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Los 4 tipos de pronósticos y estados de salud: algunos términos clínicos


Posiblemente en alguna ocasión hayamos oído en algún informativo o leído en alguna noticia que determinada persona está ingresada en el hospital por una lesión grave, que está crítico o que el pronóstico es favorable o incierto.

También es posible que este tipo de términos nos llegue porque o bien a nosotros mismos o a algún ser querido se le haya ingresado por algún motivo. Dichos conceptos hacen referencia al estado de salud y la expectativa o pronóstico que se tiene sobre alguien que padece algún tipo de enfermedad, accidente o afectación médica. Y lo cierto es que a pesar de que por lo general cuando hablamos de una enfermedad grave, leve o de un pronóstico reservado podemos hacernos una idea aproximada de lo que implica, no siempre tenemos un total conocimiento de lo que se está queriendo decir.

Conocer este tipo de términos puede ser relevante en nuestro día a día y es por ello por lo que, de forma genérica, a lo largo de este artículo pretendemos recoger una serie de conceptos referentes a los diferentes tipos de estados médicos y pronósticos que en ocasiones se nos comunican.

Tipos de pronóstico y de gravedad de una enfermedad

El estado de salud de una persona hace referencia a las condiciones médicas o de salud que dicha persona sostiene, las cuales pueden favorecer, mantener o perjudicar de diferentes maneras sus expectativas de supervivencia, esperanza de vida y capacidad para alcanzar o mantener el bienestar.

Cuando hablamos de estado de salud hacemos referencia a un conjunto de elementos de carácter fundamentalmente biológico, si bien también pueden entrar en juego factores psicológicos. Si bien otros aspectos como la esfera psicosocial también influyen y pueden ser sintomatológicos e incluso determinantes para el estado de salud de una persona, en principio no entrarían dentro de dicho concepto.

Ante la aparición de una enfermedad, lesión o alteración médica, el estado de salud del sujeto en cuestión va a comprometerse y verse perjudicado. La presencia de dicha enfermedad supone una alteración que puede categorizarse en diferentes grados en función de su gravedad. A continuación se indican algunos de los principales términos médicos que hacen referencia a cómo se encuentra una persona en relación a la gravedad de un padecimiento concreto

1. Enfermedad leve o lesión leve

Empleamos el término estado leve con el fin de referirnos a un estado en que la afectación, enfermedad o herida padecida por el paciente en cuestión no tiene visos de gravedad y se espera una recuperación temprana y sin secuelas. Aproximadamente se suele calcular la recuperación en alrededor de quince días. El pronóstico es bueno.

Un ejemplo lo encontramos en enfermedades leves tales como un resfriado o clavarse algún objeto en alguna zona no comprometida, como la piel.

2. Estado menos grave

El clasificar un trastorno, enfermedad o situación médica como de pronóstico “menos grave” implica que aunque no se espera una recuperación rápida, no se espera que suponga un riesgo para la vida del paciente. La recuperación puede llegar a tardar entre un quincena o un mes.

3. Enfermedad o lesión grave

El que una enfermedad o una alteración sea grave supone que dicha alteración implica un peligro evidente para la vida o la funcionalidad del paciente. El riesgo de muerte está presente, o bien la lesión puede suponer la pérdida o disminución de alguna capacidad o habilidad relevante de la persona (por ejemplo, la capacidad de andar). La recuperación suele tardar más de un mes.

Alguien en estado grave podría ser un paciente con neumonía.

4. Estado, enfermedad o lesión muy grave

Un estado muy grave hace referencia a que la existencia de determinado problema, afectación, lesión o enfermedad presenta un elevado nivel de probabilidad de muerte. Ejemplo de ello es cuando un paciente tiene lesiones internas múltiples pero se encuentra estabilizado y aún se considera la posibilidad de ser salvado.

5. Estado crítico

Otro término referente al estado/pronóstico de un paciente es el de estado crítico. En este caso, se utiliza este concepto para indicar que los signos vitales de la persona en cuestión son inestables, existiendo riesgo inmediato para su vida a pesar de existir posibilidades de recuperación.

El sujeto se encuentra en un un momento crucial y de extremo peligro, siendo altamente probable el deceso si bien dependiendo de su respuesta al tratamiento podría recuperarse. Generalmente el paciente se encontraría en la Unidad de Cuidados Intensivos o UCI, estando altamente monitorizado.

Un ejemplo de estado crítico podría encontrarse en pacientes ingresados que padezcan un accidente cardiovascular o un infarto, en los primeros momentos. La persona estaría en riesgo de muerte pero dependiendo del tratamiento podría presentar una mejoría e incluso salvarse.

6. Estado agudo

El que una enfermedad se encuentre en estado agudo la presencia de una sintomatología clara y definida que ocurre en un período de tiempo limitado y generalmente corto (no siendo nunca superior a seis meses). El estar en una fase aguda de una enfermedad no implica que sea más o menos grave, implicando más bien que la evolución de esta es rápida en el tiempo (pudiendo la conclusión de la enfermedad ser la recuperación completa o llegar a la muerte del paciente).

7. Enfermedad crónica

Que una enfermedad o lesión sean crónicas implican que dicha enfermedad o trastorno va a estar presente durante el resto de la vida del sujeto a partir de su diagnóstico, siendo dicha alteración de larga duración. En general se consideran como tales todas aquellas enfermedades que se prolonguen durante más de seis meses. Muchas de ellas podrían ser mortales si no existiesen medios médicos para su control.

Algunos ejemplos de enfermedades crónicas son los trastorno de origen genético, la diabetes o el VIH en la actualidad (siendo controlado mediante medicación).

8. Estado o enfermedad terminal

Estamos ante un problema terminal cuando la afección o lesión presentada por el paciente implica su deceso en un período relativamente corto, generalmente de alrededor de seis meses (a pesar de que puede prolongarse), y se espera que dicha alteración sea la causa de su muerte. El ejemplo más conocido es el del cáncer con metástasis en sus últimas fases.

El pronóstico médico

Como hemos visto anteriormente, existen múltiples categorías que nos permiten determinar las repercusiones que tienen o pueden tener el padecimiento de diferentes enfermedades. Este estado haría referencia al momento actual, pero es la base que nos permite intentar predecir cómo evolucionará la salud de la persona o paciente en cuestión.

Dicha predicción respecto al curso evolutivo más probable que puede seguir una enfermedad o lesión y las posibilidades de superación es lo que se conoce como pronóstico. Este pronóstico se deriva del conjunto de datos disponibles sobre el estado actual del paciente, sus antecedentes, su entorno y la enfermedad o lesión en cuestión que padezca.

Tipos de pronóstico

Al igual que ocurre con el estado de una enfermedad, podemos encontrar diferentes tipos de pronóstico. El pronóstico en sí no tiene porqué estar relacionado con el trastorno que el sujeto presente (si bien este influye), si no con la expectativa que se tenga en cada caso concreto. Así, por ejemplo, dos pacientes con un mismo tipo cáncer pueden tener pronósticos diferentes.

1. Pronóstico favorable o bueno

Se considera la presencia de un pronóstico favorable o buena en aquellos casos en que las pruebas existentes hacen pensar que el curso de la enfermedad que el paciente padece conduce a su recuperación.

2. Pronóstico moderado o intermedio

Este tipo de pronóstico indica que la expectativa respecto al estado de salud del paciente no es extremadamente positiva pero que no existen datos que hagan pensar en la posibilidad de muerte en un futuro inmediato. Puede suponer, sin embargo, la presencia de limitaciones funcionales o incluso de algún tipo de discapacidad.

3. Pronóstico grave, o mal pronóstico

Cuando hablamos de un pronóstico grave estamos haciendo referencia, como su propio nombre indica, a que las condiciones de un paciente determinado hacen pensar que existe un riesgo severo para su fallecimiento o bien para la existencia de severas limitaciones en su vida.

4. Pronóstico reservado

Se utiliza el término pronóstico reservado para hacer referencia a una situación en que los médicos y profesionales a cargo de un paciente son incapaces de determinar la posible evolución o expectativa respecto al desenlace del estado del paciente. Típico de momentos en que no hay suficiente información como para poder especular el porvenir del paciente o cuando hay riesgo de aparición de complicaciones.

Un ejemplo de ello lo podríamos encontrar en el pronóstico que tendría un paciente que ha sufrido un accidente de tráfico y está inconsciente y con un traumatismo craneoencefálico, pero del que aún no se conoce el grado de afectación.