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Los 10 beneficios que aporta la educación emocional


Los seres humanos vivimos constantemente rodeados de emociones propias y ajenas. En el campo de las relaciones sociales sanas nuestra tarea consiste en saber identificarlas, analizarlas, entenderlas y actuar en consecuencia y de manera relativamente adaptativa, aunque esto no siempre sea fácil.

De hecho, la gestión emocional es en ocasiones una labor mucho más compleja de lo que a simple vista parece y en la que algunas personas se encuentran con cierta dificultad.

Educar los posibles déficits emocionales en las personas que lo necesitan (y de cualquier edad) se convierte en un objetivo imprescindible, ya que solo de esta manera lograrán superar sus limitaciones y errores recurrentes que puedan cometer a nivel emocional en su vida diaria.

La educación emocional es un área de la psicología que ha sido ampliamente estudiada durante las últimas décadas y que consiste en trabajar y enseñar aquellas competencias y habilidades necesarias para gestionar de manera satisfactoria las emociones propias o ajenas.

Teniendo en cuenta que la educación emocional es de gran importancia para relacionarnos correctamente con el entorno, repasemos sus principales beneficios.

¿Cuáles son los beneficios que nos brinda la educación emocional?

En el ámbito educativo, la educación emocional tiene cada vez un peso más específico gracias a la gran cantidad de ventajas y aspectos positivos que aporta en la persona que pasa por ella. A continuación destacamos los más importantes.

1. Educa sobre prejuicios

En el mundo de las relaciones y las emociones humanas existen una serie de prejuicios acerca de la experimentación y expresión de emociones que solamente pueden superarse con éxito gracias a una buena educación emocional, sobre todo en la infancia y en la adolescencia.

Por ejemplo, las personas que justifican estereotipos vinculados a los roles de género y la creencia de que existen emociones o sentimientos propios de hombres o de mujeres presentan señales inequívocas de una mala educación emocional.

Afortunadamente, es posible liberarse de estos prejuicios mediante un proceso educativo en el que la persona aprenda que todo el mundo puede experimentar todo tipo de emociones, y no hay ningún problema con ello.

2. Identificación de emociones

Como se ha indicado, la identificación de emociones es uno de los elementos esenciales que se traban en la educación emocional. Esta consiste en ser capaz de reconocer aquellas emociones tanto propias como ajenas que puedan ser negativas o generar un malestar en el individuo que las siente.

Tanto si se trata de emociones positivas o negativas, saber reconocerlas y ser capaz de expresarlas con palabras ayuda a conocernos mejor tanto a nosotros como a las personas que están a nuestro alrededor. Este fenómeno se conoce como "etiquetado emocional".

Un ejemplo de la gran utilidad que tiene una buena identificación de emociones consiste en el hecho de expresar emociones negativas que puedan estar vinculadas a malos recuerdos, traumas o a situaciones de ansiedad. Saber identificarlas correctamente nos podrá ayudar a superar esas dificultades emocionales.

Efectos positivos de la educación emocional

3. Posibilita medir los progresos logrados

Con la inteligencia emocional, muchas personas son capaces de incorporar a su día a día una serie de habilidades sociales esenciales para relacionarse con su entorno de manera adaptativa y lograr el éxito deseado con cada interacción.

Además de eso, este proceso de educación emocional también permite valorar los logros que se han ido adquiriendo y tener una perspectiva general del camino recorrido por la persona a nivel emocional desde su inicio hasta la culminación del mismo proceso.

4. Ayuda a detectar problemas de autoestima

Otro de los beneficios más destacables que ofrece la educación emocional incide directamente en el nivel de autoestima de las personas y consiste en la detección de posibles problemas o déficits asociados a la misma.

Aprender a reconocer las propias emociones es una buena manera de detectar los déficits de autoestima en uno mismo, lo que constituye un punto de partida para empezar a superar esa y otras dificultades y lograr un nivel de autoestima más elevado.

Del mismo modo, identificar aquellos aspectos positivos de la propia persona incide positivamente en aumentar la propia autoestima, hecho que repercute positivamente a todos los niveles del individuo, tanto personal como en sus relaciones sociales.

5. Mejora de las relaciones interpersonales

Uno de los objetivos principales de la educación emocional es el de dotar a las personas de herramientas útiles para relacionarse correctamente con las personas que se encuentran a su alrededor.

Entender las emociones, las intenciones y los sentimientos de los demás nos sirve para ser capaces de conectar con ellos con relativa rapidez, hecho que influye positivamente en las relaciones afectivas o de amistad que podamos entablar en el futuro.

6. Aprendiendo a discutir

Las personas con poca o nula educación emocional suelen ser más propensas a llegar al enfado durante una discusión de cualquier tipo con personas de su entorno, ya sean amigos cercanos, en el ámbito de la pareja o con algún familiar.

La educación emocional nos enseña a gestionar correctamente nuestras emociones en cualquier ámbito de nuestra vida, también en las discusiones o en momentos de tensión donde es más probable perder la compostura.

Conceptos como la gestión de la discusión, la modulación de las reacciones emocionales o la tolerancia a la frustración son conceptos altamente trabajados tanto a nivel teórico como práctico en el ámbito de la gestión emocional.

7. Aumenta el conocimiento de uno mismo

Como se ha indicado, la educación emocional nos sirve tanto para entender mejor a los demás como para entendernos a nosotros mismos y nuestras propias experiencias emocionales.

Resulta evidente que las personas que son capaces de detectar con éxito las propias emociones también suelen saber cómo afrontar o superar emociones negativas y de igual manera cómo lograr estados emocionales más positivos.

8. Mejora de la empatía

La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar de otra persona, así como para entender qué es lo que está sintiendo, cuáles son sus emociones o aquello por lo que está pasando en el momento presente.

Esta competencia emocional resulta imprescindible para poder comunicarnos con otras personas de manera exitosa y es una de las habilidades clásicas de la educación emocional.

Y es que, sin ser capaces de ponernos en el lugar de la otra persona o de entender su situación jamás podremos llevar a cabo con éxito una relación de ningún tipo, ya sea de amistad, afectiva, familiar o laboral.

9. Autonomía Emocional

La autonomía emocional es otro de los elementos fundamentales pertenecientes al campo de la educación emocional y consiste en la capacidad de no sentirse excesivamente afectado por eventos que generen un impacto emocional potencialmente desestabilizador.

Lograr tener la libertad suficiente para vivir nuestras emociones de manera autónoma y sin vernos influenciados por nadie es igual de importante que tener la sensibilidad suficiente para identificar los sentimientos y las emociones de los demás.

10. Hace emerger la Inteligencia Emocional

La inteligencia emocional puede ser resumida como el conjunto de todos los elementos anteriormente mencionados, desde el reconocimiento de las emociones propias o ajenas hasta la capacidad de lograr una interacción social eficaz en el ámbito emocional.

La inteligencia emocional consiste, más específicamente, en una gestión de las emociones adaptada al contexto en el que nos desenvolvemos. Esto significa hacer un uso de la inteligencia que repercuta positivamente en nuestro bienestar o el de los que están a nuestro alrededor.

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