Unión neuromuscular: el puente entre neurona y músculo
Algo en apariencia tan sencillo como mover una mano o un pie puede no parecer gran cosa, pero lo cierto es que para poder realizar el más mínimo movimiento es necesario de la puesta en marcha de una gran cantidad de procesos, que van desde la planificación del movimiento a su realización y que requieren de la implicación de gran parte del sistema nervioso central.
El último paso que sigue el impulso nervioso para poder producir un movimiento es el de transmitir la información enviada por las neuronas al músculo, hecho que ocurre en la denominada placa o unión neuromuscular. En este artículo vamos a ver y analizar brevemente qué es y cómo funciona esta placa.
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Unión neuromuscular: definición y elementos principales
Entendemos por placa neuromuscular la conexión establecida entre las fibras musculares (generalmente esqueléticas) y las neuronas que las inervan.
También conocida como unión neuromuscular, la placa neuromuscular no es una única estructura sino que se considera como tal a la unión de diversos elementos que configuran una unidad funcional. Dentro de estos elementos destacan principalmente tres grandes partes definidas.
En primer lugar encontramos la motoneurona, proveniente de la médula espinal, a través de la cual va a llegar la información y las señales bioeléctricas procedentes del sistema nervioso.
El segundo gran elemento es la unión muscular, formada por una o varias fibras musculares cuya membrana o sarcolema posee receptores que se ven afectados por distintas sustancias y que va a reaccionar a la señal neuronal contrayéndose. Por último, entre ellos encontramos el espacio sináptico, a través del cual las sustancias secretadas por la motoneurona van a viajar hasta el músculo con el fin de estimularlo.
En esta unión el principal neurotransmisor implicado, el que hace que se activen los receptores de la placa muscular de tal forma que los músculos se contraigan, es la acetilcolina. Sus receptores principales son los muscarínicos y los nicotínicos, siendo estos últimos los más frecuentes en la unión neuromuscular.
Funcionamiento básico: la contracción muscular
El proceso por el que un músculo se contrae o se relaja, una vez a nivel de placa neuromuscular, es el que sigue. En primer lugar, el impulso nervioso que ha viajado por el sistema nervioso hasta la motoneurona llega hasta los botones terminales del axón de ésta.
Una vez allí, la señal eléctrica genera la activación de canales de calcio dependientes de voltaje, entrando dicho calcio en la neurona y permitiendo que mediante la exocitosis se libere y secrete acetilcolina al espacio sináptico.
Esta acetilcolina va a ser captada por los receptores nicotínicos presenten en el sarcolema de la fibra muscular, cosa que a su vez genera la apertura de canales iónicos. A través de estos canales entra una gran cantidad de iones de sodio en la membrana muscular,** los cuales generan una despolarización en la membrana** que en último término va a provocar que las células musculares abran canales para el calcio.
Este calcio permite la activación de proteínas que forman parte de los músculos, como la actina y la miosina, que se desplazan una sobre otra (la actina se desliza sobre la miosina) causando la contracción muscular.
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Trastornos y problemas derivados de alteraciones en la placa neuromuscular
El proceso que siguen los músculos para contraerse y relajarse es fundamental a la hora de permitir el movimiento al organismo. Sin embargo, en ocasiones podemos encontrar que la placa neuromuscular puede verse dañada o afectada por diferentes circunstancias, generándose diferentes dificultades en el control motor. Algunos de los principales trastornos derivados de este hecho son los siguientes.
1. Miastenia Gravis
La miastenia es un trastorno en el que el propio sistema inmune ataca la unión neuromuscular, generando una inflamación de los receptores postsinápticos de la acetilcolina.
Su principal síntoma es la presencia de debilidad muscular que dificulta en gran medida la posibilidad de realizar movimientos, disminuyendo asimismo la capacidad de contraer los músculos y la fuerza con que esto se hace. Este trastorno afecta a todo tipo de músculos, pudiendo llegar a afectar a la capacidad de masticar o incluso de respirar. La capacidad de movimiento empeora con la actividad física.
2. Botulismo
Otro trastorno relevante en el que los síntomas se deben en gran medida a problemas en la placa neuromuscular es el botulismo. En esta enfermedad se genera una alteración debida a la presencia de toxina botulínica (la cual suele introducirse en el organismo a través del consumo de alimentos en mal estado) que impide que la acetilcolina se adhiera a otras sustancias que permiten su excreción de la membrana presináptica.
De este modo, la acetilcolina no puede salir, lo que impide su actuación en el músculo. Los síntomas de esta enfermedad son el debilitamiento progresivo de los músculos del cuerpo, generalmente en sentido rostro-caudal. Puede causar la muerte si no se trata a tiempo.
3. Síndrome de Lambert-Eaton
Una enfermedad en la que el sistema inmune afecta a las vías de calcio presenten en las motoneuronas. Ello genera que se bloquee y dificulte la emisión de acetilcolina en el espacio sináptico, cosa que termina por generar un elevado nivel de fatiga y debilidad muscular tanto voluntaria como neurovegetativa. El nivel de fuerza mejora con la actividad física, y pueden aparecer alteraciones como hipotensión.
4. Síndromes paraneoplásicos
Otros trastornos vinculados a la unión neuromuscular (si bien en este caso no se trata de algo específico de ella) los encontramos entre algunos de los síndromes paraneoplásicos, un conjunto de trastornos derivados de la presencia de algún tipo de cáncer. La presencia de células tumorales puede provocar que los componentes de la unión neuromuscular degeneren y mueran, provocando un debilitamiento de la capacidad de emplear los músculos. Entre ellas destaca la miopatía necrotizante.
Referencias bibliográficas:
- Díaz-Manera J, Rojas R, Illa I. (2008). Trastornos de la unión neuromuscular. En: Pascual J (Ed), Tratado de neurología clínica, (pp 879-909). Barcelona: Ars Medica.
- Rodríguez, J. & Pedroza, A. (2013). Enfermedades de la placa neuromuscular. Universidad del Rosario.
- Rosich-Estragó, M. (2000). Enfermedades paraneoplásicas de placa motora y músculo. Rev. Neurol., 31: 1225-1228.
- Sanders, D & Howard, J (2011). Disorders of Neuromuscular Transmission; En Bradley, W. (2011). Neurology in Clinical Practice, Chapter 82.