células nerviosas que secretan dopamina, también conocida como hormona inhibidora de la prolactina. Estas neuronas controlan los receptores D2 en los lactotrofos (las células productoras de leche materna), reduciendo la secreción de prolactina. Otro grupo de neuronas en el hipotálamo, llamadas neuronas del factor liberador de tirotropina, aumentan la secreción de prolactina. Aunque la prolactina es la única hormona hipofisaria cuyo control primario es inhibitorio, no es la única hormona regulada por estas neuronas endocrinas.

Aunque la mayor parte de la prolactina en el organismo es segregada por la glándula pituitaria. Otros órganos y sistemas de del cuerpo humano son capaces de producir prolactina, el sistema nervioso central, el sistema inmunitario, el útero y las glándulas mamarias segregan la hormona en cantidades más pequeñas.

Existen una serie de factores que pueden estimular la producción de prolactina en cualquiera de los tejidos anteriores, entre los que se encuentran: la estimulación de los pezones, la práctica de ejercicio y el estrés.

Sus funciones en el organismo

La prolactina tiene una gran variedad de funciones. Sin embargo, sus efectos varían entre personas de sexo masculino y femenino. Además, en otras especies de vertebrados participa en otras tareas esenciales del organismo.

Prolactina en personas de sexo femenino

Las hormonas progesterona, estrógeno y prolactina fomentan el crecimiento del tejido mamario y la producción de leche en las personas embarazadas.

La prolactina provoca el crecimiento de un tipo particular de tejido mamario llamado alvéolos mamarios, que forman parte de la glándula mamaria. También hace que las células alveolares mamarias produzcan ingredientes lácteos, aumenta la producción de lactosa, caseína y otras proteínas productoras de leche en las células de la glándula mamaria, y los lípidos.

Aunque los niveles elevados de prolactina están presentes antes del nacimiento del bebé, la producción de leche no ocurre hasta después del parto. Las personas gestantes producen altas cantidades de estrógeno y progesterona que, entre muchas otras funciones, inhiben la producción de leche durante el embarazo.

Funciones de la prolactina

Después de dar a luz, los niveles de progesterona de la madre caen, lo que hace que las células alveolares mamarias aumenten la cantidad de receptores de prolactina. Esto permite que la leche puede bombearse a través de los pezones, permitiendo la lactancia.

Los niveles de prolactina pueden subir o bajar después del nacimiento, si se succionan los pezones aumenta el nivel de prolactina, al amamantar se estimula la producción de prolactina. Si se deja de amamantar, la producción de leche disminuye y los niveles de prolactina vuelven a la normalidad una o dos semanas después del destete del/la niño/a.

Se ha demostrado que los niveles altos de prolactina pueden interferir con el ciclo menstrual, haciendo que este no ocurra. La prolactina impide que se produzcan las gonadotropinas, un grupo de hormonas implicadas en la regulación de la reproducción y el ciclo.

Prolactina en personas de sexo masculino

Los hombres también producen prolactina y los valores considerados normales se sitúan en un rango de 10 a 15 ng/ml. En estos niveles, la prolactina afecta al funcionamiento de los riñones y regula la cantidad de electrólitos en los líquidos corporales. Unos niveles elevados pueden provocar el desarrollo mamario y la galactorrea (producción de leche), decremento de la libido e impotencia.

También, la prolactina sería una de las principales causantes de algunos efectos del período refractario. El periodo refractario es el tiempo de relajación que ocurre después que se haya producido la eyaculación y la pérdida de la erección tras el coito, se caracteriza por una disminución del apetito sexual e hipersensibilidad genital que se acompañan de un estado de relajación y somnolencia, este último efecto sería inducido por la prolactina.

Funciones en otras especies de vertebrados

La prolactina tiene una multitud de funciones en los peces, principalmente en la homeostasis, es decir, en el intercambio de agua y sales entre un pez y el mar que lo rodea. Al igual que en los humanos, la prolactina también influye en los peces, en la maduración sexual, los ciclos reproductivos, el cuidado de las crías y la crianza. La prolactina no solo afecta a los peces, algunos estudios indican que los niveles elevados pueden hacer que las gallinas muestren un comportamiento más maternal.

Investigaciones con mamíferos han demostrado que los niveles de prolactina pueden afectar al crecimiento del cabello. Esto también ocurriría en las aves, donde la prolactina tendría un efecto sobre cuándo estas empiezan a mudar las plumas.

Patologías asociadas a la prolactina

Las hormonas tienen que tener unos niveles estables. Los niveles insuficientes o excesivos pueden causar distintos problemas de salud. En el caso de la prolactina, una cantidad en sangre por encima de lo normal pueden provocar ciertas alteraciones, como periodos irregulares, infertilidad y disfunción eréctil, entre otros síntomas. Pero... ¿Qué puede causar estos altos niveles de prolactina?

Ciertas situaciones, aparte del embarazo y la lactancia, pueden hacer que los niveles de prolactina aumenten ligeramente: por ejemplo, ciertos medicamentos para tratar la hiperprolactinemia, el estrés, la epilepsia, la estimulación del pecho, las relaciones sexuales etc. son factores que pueden aumentar la segregación de prolactina en los diferentes tejidos. Normalmente, estos cambios en la cantidad de prolactina en sangre suelen ser leves y temporales y no presentan síntomas relevantes.

Si los niveles de prolactina son mucho más altos de lo normal, en muchos casos suele indiciar que se ha desarrollado un prolactinoma, un tipo de tumor de la glándula pituitaria. Un prolactinoma es normalmente un tumor benigno, pero si no se trata, el tumor puede dañar los tejidos que lo rodean.

No se conoce el origen exacto de los prolactinomas, pero en algunos casos pueden estar relacionados con la genética. Algunas neoplasias pueden aumentar potencialmente la posibilidad de desarrollar este tipo de tumor. En cuanto a la prevalencia, las mujeres tienen más probabilidades de desarrollar un prolactinoma que los hombres, y el diagnóstico suele ocurrir entre los 25 y los 34 años.

Algunos medicamentos que intervienen en la producción de dopamina, un inhibidor de la prolactina, pueden alterar los niveles de la hormona y producir distintos síntomas tanto en hombres como en mujeres.