Síndrome de la cabeza explosiva: síntomas, causas y tratamiento
En los últimos años las parasomnias, conocidas por pertenecer a un grupo de alteraciones del sueño, han sido diagnosticadas con mayor frecuencia, siendo más comunes en la infancia y la adolescencia, aunque se han encontrado diversos casos en los que han persistido durante la etapa de la adultez, por lo que es conveniente continuar investigando en este campo de los trastornos del sueño.
El síndrome de la cabeza explosiva es un tipo de parasomnia que está caracterizado por un despertar de forma súbita en el que la persona está experimentando un dolor de cabeza de forma intensa y también percibe en su cabeza un fuerte sonido. A su vez también es frecuente que se experimenten destellos brillantes en la visión.
En este artículo explicaremos con mayor detalle el síndrome de la cabeza explosiva y diversos factores relevantes asociados a esta parasomnia, ya que cabe preguntarse cuáles son sus causas y también si existe algún tipo de tratamiento.
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¿Qué es el síndrome de la cabeza explosiva?
El síndrome de la cabeza explosiva es una parasomnia menos reconocida a nivel diagnóstico que otras como el sonambulismo, los terrores nocturnos o el bruxismo, entre otras, por lo que también cuenta con un menor número de investigaciones y además no se encuentra clasificado dentro de las manuales diagnósticos más importantes sobre los trastornos mentales como el DSM-5 o el CIE-11. Sin embargo, en los últimos años ha ido cobrando un mayor interés entre los investigadores del campo de los trastornos relacionados con el sueño y el descanso.
El síndrome de la cabeza explosiva (exploding head syndrome) es una parasomnia poco prevalente entre la población que fue diagnosticada por primera vez en el año 1988 a un paciente que experimentaba con cierta frecuencia sonidos desagradables y fuertes dentro de su propia cabeza (por ejemplo, un estruendo o una explosión) como si procediera de allí realmente, siendo una alucinación auditiva. Por otro lado, uno de los síntomas más frecuentes de esta parasomnia es la experimentación de un tipo de descarga eléctrica en la cabeza.
También pueden experimentarse destellos de los brillantes a nivel visual o incluso sensaciones de hormigueo por todo el cuerpo. Todo ello es común que genere en la persona nerviosismo y ansiedad, pudiendo llegar a experimentar taquicardias. Dichos ataques suelen experimentarse normalmente cuando los pacientes tratan de dormir o cuando acaban de despertarse, y suele haber fluctuaciones continuas a lo largo del tiempo, en el sentido de que en ocasiones descienden los síntomas y en otras vuelven a aumentar, pudiendo haber periodos de tiempo en los que estos síntomas hayan remitido por completo.
Cuando los pacientes experimentan los síntomas asociados al síndrome de la cabeza explosiva también suelen sufrir altos niveles de ansiedad y un notable aumento del ritmo cardiaco a causa del temor por no saber lo que les ocurre o lo que estos síntomas podrían llegar a desencadenar, así como también por la impotencia sentida durante y después de sufrirlos.
A pesar del malestar que genera, el síndrome de la cabeza explosiva por lo general no ha sido considerado como un trastorno de suma gravedad, puesto que normalmente no suele incapacitar a las personas que lo padecen en su día a día y los síntomas no suelen persistir a lo largo del día, aunque sí se han encontrado casos en lo que los síntomas han afectado negativamente en el día a día de quienes los padecen, por lo que podrían existir diferentes grados de gravedad con respecto a esta parasomnia.
Este síndrome relacionado con los trastornos del sueño suele diagnosticarse con mayor frecuencia en personas adultas y suele tener una mayor prevalencia en mujeres que en hombres.
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El síndrome de la cabeza explosiva en adolescentes
El síndrome de la cabeza explosiva es una parasomnia que, a diferencia del resto de parasomnias, tiende a desarrollarse con mayor frecuencia en personas mayores de 50 años; sin embargo, una investigación encontró que también puede afectar a adolescentes.
En dicha investigación se hizo una encuesta a 211 adolescentes acerca de los síntomas experimentados cuando se padece el síndrome de la cabeza explosiva. Los resultados mostraron que el 18% de la muestra afirmó que había experimentado esos síntomas al menos una vez. En algunos casos, había llegado a experimentar estos síntomas con mayor frecuencia e incluso llegaron a causarles graves molestias que afectaron negativamente en sus actividades rutinarias.
En otro casos, esta parasomnia se daba con una comorbilidad con otro trastorno, como por ejemplo la parálisis del sueño, de forma que esas personas además de padecer los síntomas asociados al síndrome de la cabeza explosiva también experimentaron una incapacidad por un tiempo determinada para realizar cualquier tipo de movimiento de forma voluntaria durante el periodo de transición entre el sueño y la vigilia.
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Causas
Las causas o la etiología del síndrome de la cabeza explosiva a día de hoy se desconocen; sin embargo, algunas investigaciones al respecto han desarrollado la hipótesis de que esta parasomnia podría estar estrechamente correlacionada con el hecho de padecer fatiga extrema o el estar sufriendo estrés prolongado.
Tampoco se conoce con certeza cuál es el mecanismo a nivel fisiológico de esta parasomnia, aunque existen diversas teorías como la que considera la hipótesis acerca de que el síndrome de la cabeza explosiva podría darse a causa de un repentino movimiento de la trompa de Eustaquio o del oído medio. También existe otra hipótesis que considera que es una parasomnia producida como consecuencia de algún ataque a nivel cerebral y, más concretamente, en la zona del lóbulo temporal, parte en la que se ubican las células del sistema nervioso central asociadas con la audición.
Debido a que no se tiene una teoría de referencia que permita determinar las causas y los factores predisponentes para el desarrollo del síndrome de la cabeza explosiva sería necesario que se realicen más investigaciones al respecto, por lo que aún queda mucho camino por recorrer.
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¿Existe un tratamiento para el síndrome de la cabeza explosiva?
En un ensayo clínico que se realizó en el año 2018 acerca de los tratamientos que podrían ser más efectivos para abordar el síndrome de la cabeza explosiva se encontró que el tratamiento psicológico podría ayudar a disminuir la frecuencia de los episodios relacionados con este síndrome si estaba orientado a la reducción de los síntomas de ansiedad y temor por los episodios, así como una intervención psicoeducativa aportando toda la información relevante con respecto a esta parasomnia y en relación a una serie de pautas de autocuidado que los pacientes debían seguir.
Entre las técnicas psicológicas más destacadas para el tratamiento del síndrome de la cabeza explosiva cabe destacar las técnicas de relajación (p. ej., relajación muscular progresiva de Jacobson o el entrenamiento autónomo) para los síntomas de ansiedad y las taquicardias, así como las terapias que ayuden a gestionar el estrés, debido a la correlación que se ha postulado que este podría tener con el síndrome de la cabeza explosiva (p. ej., desensibilización sistemática); también se podría probar el tratamiento con mindfulness o cualquier modalidad de meditación para el estrés y la ansiedad.
Para el autocuidado del paciente sería importante ayudarle con una serie de pautas que mejoren su higiene del sueño (p. ej., mantener un horario fijo para irse a dormir, evitar el consumo y/o exceso de cafeína, procurar evitar el consumo de alcohol, no realizar ejercicio físico a altas horas, no realizar cenas copiosas que dificulten un descanso reparador, etc.).
También se han encontrado algunos beneficios en cuanto a la reducción de la sintomatología asociada al síndrome de la cabeza explosiva mediante un tratamiento farmacológico a través de la administración de algunos antidepresivos (amitriptilina, clomipramina), bloqueadores de calcio (flunarizina, nifedipina), antiepilépticos (topiramato) o anticonvulsivos (carbamazepina).
Un buen plan de intervención para el síndrome de la cabeza explosiva podría ser la combinación del tratamiento psicológico junto al farmacológico, aunque todavía se precisan más estudios que demuestren su eficacia, al igual que ocurre con la investigación sobre las causas de esta parasomnia.