Las 10 hormonas del embarazo (y sus funciones)
Para un correcto desarrollo del feto y preparar el cuerpo para el parto, el proceso de gestación se acompaña de toda una serie de mecanismos fisiológicos, principalmente se dan una serie de cambios corporales y hormonales en las personas embarazadas.
Estos cambios tienen como consecuencia la aparición de algunas condiciones, un tanto inesperadas, que ocurren de forma frecuente durante el transcurso del embarazo. La presentación de manchas, la retención de líquidos acompañada de hinchazón, el entumecimiento de las piernas, la emocionalidad y la falta de concentración, son algunos ejemplos.
Concretamente, las principales responsables de todas las manifestaciones citadas son las hormonas. Este potente cóctel de mensajeros químicos provoca gran parte de los cambios que ocurren en el cuerpo durante los nueve meses de gestación.
Pero, las hormonas y su equilibrio son fundamentales para la regulación del proceso de gestación y sus etapas; preparan al útero para la implantación y el crecimiento del feto, hacen que las glándulas mamarias produzcan leche y permiten la formación de los huesos del bebé, entre otras funciones importantes.
Las hormonas afectan al crecimiento y el desarrollo, el metabolismo, la función sexual y la reproducción. En este artículo hablaremos de las principales hormonas que intervienen en el embarazo y el parto, explicando detalladamente sus funciones en el proceso de gestación.
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¿Cuáles son las principales hormonas del embarazo?
El equilibrio correcto de hormonas es esencial para un embarazo exitoso. Las hormonas actúan como mensajeros químicos en el cuerpo, enviando mensajes y respuestas de retroalimentación entre diferentes tejidos y órganos. Son capaces de intervenir en las funciones de otras células.
Las hormonas viajan a través del torrente sanguíneo, y se unen a proteínas en las membranas de las células llamadas receptoras. En respuesta, el tejido u órgano objetivo cambia su función para mantener el embarazo. Inicialmente, los ovarios y luego la placenta son los principales productores de hormonas relacionadas con el embarazo. Las hormonas son esenciales para crear y mantener las condiciones adecuadas necesarias para el proceso de gestación.
A lo largo de los nueve meses de embarazo y en el parto intervienen diferentes hormonas, las más conocidas son las denominadas hormonas sexuales: la progesterona y el estrógeno. Sin embargo, el embarazo es un proceso mucho más complejo a nivel endocrinológico, donde intervienen muchísimas más hormonas que hacen posible el correcto desarrollo del feto y preparan el cuerpo para el parto.
A continuación VEREMOS las principales hormonas que tienen su propia función antes, durante y después del embarazo.
1. El estrógeno
El estrógeno es una de las principales hormonas de feminización; ayuda con el desarrollo sexual, incluido el crecimiento de los senos, e inicia y regula el ciclo menstrual de la mujer. También ayuda a mantener la salud ósea y controlar los niveles de colesterol.
El estrógeno es producido por los ovarios y luego por la placenta, y es el responsable del crecimiento del útero. Otras de sus principales funciones son el mantenimiento del revestimiento del útero, la regulación de otras hormonas claves y el control del desarrollo de los órganos del feto. Cuando llega el momento de la lactancia, el estrógeno promueve el crecimiento del tejido mamario y ayuda al flujo de leche.
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2. La progesterona
La progesterona es producida en los ovarios, a los 15 días del inicio del periodo, después de la ovulación. Principalmente, ayuda a regular el ciclo menstrual y, junto con el estrógeno, forma parte de las hormonas denominadas femeninas.
La progesterona se activa poco después de la ovulación para ayudar a la membrana uterina con la implantación del óvulo, en el caso de que haya habido fecundación. Las hormonas progesterona y relaxina pueden causar algunos problemas de origen gastrointestinal, como acidez estomacal, indigestión, estreñimiento e hinchazón.
Combinada con la relaxina, la progesterona ayuda a suavizar los ligamentos y cartílagos y relaja las articulaciones en preparación para el parto. La hinchazón y el sangrado de encías, al igual que la sudoración excesiva, pueden tener su origen en los altos niveles de progesterona.
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3. Hormona estimulante del folículo (FSH)
La FSH es producida por la glándula pituitaria que se encuentra en el cerebro y se dirige a los ovarios para que produzcan óvulos y estrógeno.
La FSH es la primera de una serie de hormonas necesarias para iniciar el proceso de gestación, incluso antes de que se inicie. La FSH estimula el crecimiento de óvulos en los ovarios, aumentando así la producción de estrógeno. El aumento de los niveles de estrógeno le indica al cuerpo que aumente la producción de otra hormona, lo que lleva a la ovulación.
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4. La hormona luteinizante (LH)
La hormona luteinizante también es producida por la glándula pituitaria y trabaja junto a la hormona FSH en la coordinación del ciclo menstrual. Los niveles de la hormona luteinizante aumentan justo antes de la ovulación y son los responsables de la liberación de un óvulo del ovario, que posibilita la posible fecundación.
Las hormonas pueden influir y ser influenciadas. Mientras que la FSH estimula la producción de estrógeno, el estrógeno provoca que la LH rompa el folículo y libere el óvulo. Después de la liberación del ovocito, se crea el cuerpo lúteo que produce estrógenos y progesterona. Si no se produce el embarazo, el cuerpo lúteo se descompone en aproximadamente 14 días, momento en el cual los niveles hormonales de LH disminuyen y comienza el período.
Si el óvulo es fecundado por el espermatozoide, el cuerpo lúteo continúa produciendo las hormonas adecuadas, incluida la progesterona, para madurar el útero y nutrir al feto en desarrollo.
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5. Gonadotropina coriónica humana (HCG)
La gonadotropina coriónica humana es una hormona que solo se produce durante el embarazo.
Por otro lado, la gonadotropina coriónica humana aumenta la producción de estrógeno y progesterona necesaria para la gestación.
La HCG es la sustancia química que se utiliza en las pruebas de embarazo. Al principio de la gestación, los niveles de HCG son bastante bajos, pero pronto empiezan a aumentar de forma considerable; se duplican cada dos días, alcanzan su punto máximo entre las semanas 7 y 12, y los tres meses vuelven a caer. Luego, la placenta es la principal responsable de producir estrógeno y progesterona, aunque la gonadotropina coriónica todavía está presente. De hecho, esta hormona afecta el sistema inmunológico, y hace más susceptibles a las personas embarazadas de sufrir algunas enfermedades infecciosas, como resfriados y gripe.
6. La prolactina
La prolactina, al igual que la hormona gonadotropina coriónica humana y la hormona luteinizante, es producida por la glándula pituitaria. En su nombre se encuentra el vocablo “lact” que hace referencia a su papel principal, que es el de permitir la lactancia.
La función principal de la prolactina es aumentar el tamaño y volumen de los senos y producir la leche necesaria para alimentar al recién nacido en los primeros meses de vida. La prolactina también hace que las glándulas suprarrenales provoquen el crecimiento de cabello en lugares inesperados, como el abdomen y la cara, pero este cabello generalmente desaparece, cuando bajan los niveles, normalmente seis meses después del alumbramiento.
7. El factor de crecimiento placentario (PlGF)
En el embarazo se da un aumento considerable del volumen sanguíneo, entre un 40% y 45% más del normal. Se necesita más cantidad de sangre para alimentar al feto en su desarrollo y, también, para preparar al cuerpo para la pérdida que se produce durante el parto.
El factor de crecimiento placentario es necesario para promover el crecimiento de los vasos sanguíneos, que permiten transportar más sangre.
Una cantidad insuficiente de esta hormona del embarazo puede hacer que los vasos sanguíneos de la placenta se hagan más pequeños en lugar de ensancharse, lo que puede provocar presión arterial alta y posible preeclampsia; la preeclampsia es una condición grave del embarazo que puede generar complicaciones graves, e incluso mortales, tanto para la madre como para el feto, si no se trata a tiempo.
Afortunadamente, la medicina está avanzando en el tratamiento temprano del problema, y los nuevos análisis de sangre y orina están ayudando a medir el factor de crecimiento placentario para la detección precoz.
8. El lactógeno placentario humano
El lactógeno placentario humano (hpl) también se conoce como somatomamotropina coriónica humana. Esta hormona está sólo presente durante la gestación y sus niveles sanguíneos son proporcionales al crecimiento del feto y la placenta. Su principal función tiene que ver con la producción de leche.
El factor de crecimiento placentario es producido por la placenta, y ayuda a preparar los senos para la lactancia, ajustando el metabolismo del cuerpo para alimentar al bebé. Ayuda a producir calostro, que es una sustancia rica en anticuerpos y es la primera leche que producen las glándulas mamarias.
Algunos estudios sugieren que la hpl y el factor de crecimiento placentario son los responsables de la diabetes gestacional que padecen algunas personas durante el embarazo.
9. La relaxina
La relaxina es una hormona que es crucial en el proceso reproductivo femenino. Sus niveles aumentan trás la ovulación y ayudan a preparar la pared uterina para la implantación del óvulo. Si no se produce el embarazo ese mes, los niveles de relaxina vuelven a bajar hasta el siguiente ciclo menstrual.
En el embarazo, la relaxina realiza diferentes tareas, pero principalmente prepara el cuerpo para el parto. En primer lugar, ayuda a relajar los huesos, las articulaciones, los ligamentos y los músculos de la pelvis de la mujer. Esto se hace para facilitar el trabajo de parto y el nacimiento. Además, la relaxina también alarga y suaviza el cuello uterino, para ayudar al alumbramiento.
10. La oxitocina
El hipotálamo es el responsable de producir oxitocina, que es importante para el embarazo y fundamentalmente para el parto. La oxitocina está presente durante todo el proceso de gestación, pero es sobre todo conocida por provocar las contracciones musculares del útero que permiten el alumbramiento. Si el parto es demasiado lento, se puede administrar la versión sintética de oxitocina para acelerar el trabajo. Después de dar a luz, la oxitocina ayuda a que el útero recupere su forma y también mueve la leche hacia los senos.