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¿Qué es una macrocontingencia?


Una empresa es un ente cambiante que va creciendo, modificándose y adaptándose a las condiciones del ambiente y a las de sus propios componentes.

Dentro de estas condiciones aparecen diferentes contingencias y también lo que se conoce como macrocontingencia. Vamos a indagar acerca de esta cuestión para entender mejor el concepto, saber cómo se genera y cuáles son las repercusiones que tiene en la organización.

¿Qué es la macrocontingencia?

Para poder hablar acerca de la definición de la macrocontingencia, se hace necesario clarificar previamente una serie de conceptos relacionados con este. Para empezar, debemos situarnos en el contexto al que nos estamos refiriendo, que es el de las prácticas culturales de una empresa, o lo que es lo mismo, cultura empresarial.

La cultura empresarial se refiere a la acumulación de conductas, formas de pensar, creencias, valores, normas, etc., que tienen en común todos los componentes de la empresa en cuestión y que conforman una línea general y, por lo tanto, la cultura propia de esta organización.

Partiendo de esta base, es fácil comprender que la cultura de la empresa va a ser única para cada compañía. Podrá haber algunas que se parezcan más o menos, pero las peculiaridades de cada organización harán que, en última instancia, siempre cuenten con elementos diferenciadores. Lo mismo ocurrirá con la macrocontingencia, como veremos más adelante.

Por tanto, dentro de cada una de esas prácticas culturales (o cultura de empresa), vamos a encontrar formas habituales de comportamiento dentro de la organización. Cada una de esas formas de comportarse es lo que se conoce como macroconducta. Cuando todos los individuos de la empresa actúan conforme a estos patrones, dan lugar a unos resultados concretos, es ahí donde surge la macrocontingencia.

La macrocontingencia es, por lo tanto, la relación que se genera entre los elementos que componen la cultura empresarial y el conjunto de todos los resultados a las que esas macroconductas dan lugar. En este punto es importante tener en cuenta que ese conjunto, es decir, la suma de todos los efectos de las conductas, es mayor que la acumulación de los mismos.

En otras palabras, el total es mayor que la suma de las partes, puesto que en ese resultado final se tienen también en cuenta las interacciones que se dan entre los diferentes componentes. Todos estos factores son los que, en consecuencia, dan lugar a que cada empresa cuente con una macrocontingencia determinada, única y diferente a la de todas las demás corporaciones.

Macrocontingencias en la empresa

Diferencia entre macrocontingencia y metacontingencia

Existe un concepto asociado a todos estos procedimientos, que es el de la metacontingencia. Es importante conocerlo también para así distinguirlo de la macrocontingencia y saber cuáles son las características de uno y de otro, lo que nos permitirá entender mejor esta cuestión.

La metacontingencia entra en juego en un nivel anterior. Veíamos que todas las conductas implicadas en la cultura empresarial generan una interacción entre ellas que se suma al resultado global. Cada una de esas conductas, en relación a los efectos que tiene sobre el efecto de la cultura empresarial y a su vez, sobre las probabilidades de que el propio comportamiento en cuestión se repita a lo largo del tiempo, es lo que se llama metacontingencia.

Por lo tanto, se observan diferencias importantes entre ese fenómeno y el de la macrocontingencia. Para empezar, la macrocontingencia estaría haciendo referencia a la imagen global de todos aquellos elementos comportamentales que hemos visto que conformaban la cultura de la empresa, además de las propias interacciones y efectos añadidos que surjan de la combinación de varios de ellos.

En contraposición, la metacontingencia se referiría a una de esas conductas en concreto, no a su conjunto. Además, estaría teniendo en cuenta no solamente las posibles interacciones que pudiera estar realizando con otros comportamientos que formasen parte de la cultura empresarial, sino también cómo de probable sería que, en función de dicha interacción, volviese a repetirse en el futuro.

Sin embargo, la macrocontingencia no se refiere a ese tipo de predicciones probabilísticas, sino que, como hemos visto, hace una foto general de todos los elementos y sus relaciones, para explicar el resultado final que encontramos. Son cuestiones que nos permiten situar en planos diferentes estos dos elementos que, aunque guarden relación, son independientes.

Además, cuando hablamos de la probabilidad de que una conducta de la cultura empresarial se repita, en función de los resultados que genere, dentro del contexto de la metacontingencia, podemos introducir un elemento nuevo que sería el de la selección cultural. Al igual que ocurre con los procesos de selección natural con los organismos vivos, este fenómeno tendría un funcionamiento similar.

En ese sentido, aquellas conductas que se adaptan al entorno de la empresa y por lo tanto promueven resultados satisfactorios tendrán más probabilidades de “sobrevivir” y repetirse más adelante frente a otras cuyas consecuencias no sean tan positivas para el funcionamiento de la organización. Recordemos que el concepto de la selección cultural está asociado a la metacontingencia y no a la macrocontingencia.

Críticas al modelo de la macrocontingencia

Los conceptos que hemos visto hasta ahora provienen de una propuesta realizada por la autora Sigrid S. Glenn, especialmente en su estudio de 2004. Sin embargo, aunque dicho modelo ha gozado de una cierta popularidad, también han surgido otras propuestas alternativas que tratan de explicar los fenómenos asociados a la macrocontingencia desde otra vía.

Es el caso del trabajo de Diana Delgado, de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, en 2012. Esta autora afirma que los modelos utilizados generalmente para tratar el comportamiento y la cultura empresarial, como es el de Glenn, ponen demasiado peso en lo que llama seleccionismo. Para Delgado, este seleccionismo estaría limitando la evolución de esta teoría y por lo tanto se haría necesaria una revisión de diferentes componentes.

Uno de los conceptos que esta autora revisa en su estudio es precisamente el de la macrocontingencia. El objetivo de Delgado es hacer una simplificación de toda esta teoría acerca de la cultura empresarial de manera que, aún con una menor complejidad, permita seguir realizando predicciones válidas sobre esta cuestión en referencia a las conductas organizacionales.

Una de las críticas que Delgado hace respecto al modelo de Glenn es precisamente la utilización del símil de la selección natural para hablar de la selección cultural. Para ella, esta comparativa no se ajusta del todo a la realidad que pretende describir, y dificultan la posible definición del concepto de unidad de selección cultural y unidad de análisis, que no quedan totalmente claros en el modelo original.

Para poder acabar con dichas inconsistencias, y clarificar así tanto la macrocontingencia como el resto de elementos, Delgado propone una serie de cuestiones que profundizan en la problemática y se plasman en varias propuestas. Una de ellas es precisamente la de dar una definición concreta a esa unidad de selección cultural de la que hablábamos, que se hace necesaria para poder eliminar ambigüedades al respecto.

También habla de la importancia de dejar claro si al plantear las relaciones entre las conductas que forman la cultura de la empresa, se trata de una problemática que pertenece a la ciencia del comportamiento o por el contrario debería estudiarse desde otro prisma. Por otro lado, ve la necesidad de replantear todos los conceptos que se utilizan en el estudio de Glenn, incluyendo el de la macrocontingencia.

El objetivo sería analizar todos esos elementos para poder sacar conclusiones acerca de la necesidad de todos ellos y tener una definición concreta de aquellos que resulten imprescindibles para el nuevo modelo propuesto para estudiar la cultura empresarial desde una perspectiva actualizada. El último de los puntos que Delgado trata de estudiar es el de las relaciones que se establezcan entre todos esos elementos.

Centrándonos ahora únicamente en las observaciones que dicha autora realiza sobre el concepto de macrocontingencia, la autora pone en duda que ese resultado global de las conductas y sus relaciones al que se refiere dicho término, en realidad podría no estar diferenciado del propio conjunto de contingencias.

Por ello, prefiere simplificar el modelo y no utilizar, por un lado, el concepto del grupo de contingencias y por el otro, el de macrocontingencia, pues a través de los datos aportados en el estudio afirma que no existen diferencias palpables entre ambos como para utilizarlos por separado, ya que dificultan innecesariamente la estructura del modelo, pudiendo ser más sencillo.