¿Para qué sirve el diazepam?
El diazepam, cuyo nombre comercial es Valium, es uno de los psicofármacos más utilizados en el ámbito de la psiquiatría, y si bien presenta una serie de efectos secundarios a tener en cuenta y puede generar adicción, bien utilizado puede contribuir mucho al tratamiento de ciertas enfermedades.
Aquí veremos para qué sirve el diazepam y cuáles son los trastornos en los que se usa este fármaco.
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¿Qué es el diazepam y para qué se utiliza?
El diazepam, llamado a veces metildiazepinona o diacepin, fue creado a mediados del siglo XX. Quien lo sintetizó fue el químico de origen polaco Leo Henryk Sternbach, mientras trabajaba para la empresa farmacéutica suiza Hoffmann-La Roche. Sternbach llegó a ser elegido en 2005 para formar parte del National Inventors Hall of Fame.
Hay diversos trastornos en los que se usa el diazepam, un medicamento derivado de la 1,4-benzodiazepina, siendo un modulador alostérico positivo de unos receptores transmembrana (los responsables de la mayor parte de las actividades a nivel fisiológico del aminoácido no proteico de GABA en el sistema nervioso central o SNS). Es importante mencionar que el diazepam tiene propiedades ansiolíticas, anticonvulsivantes, miorrelajantes y sedantes.
Entre los trastornos en los que se utiliza el diazepam se encuentran diversos trastornos de la ansiedad, agitación y tensión a nivel psíquico, así como también para paliar algunos síntomas producidos por el síndrome de abstinencia por el cese del consumo de alcohol, entre muchos otros. Además, el diazepam es la benzodiacepina que posee el mayor grado de efectividad para tratar los espasmos musculares.
Suele ingerirse por vía oral, llegando a absorberse en el tracto gastrointestinal, y normalmente comienza a hacer efecto entre los 15 y los 45 minutos tras haberse administrado por vía oral, llegando a eliminarse por la vía renal o hepática. La dosis habitual del diazepam suele oscilar entre los 5 y los 10 mg; mientras que se suele recomendar que la dosis máxima no supere los 40 mg al día. Además, el tratamiento se recomienda que tenga una duración lo más corta que sea posible (máximo entre 8 y 12 semanas), incluyendo su retirada gradual.
Los efectos que provoca cuando se ingiere para tratar los trastornos en los que se usa el diazepam son deprimiendo el proceso de la conducción nerviosa por algunas neuronas del sistema nervioso central, provocando así desde un leve efecto sedante hasta, en casos extremos, producir el coma si se ingieren grandes cantidades de este medicamento.
Cabe destacar que para tratar los trastornos en los que se usa el diazepam, este medicamento debe haberse recetado por un médico especialista tras una revisión completa y un diagnóstico adecuado, con el fin de que se utilicen correctamente, ya que este no es un medicamento de venta libre debido a la peligrosidad de su consumo sin receta, al igual que ocurre con el resto de benzodiacepinas y con otros psicofármacos como otros ansiolíticos, los antidepresivos, los antipsicóticos, etc.
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Trastornos en los que se usa el diazepam
Como habíamos mencionado, existen diversos trastornos en los que se usa el diazepam, entre los que cabe destacar los que vamos a explicar a continuación, variando las dosis en función de la gravedad del trastorno y la recomendación del médico.
1. Trastornos de ansiedad
Entre los trastornos en los que se usa el diazepam quizás sean los más comunes los diferentes trastornos de ansiedad, así como también para episodios en los que una persona sufra una sintomatología grave de ansiedad, tensión psíquica o agitación que haya sido producida por estados psiconeuróticos o por trastornos situacionales de duración transitoria.
Cuando se trata la ansiedad con diazepam normalmente se toman por la noche, antes de ir a dormir, debido a que producen un efecto hipnótico y sedante, más que un efecto ansiolítico, por lo que cuando una persona lo toma suele sentir somnolencia de manera rápida.
Para los trastornos de ansiedad suele recetarse entre 2 a 10 mg de diazepam en 2 a 4 tomas al día, variando en función de la gravedad de los síntomas. Es recomendable que no se superen los 30 mg de diazepam en el consumo total diario.
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2. Abstinencia del alcohol
Uno de los trastornos en los que se usa el diazepam es para el alivio de los síntomas por la abstinencia al alcohol (taquicardias, diaforesis, temblores, hipotensión ortostática y agitación), cuando se ha comenzado una deprivación alcohólica aguda.
En el caso de la abstinencia al alcohol suele recetarse 10 mg de diazepam en 3 a 4 tomas durante las primeras 24 horas, siendo aconsejable que se vaya reduciendo a 5 mg y hasta dos tomas al día.
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3. Síndrome de la persona rígida
El síndrome de la persona rígida es otro de los trastornos en los que se utiliza el diazepam. Dicha alteración está caracterizada por el padecimiento de un episodio de rigidez y también espasmos de los músculos de las extremidades y del tronco. Cuando una persona sufre este síndrome es frecuente que padezca una sensibilidad mayor al tacto y al ruido. Además, pueden llegar a adoptar una postura poco común.
En el tratamiento de este síndrome normalmente suelen recetarse el diazepam u otro tipo de benzodiazepinas, o también puede recetarse un relajante muscular como el baclofeno con el fin de tratar los espasmos y la rigidez muscular sufrida. En algunos casos también se recetan medicamentos anticonvulsivos.
4. Convulsiones
Otro de los trastornos en los que se usa el diazepam es para la epilepsia, siendo normalmente un medicamento que se utiliza complementariamente con los medicamentos anticonvulsivos para tratar las convulsiones producidas en personas que padecen estados epilépticos.
Cuando se utiliza el diazepam como coadyuvante para la terapia anticonvulsiva suele recetarse de 2 a 10 mg de este medicamento, debiendo ser administrados entre 2 a 4 tomas al día, no debiendo aumentar la dosis que haya sido prescrita por el médico que recetó su toma. En este caso no se debería superar la cantidad de 10 a 20 mg al día en el consumo total diario de diazepam.
No obstante, algunos estudios han encontrado mejores resultados administrando lorazepam por vía intravenosa en lugar de diazepam.
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5. Insomnio
Por último, otro de los trastornos en los que se usa el diazepam es el insomnio, estando este trastorno causado normalmente por otros problemas de salud mental o física (p. ej., trastornos del estado de ánimo, estrés, dolor crónico, algunas parasomnias, etc.).
Cabe destacar que cuando una persona sufre insomnio existen técnicas psicológicas de relajación que han demostrado bastante eficacia y deberían acompañarse con el consumo de diazepinas en el caso de que su médico le haya recetado este medicamento para el insomnio.
También es importante que se cuide mucho la higiene del sueño para ayudar a conciliar el sueño siguiendo una serie de pautas: evitar las siestas, manteniendo unos horarios estable para acostarse y despertarse, crear un ambiente adecuado en la habitación, cenar ligero, evitar el consumo excesivo de café y evitar el uso de pantallas como la del teléfono móvil antes de dormir.
Si se ponen en marcha técnicas de relajación y de meditación a la hora de irse a dormir, así como también las pautas de higiene del sueño, será más probable que revierta el insomnio y se pueda lograr con el tiempo un sueño de calidad sin el consumo de diazepam. También cabe decir que normalmente se suele ir disminuyendo progresivamente la cantidad consumida de este medicamento.
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Posibles efectos secundarios del consumo de diazepam
Después de haber visto los trastornos en los que se usa el diazepam, consideramos que conveniente mencionar que es un medicamento que debe consumirse con precaución y, por supuesto, nunca debería tomarse sin receta médica. Aunque por desgracia, su venta libre en el mercado negro ha aumentado y muchas personas consumen este tipo de medicamentos a su libre albedrío sin pensar en lo peligroso que puede llegar a ser el abuso del diazepam.
Si se consumen unas dosis altas de diazepam durante un largo periodo de tiempo es probable que se desarrolle tolerancia a sus efectos farmacológicos, por lo que si se suspende de manera brusca podrían desarrollarse diversos problemas a nivel psicológico como trastornos depresivos, insomnio, salivación en exceso y nerviosismo. Además, el síndrome de abstinencia al diazepam puede desencadenar diversas complicaciones como manifestaciones psicóticas, estados confusionales agudos o convulsiones, entre otras. Por otro lado, es desaconsejable su consumo durante el embarazo y la lactancia.
Entre los posibles efectos secundarios causados por el consumo de diazepam se encuentra la somnolencia, sedación, vértigo, ataxia, hipotensión, cambios en la líbido y también trastornos a nivel gastrointestinal. Por otro lado, existen casos en lo que el diazepam ha causado una reacción paradójica, de manera que desencadenó síntomas de agresividad y/o excitación, habiendo llegado a producirse en la mayoría de los casos en personas de edad avanzada y niños, por lo que con este tipo de población se debe tener una precaución mayor.
Además, el diazepam está contraindicado en personas que presenten insuficiencia respiratoria, hepática y renal, glaucoma, miastenia gravis o depresión respiratoria. Tampoco debe utilizarse si se tiene hipersensibilidad a las benzodiazepinas. Cuando se esté en tratamiento con diazepam es importante que no se ingieran bebidas alcohólicas debido a que aumentan los efectos sedantes.
Como podemos ver, más allá de los trastornos en los que se usa el diazepam, siempre bajo receta médica, no deja de ser un medicamento con el que se debe tener mucha precaución a la hora de tomarlo debido a la cantidad de efectos adversos que puede llegar a provocar. Por ello, conviene seguir todas las indicaciones del médico y no excederse con las cantidades; siendo muy importante que si se llegara a experimentar cualquier síntoma o sensación anómala y/o adversa se debe contactar con un médico de inmediato para buscar la solución antes de que se pueda sufrir un daño mayor.
También cabe señalar que el diazepam no debería ser sustitutivo de la terapia psicológica para los trastornos de ansiedad, debido a que la psicoterapia ha demostrado mejores resultados a largo plazo, sin llegar a provocar efectos secundarios, además de ser menos costosa.