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Las 4 partes del riñón más importantes, y sus funciones


El sistema urinario es el responsable de la formación, conducción y almacenamiento de orina, un líquido de color amarillento por todos conocido que se obtiene como resultado de la depuración y filtrado de la sangre del individuo.

Este mecanismo es esencial para la manutención del equilibrio en los fluidos orgánicos, así como para la eliminación de sustancias tóxicas e incluso el mantenimiento de la presión arterial. Por ello, no es sorpresa para nadie el conocer que los seres humanos excretamos una media de litro y medio de orina por día, dependiendo de los alimentos y líquidos ingeridos.

No podemos hablar del sistema urinario sin posar los ojos y la mente en los riñones, pues son uno de los dos únicos componentes que forman a este aparato, junto con las vías urinarias. A pesar de que todo humano tiene una visión general sobre este par de interesantes órganos, los riñones guardan muchos más secretos de lo que en un principio podría parecer. Por ello, hoy te hablamos sobre las partes del riñón y sus funciones.

Partes del riñón y sus funciones: más allá de la formación de orina

Si pensamos en el sistema urinario, lo primero que nos viene a la mente es la producción de orina (lógico, pues esta palabra está incluida en el primer término). Aún así, los riñones no limitan su funcionalidad a la depuración sanguínea. Por ello, en primera instancia, te mostramos todas las actividades que realizan los riñones para el equilibrio fisiológico y metabólico de los seres humanos:

  • Regulación del volumen y osmolaridad (concentración de partículas) de los líquidos corporales. Esto se consigue equilibrando la concentración de iones y agua.
  • Excreción de productos de desecho, ya sean producto del funcionamiento celular normal o por la entrada de agentes extraños en el cuerpo.
  • Síntesis de glucosa a partir de aminoácidos y otros precursores. Supone el 10 % de la producción de este monosacárido a nivel corporal.
  • Regulación de la eritropoyesis (producción de glóbulos rojos) mediante la secreción de la hormona eritropoyetina.
  • Regulación de la presión arterial mediante la secreción de factores vasoactivos como la renina (implicada en la formación de la angiotensina II)
  • Regulación del balance ácido-base, principalmente mediante la excreción de sustancias ácidas. Esto es esencial para mantener el pH interno equilibrado.
  • Producción de la 1,25-dihidroxivitamina D3 (vitamina D activada), esencial para mantener los niveles de calcio en los huesos adecuados.

Como podemos ver, estamos ante unos órganos multidisciplinares, pues no solo se encargan de la eliminación de sustancias, sino que también son responsables de la síntesis de azúcares como la glucosa y hormonas como la renina, eritropoyetina o calicreína, todas con funciones diferentes sobre el organismo.

Resulta increíble pensar que un par de órganos que no suponen más del 1 % del peso corporal de una persona puedan llegar a ser tan claves para su supervivencia, ¿verdad? Todo esto se pone más en perspectiva cuando descubrimos que, por ejemplo, la irrigación riñonal supone aproximadamente un 22 % del gasto cardíaco. El volumen de sangre que pasa por estas estructuras en cualquier momento dado es, por lo tanto, un valor para nada desdeñable.

Una vez hemos cimentado la funcionalidad de estas increíbles estructuras, sumerjamonos en su característica morfología.

Partes del riñón

1. Tejidos protectores externos

Vamos a comenzar desde fuera e ir diseccionando la masa del riñón poco a poco. En primer lugar, es necesario acotar que cada uno de estos dos órganos está rodeado por tres capas de tejido diferentes:

  • La más externa se conoce como la cápsula renal, una membrana transparente, fibrosa y contínua que sirve para proteger al riñón de posibles infecciones.
  • Una cápsula adiposa, es decir, una capa de grasa de grosor variable que protege al riñón de golpes y traumas y que lo mantiene en su puesto en la cavidad abdominal.
  • La fascia renal, una capa de tejido conjuntivo que separa la cápsula adiposa de la grasa pararrenal.

Es de especial importancia recordar a los lectores que este sistema, al no estar en contacto de forma directa con el medio ambiente, no tiene un microbioma o agentes bacterianos asociados beneficiosos a sus funciones. Para ello tenemos estos tejidos protectores, con la finalidad de que no se cuelen agentes patógenos y generen las temidas infecciones de orina.

2. Corteza renal

Esta capa responde a la parte más externa del riñón. Tiene un centímetro de grosor y presenta una coloración rojo parduzco. Este área contiene el 75 % de los glomérulos, que son una red de pequeños capilares sanguíneos por los que se produce la depuración y la filtración del plasma sanguíneo, como primera parte del proceso formador de orina.

Por ello, la corteza renal recibe el 90 % del flujo sanguíneo que entra a estos órganos y presenta una función de filtración, reabsorción y secreción. Cabe destacar que esta capa más externa no se encuentra separada longitudinalmente de la médula renal, ya que se producen hacia ellas una serie de protrusiones denominadas columnas renales.

3. Médula renal

La médula renal, por su parte, está situada en un punto más profundo del riñón y presenta una mayor complejidad morfológica, pues está compuesta por unas unidades de aspecto cónico (con la base dirigida a la corteza) denominadas pirámides renales. Estas están divididas entre ellas por columnas renales y su número varía entre 12 y 18. Por ello, podemos decir que el riñón humano es un órgano multilobulado.

El vértice de cada pirámide renal desemboca en un cáliz menor, y la unión de varios de ellos dan lugar a los cálices mayores, los cuales se unen para generar la pelvis renal. Tenemos que imaginar esta estructura como si de un árbol se tratara: la pelvis renal es el tronco, y los cálices cada una de las ramificaciones que desembocan en grandes hojas (las pirámides renales).

Por último, es necesario acotar que la pelvis renal corresponde a la sección del uréter, por lo tanto, la orina viajará por aquí hasta la vejiga, donde se acumulará hasta su vaciamiento por el proceso de micción por todos conocido.

4. La nefrona

Parecía que este momento no iba a llegar, pero no podemos dejarnos en el tintero a la nefrona: la unidad estructural y funcional básica del riñón, donde se filtra y purifica la sangre. Para poner las cosas en perspectiva diremos que hay una media de 1.200 millones de nefronas en cada riñón, las cuales filtran la friolera de 1.1 litros de sangre por minuto.

Por mucho que resulte extremadamente complicado realizar una imagen mental de esta estructura tan compleja, te vamos a describir sus partes de forma somera:

  • Glomérulo/ corpúsculo renal: ya nombrado anteriormente, es el conjunto de capilares donde se produce el aclaramiento del y filtración del plasma sanguíneo.
  • Cápsula de Bowman: Esfera hueca en la que se realiza el filtrado de las sustancias que se van a excretar. Envuelve al glomérulo.
  • Túbulo contorneado proximal: su función es aumentar la superficie de reabsorción y secreción de sustancias.
  • Asa de Henle: un tubo en forma de horquilla que conduce desde el túbulo contorneado proximal hasta el túbulo contorneado distal.
  • Túbulo contorneado distal: tubo permeable a iones que recoge sustancias de desecho que no fueron filtrados inicialmente a la cápsula de Bowman.

Por lioso que pueda parecer todo este conglomerado terminológico, la idea que ha de quedar clara es que la nefrona es una unidad funcional altamente especializada con el fin de realizar el filtrado sanguíneo. Esto se recoge en cuatro sencillos pasos: filtración, secreción tubular, reabsorción tubular (reciclaje de nutrientes y sustancias tales como glucosa, aminoacidos, 60-70% potasio y 80% bicarbonato) y excreción, es decir, el vaciamiento de la nefrona.

Cabe destacar que, a partir de los 40 años de edad, se pierde una media del 10 % de las nefronas cada 10 años. Esto sucede ya que los riñones no son capaces de regenerarlas. Aún así, se ha visto que las nefronas restantes se adaptan para mantener un funcionamiento renal adecuado dentro de los límites de la normalidad.

Conclusión

Como hemos podido ver, no solo las partes del riñón y sus funciones son altamente complejas, sino que cada uno de estos órganos está formado por millones de pequeñas maquinarias de filtrado individuales: las nefronas.

Debemos de ver el proceso de filtrado y generación de la orina como una maquinaria en forma de árbol: desde los pequeños capilares denominados glomérulos, donde se produce el filtrado sanguíneo al nivel más microscópico posible hasta la pelvis renal (lugar de recogida de los riñones a la vejiga), la orina sufre una serie de cambios y reabsorciones que desembocan en el líquido amarillento a expulsar.

Referencias bibliográficas:

  • Rodrigues, C. F. S., Olave, E., Gabrielli, C., & Sousa, L. M. C. (1997). Consideraciones anatómicas sobre la fusión renal: relato de un caso. Revista chilena de anatomía, 15(1), 51-55.
  • Cachofeiro, V., Lahera, V., & Tresguerres, J. A. (1999). Aspectos anatomofuncionales del riñón. HUMANA, 374.
  • Anatomía del aparato urinario, stanfordchildrens.org. Recogido a 9 de septiembre en https://www.stanfordchildrens.org/es/topic/default?id=anatomyoftheurinarysystem-85-P04568
  • Sistema urinario, Laboratorio de Antropología Física y Anatomía Humana. Recogido a 9 de septiembre en http://www.anatomiahumana.ucv.cl/morfo2/ren.html