6 claves para mejorar tu comunicación en las relaciones personales
Muchos de los aspectos de la vida capaces de aportarnos bienestar y felicidad pasan por saber conectar con el resto de personas, ya sea en relaciones formales (negociaciones, entrevistas de trabajo…) o informales (hacer amigos, pasar tiempo en familia…). La idea de que cada uno puede buscar la felicidad “por su lado” y sin tener en cuenta a los demás resulta muy simplista, cuando no directamente engañosa.
Sin embargo, aquellas personas que en su día a día experimenten problemas en sus relaciones personales no tienen por qué verse obligadas a resignarse ante esto. Hay varias cosas que podemos hacer para enriquecer nuestra vida social y volverla más satisfactoria, y entre ellas, mejorar nuestras habilidades de comunicación es una de las más útiles.
Partiendo de esta idea, aquí haremos un repaso a las ideas clave más importantes para mejorar tu comunicación en las relaciones personales de todo tipo: en el trabajo, en las relaciones de pareja, al hacer amigos, etc.
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Ideas clave para mejorar tu comunicación en las relaciones del día a día
Comunicarse bien implica dominar toda una serie de habilidades complejas que van desde la coordinación muscular al hablar hasta la estructuración de frases coherentes, pasando por la capacidad de empatía y de tener en cuenta lo que el interlocutor sabe y no sabe. Es por ello que no es sencillo realizar avances en esta clase de aptitudes si no pasamos de la teoría a la práctica.
Sin embargo, estas ideas clave y estrategias te pueden ayudar a realizar progresos importantes de manera sostenida y sis frustrarte de maneras innecesarias.
1. Es muy importante mirar a los ojos
Buena parte de la comunicación no verbal queda plasmada en tu manera de hacer uso de la mirada. Si hablas sin mirar a los ojos, no solo estarás expresando inseguridad o incluso falta de honestidad; además, hará que tu interlocutor se sienta menos cómodo con la conversación, de manera que ambos pondréis de vuestra parte para que esta termine cuanto antes al reforzar mutuamente esta actitud en el otro.
Ahora bien, no te obsesiones con mantener tu mirada “clavada” en las pupilas de la otra persona. Simplemente procura no apartarla hacia otro lugar que no sea su cara durante varios segundos seguidos. Si te limitas a dirigirla hacia su rostro, de manera espontánea establecerás contacto visual.
2. Estructura las ideas que quieres transmitir por bloques
Esto no solo te ayudará a ganar fluidez a la hora de explicarte, al tener un mente la estructura de todos los temas por los que quieres pasar. Además, ayudará a que la otra persona asimile esta información y no se le olvide, al ponérselo fácil para conectar unos conceptos con otros.
3. Casi siempre es mejor buscar las conversaciones cara a cara
Muchos aspectos de la comunicación dependen del lenguaje no verbal, y estos se pierden con el envío de mensajes escritos por carta, teléfono o Internet.
Por eso, debes tener en cuenta que allí donde busques establecer una conexión con alguien a nivel emocional, ya sea para buscar la complicidad de la otra persona o para intentar persuadirla, es mucho mejor hablar las cosas cara a cara. Por ejemplo, si quieres pedir un favor y lo haces escribiendo un email, las probabilidades de que logres convencer a tu interlocutor serán mucho más bajas que si le hablases en persona.
4. Practica la escucha activa
Los momentos en los que no estás hablando tú también son importantes. Aunque no te toque a ti hablar mientras el otro lo hace, da señales de que prestas atención aplicando lo que se conoce como “escucha activa”.
Que vea en las expresiones de tu cara el modo en el que vas reaccionando con lo que dice, y que note que sigues el hilo a partir de pequeños comentarios que puedes dejar aquí y allá, sin llegar a hacerlos tan largos como para que constituyan una manera de interrumpirle.
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5. Ten siempre en mente las ideas que debes comunicar sin dejarlo para otro momento
Mantener un buen nivel de asertividad es clave para mejorar la comunicación; esto consiste en expresar aquello importante que crees que merece ser dicho, aunque ajustándolo a lo que sabes acerca de los valores, los intereses y las expectativas de tu interlocutor, e incluso aunque sepas que algunas de las cosas que dirás le pueden producir dolor: si es importante que las sepas, no lo dejes para “mañana” con tal de evitarte pasar por ese mal trago en el presente.
Para evitar que caigas en la tentación, márcate metas concretas en este sentido: “se lo diré antes de que termine la jornada de hoy”. De ese modo también podrás plantear mejor cómo ajustar tu mensaje desde la empatía, sin dejar que los problemas se te acumulen por el paso del tiempo y tengas que terminar diciéndolo en el peor de los contextos posibles.
6. Ten en cuenta que el contexto modifica los significados
No es lo mismo “tomarle el pelo” a alguien de broma en una fiesta que hacerlo durante un proceso de selección en el que ambos sois candidatos.
El contexto en el que estáis hace que la interpretación de lo que decís cambie, aunque el mensaje literal, tomándolo palabra por palabra, sea el mismo. Esto es así porque nuestra manera de interpretar lo que dicen los demás está ligada a las expectativas del momento. Ningún mensaje es emitido y captado en el vacío, el entorno siempre es parte del proceso de comunicación. Por eso, acostúmbrate a tenerlo en cuenta para no dar lugar a malentendidos.
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Las habilidades comunicativas pueden ser potenciadas a través del trato personalizado que aporta la asistencia psicológica profesional. De hecho, esta clase de programas de “entrenamiento” en capacidades de comunicación suelen ser uno de los elementos más frecuentes en el día a día de los psicólogos, tanto en terapia centrada en el paciente como en terapia familiar y de pareja. No hace falta haber desarrollado un trastorno psicológico o psiquiátrico para ir al psicólogo para mejorar en este aspecto.
Así pues, si te estás planteando contar con asistencia psicológica profesional o iniciar un proceso de psicoterapia, ponte en contacto con nosotros.
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